Ocho consejos útiles para consumir menos combustible en la ruta este verano

Con el costo del litro de nafta o diésel, cualquier ahorro que se pueda hacerse es bienvenido. Desde preparar bien el auto hasta acelerar suavemente: qué acciones contribuyen a una conducción más económica

La aguja del nivel de combustible es el reloj que más tiempo se mira en la ruta. Pero puede bajar más lentamente con algunos consejos prácticos

Cada vez que se anuncia un aumento de combustibles, es habitual ver largas filas de automóviles en las estaciones de servicio porque sus dueños quieren llenar el tanque al precio previo al incremento. Cuánto se ahorra en un tanque promedio de 55 litros puede no ser un número tan significativo, sin embargo, las colas siguen siendo un clásico porque cada peso que se puede ahorrar tiene valor.

El mismo pensamiento se debería aplicar para las vacaciones en auto, y sin embargo muchas personas no tienen en cuenta que en el modo de preparar y hacer un viaje hay una notable diferencia de consumo de combustible. De hecho, con la llegada de los autos híbridos al mercado local, una vez pagado el diferencial de precio, el ahorro en uso urbano puede ser de un 50% y en ruta de un 25% a un 30% dependiendo del modo en que se conduce.

Y muchos usuarios de autos híbridos terminan gastando más combustible del necesario en ruta solo por no tomar ciertas precauciones.

Los autos híbridos permiten comprobar cuánto de más se consume al acelerar innecesariamente, ya que desactivan el motor eléctrico y comienzan a gastar gasolina como respuesta

Precisamente es con un auto híbrido, dotado de un eléctrico complementando al de combustión interna, donde se puede encontrar un buen ejemplo respecto a cómo afecta el estilo de conducción al consumo o ahorro de combustible.

Las salidas de las esquinas o los semáforos son el momento de mayor consumo, por esa razón los híbridos e híbridos enchufables, siempre hacen la primera aceleración en modo eléctrico y según cuánto se hunda el pedal de acelerador, tardarán más o menos tiempo en activar el motor de gasolina. Si la aceleración es suave, seguirá con electricidad más tiempo y si es más brusca, en un par de segundos comenzará a funcionar el motor térmico.

Sea híbrido o eléctrico, para la ruta valen los mismos parámetros, pero antes de iniciar el viaje, hay otras consideraciones que se deben hacer y que servirán para consumir menos en el trayecto hasta el destino de vacaciones.

La presión de inflado de los neumáticos permite que el auto ruede sin mayores fricciones a las naturales de su propia forma

#1. Neumáticos

Siempre hay que tener en cuenta que todo aquello que genere resistencia al avance, genera consumo de energía para vencer esa barrera. Así como sacar la mano por la ventanilla y colocarla horizontal con la palma para abajo penetrará en el aire, mientras que ponerla en posición vertical abierta hacia el viento exigirá un esfuerzo del brazo para poder mantenerla, cualquier fricción del auto consume combustible.

La presión de los neumáticos, por lo tanto, es fundamental, no solo para que el viaje sea seguro como se ha explicado anteriormente, sino para que el vehículo ruede con mayor facilidad, sin tener que esforzarse porque sus neumáticos están absorbiendo parte de esa energía por tener poco aire. Lo recomendable es llevar la presión de inflado hasta el máximo sugerido por el fabricante.

Ese dato se puede encontrar en una etiqueta que suele estar en la chapa lateral de las puertas o en la tapa del depósito de combustible, o en su defecto en el manual del vehículo. Si no se encuentra el dato, una gomería dará el asesoramiento adecuado.

La cantidad de equipaje es un gran debate al preparar las vacaciones. Cuánto más peso se lleve, mayor será el consumo

#2. Equipaje

No solo hay que preparar el auto sino lo que llevaremos a las vacaciones. Es muy importante entender que a mayor peso, mayor será el esfuerzo que hará el motor para llevarlo, por lo tanto, mayor será el consumo de combustible. Y si el auto irá completo de pasajeros, ese peso del equipaje será un extra que afectará la autonomía del vehículo. Todo lo que se pueda ahorrar en peso será beneficioso para lograr un menor consumo.

