Pasaron cuatro días desde que la Selección nacional levantó la ansiada Copa del Mundo en Qatar 2022. De la mano del capitán Lionel Messi, “La Scaloneta” trajo el trofeo al país y generó una simbiosis con los hinchas que tiene pocos precedentes en la historia reciente. La alegría parece no cesar entre los argentinos, que circulan por las calles y por la vida con aires constantes de celebración y algarabía. No es para menos: hacía 36 años que el Mundial esquivaba a la celeste y blanca.
Tras la conquista, en las oficinas, en las escuelas y en las casas se retomaron las rutinas, y los problemas o los desafíos siguen en su lugar. Sin embargo, en el fondo, hay una motivación trascendente que permite enfrentar la cotidianidad de otra manera. Evidentemente, las razones de semejante festejo -millones de personas coparon las calles del Área Metropolitana de Buenos Aires para recibir a los campeones- son mucho más profundas y van más allá de lo meramente futbolístico, según coinciden los especialistas consultados por Infobae.
Para comprender a fondo este fenómeno, Sergio Visacovsky, doctor en antropología cultural, explicó: “Hoy por hoy, cada uno vuelve a su casa y se va a encontrar con los problemas de siempre, pero lo que vivió, la alegría, es algo importante que te va a nutrir. La gente se siente distinta: lo vivió de una manera muy especial. En sociedades que son injustas, que tienen una distribución desigual de la riqueza y del poder, y donde hay profundas desigualdades, este logro permite una liberación catártica de las tensiones”.
Para Visacovsky, “el Mundial es un fenómeno de otro orden, porque es una especie de espectáculo en donde lo que parece estar en juego es la nación misma. Es una ficción, pero una ficción muy eficaz, porque es capaz de interesar y de atrapar a gente a la que no le interesa el fútbol, que normalmente no lo sigue, que hasta desconoce las reglas o el nombre de los jugadores -salvo los más famosos-”.
“Evidentemente, hay algo en juego que no es habitual y la gran mayoría parece sentirse involucrada. El resultado te puede cambiar dramáticamente el estado de ánimo. Es, en definitiva, ser parte de algo mayor y más grande; de una historia y de un pasado que, si ha sido glorioso, tiene que volver a serlo, y si lo sigue siendo, hay que confirmarlo permanentemente”, añadió el especialista.
¿Por qué un logro futbolístico como el de Qatar 2022 nos produce tanta alegría? “Porque es como un corte en la vida cotidiana; como si el tiempo quedara suspendido. Como si todo aquello que nos rige habitualmente quedara entre paréntesis. La participación como hinchas en este evento no necesita de nuestro conocimiento, o de que explicitemos nuestra situación socioeconómica o nuestra posición en la estructura social. Todo queda borrado en una suerte de igualdad”, dijo el antropólogo.
“La gente celebra un triunfo deportivo y a los héroes. Se celebra un pasado que se actualizó. Entonces, por ejemplo, aparece Messi integrado en la mesa de Diego Maradona. Ahí se puede integrar a Messi en ese pasado. Entonces las derrotas, que antes eran frustraciones, ahora aparecen como un camino necesario hacia el éxito, y se forma toda una identidad que empieza con el fútbol, pero que además lo trasciende”, cerró Visacovsky.
Festejo y alegría
Hay quienes dicen que el fútbol, en algunos aspectos, puede interpelar a los ciudadanos. En ese sentido, el médico psiquiatra y escritor José Eduardo Abadi dialogó con Infobae y señaló: “El festejo y la alegría son dos palabras fundamentales para este momento de la sociedad, porque el seleccionado argentino fue capaz de armarse como equipo y no como un deslumbramiento individual. Se formó un equipo que tuvo una trascendencia mayor que sus singularidades. Eso es nuevo para los argentinos, porque estamos en un país en el que los lazos no han logrado conformarse como para que tengamos una comunidad”.
De acuerdo a la perspectiva de Abadi, la Selección nacional “tiene en sus jugadores un sentimiento muy importante: la amistad, que está relacionada a determinadas virtudes que, acá en el país, están empobrecidas, como por ejemplo: la gratitud, el reconocimiento, la humildad y la sana ambición”.
Sin dudas, “La Scaloneta” generó una simbiosis especial con los hinchas, que se sintieron representados e incluidos en el reciente logro. “Hay una gran identificación de la gente con el equipo, y viceversa. Eso tiene que ver con el festejo, porque ancestralmente el festejo es la escenificación de una unión más profunda que lo habitual y, cuando sucede, se llama fusión. Dura unos días, naturalmente, y después cada uno sigue siendo quien es, pero hay un período en el que estamos más unidos y fusionados. Eso es el festejo y sobre todo la