Pero hay otro punto que remite a la idea del ítem anterior, que es la fricción contra el aire para avanzar. Muchas personas llevan tanto equipaje como para superar la capacidad del maletero o baúl, entonces recurren a los portaequipajes sobre el techo. Los autos familiares o rurales y casi todos los SUV, tienen barras para llevar con seguridad algo de carga adicional en el techo, y existen compartimientos aerodinámicos similares a una gran valija para colocar en esa posición.

Son prácticos, por supuesto, pero si se quiere ahorrar combustible, por bueno que sea su diseño, aumentan la superficie que choca contra el aire y generan mayor consumo de combustible. Mucho peor es si sobre el techo se coloca solamente un portaequipajes convencional, la clásica parrilla de barras transversales, con bultos atados a sus fijaciones. Además de un molesto ruido en el interior, habrá un consumo excesivo esfuerzo para el motor, que consiguientemente gastará más de lo normal.

Aunque parezca poco importante, un calzado adecuado permite sentir mejor el acelerador y dosificar su uso para reducir el consumo

#3. Calzado adecuado

Si los neumáticos del auto deben estar acordes al viaje, el calzado del conductor también. Quizás pueda minimizarse, pero un pie pesado acelerará más que un pie liviano, porque después de alguna horas de ruta, es natural que el conductor relaje la fuerza que hace para evitar que por la propia gravedad el pie derecho se hunda contra el pedal de acelerador, entonces entrará en juego el concepto del comienzo, donde acelerar de más, genera consumo extra. Así es que, aunque el viaje sea a las montañas, conducir con botas o zapatos pesados no es recomendable.

Pero el calzado no solo está relacionado con el peso sino con la sensibilidad. Un zapato con suela gruesa no permiten tener la precisión que sí se consigue con una zapatilla o zapato de suela angosta. Y como dosificar la fuerza que se ejerce sobre el pedal de acelerador es una de las claves del ahorro de combustible, sentir el pedal en la planta del pie es de gran ayuda.

No es recomendable nunca manejar con ojotas o sin calzado. En el primer caso porque se puede trabar entre los pedales al cambiar de acelerador a freno y terminar en un susto o incluso un accidente. En el segundo, porque aunque el pie tenga la mayor sensibilidad sin un calzado de por medio, el ancho es menor y no hay superficie que deslice como es necesario para conducir suavemente. Además de perder precisión, se puede errar a un pedal en un cambio de maniobra y terminar en un accidente.

La distancia con los autos que van adelante, permite mantener velocidad constante y tener mayor campo visual para adelantar autos más lentos sin tener que acelerar de más

#4. Manejo de la distancia

Ya en camino, es muy importante entender que la velocidad constante en el cambio más alto que tenga disponible el auto, es el estado idea para viajar y tener una buena autonomía.

Para ello, mantener distancia con los autos que nos preceden es clave. Si el vehículo de adelante tiene una disminución de velocidad momentánea, solo se acortará la distancia entre ambos, pero no habrá que frenar. Si la disminución es mayor, naturalmente habrá que frenar, pero quizás perdiendo menos velocidad que si se va muy cerca.

Otro beneficio de ir con distancia es que eso amplía el campo visual hacia adelante, y permite que el conductor pueda ver si no viene otro auto de frente, y así poder realizar una maniobra de sobrepaso si el vehículo que lo precede está circulando a menor velocidad que la propia.

La administración del uso del acelerador y el freno es la gran clave de una conducción ecológica y económica en ruta

#5. Frenadas y aceleraciones

Por lo dicho en el punto anterior, el uso innecesario del freno causa una variación de velocidad que afectará el consumo porque obliga a acelerar más veces en cambios bajos. Hay hay otros perjuicios que muchas veces no se consideran como deberían, como son que se consumen más las pastillas de freno, y que se hace incómodo el viaje para las personas de las plazas traseras, incluso al punto de generar los típicos mareos que se pueden apreciar en los chicos.

Pero hablando del gasto de nafta innecesario, el mal uso del freno es una de las conductas más habituales de encontrar en las rutas. Si en un camino sin tránsito la velocidad constante es ideal, en uno con tránsito, el escenario es exactamente opuesto. Y como el tránsito no es algo que se pueda evitar, especialmente en rutas a destinos turísticos en tiempos de vacaciones, hay que intentar que la conducción sea lo más suave posible.

Cada vez que se frena demasiado en la ruta, después es necesario bajar uno o dos cambios para recuperar velocidad. Ese es el mayor enemigo del ahorro de combustible

En rutas de una mano para cada dirección es más difícil, pero mantener la distancia permite calcular el tiempo hasta que pase el auto que viene de frente. En cambio, si se sigue a la misma velocidad hasta estar llegando al auto más lento de adelante, habrá que frenar a último momento, y para sobrepasarlo, será necesario bajar varios cambios de modo de tomar velocidad lo antes posible y hacer la maniobra en poco tiempo. Todo eso es lo que no hay que hacer si se pretende consumir poco combustible.

El modo correcto es acercarse regulando la velocidad sin freno, solo levantando el pie del acelerador, y una vez que el auto de frente ya pasó, abrirse con una velocidad similar, sin acelerar de más y sin bajar marchas. En los autos con caja automática que tanto han poblado el mercado actual, esto es más difícil de lograr aún, porque si se acelera fuertemente, la caja bajará de marcha, las RPM subirán excesivamente y la aguja de medidor de combustible bajará más rápido de lo deseado.

En rutas como autovías, donde hay dos manos para cada dirección, mantener la velocidad constante es mucho más simple, siempre atentos a los autos más rápidos que se puedan acercar por detrás, se puede ir con poco acelerador en un cambio alto, manteniendo el carril derecho y abriéndose con tiempo y distancia para adelantar a un vehículo más lento.

Al enfrentar pendientes prolongadas, mantener la velocidad que se traía previamente es un modo de gastar más combustible. Reducir el esfuerzo del motor permite mantener el consumo y solo perder pocos segundos en un viaje

#6. Pendientes

Si el viaje es por terrenos planos, este consejo será solo para saber algo nuevo, pero si el destino de las vacaciones es hacia zonas montañosas, saber cómo enfrentar las subidas podrá hacer una gran diferencia entre consumir más o menos combustible.

Por el mismo principio de gravedad y peso, si la velocidad de viaje en un camino plano es de 130 km/h máximo como marca la ley, al enfrentar una subida es recomendable bajar la velocidad aproximadamente un 25%, es decir a unos 100 km/h. La razón es que así, el motor mantendrá la misma fuerza que traía y la disminución de velocidad no generará una pérdida de tiempo mayor a 2 o 3 minutos, algo insignificante en la duración de un viaje. Si en cambio se pretende mantener los mismos 130 km/h en subida, el consumo de combustible será muy significativo.

Los autos modernos, con sus computadoras de a bordo, tienen una función que muestra el consumo instantáneo de acuerdo a la apertura del acelerador. Colocar esa función en la visualización del tablero es de gran ayuda para ir midiendo cuando la conducción está siendo mayor por acción del conductor sobre el pedal.

Ir despacio no es la solución a la necesidad de ahorro de combustible. De hecho, un auto economiza más combustible en su cambio más alto con poco acelerador, siempre que sea debajo de los 130 km/h

#7. Velocidad

Que el conductor deba hacer un manejo económico no es una tarea difícil ni agotadora. Solamente con ir concentrado en el tránsito y el uso del freno y el acelerador, podrá hacerlo sin problemas. Si se quiere divertir en la ruta, quizás deba pensar en darle el volante a otra persona, pero no se resuelve viajando despacio, porque el motor de un auto consumirá más combustible yendo en un cambio intermedio que en el más alto. El consumo por velocidad se produce cuando se viaja arriba de los 140 km/h, cosa que no es recomendable por economía pero también por la velocidad máxima permitida.

El apuro es mal consejero si se quiere consumir poco. La conducción es más nerviosa y poco eficiente por el exceso de aceleraciones bruscas

#8. Tiempo de viaje

El apuro es el enemigo del ahorro de combustible. Si el viaje es largo, apurarse no cambiará las cosas porque probablemente sea un día dedicado a la ruta, y si el viaje es más corto y solo ocupará parte del día, es preferible salir un poco más temprano, una vez que ya haya amanecido para poder tener margen de tiempo para poder administrar en un tránsito pesado o una conducción más eficiente.

Gastar menos combustible no solo es beneficioso para el bolsillo personal sino también para el planeta. Cuanto más se gasta, más emisiones contaminantes se lanzan a la atmósfera, de modo que, incluso como un ejercicio de ecología, es interesante planificar un viaje intentando gastar menos combustible también.

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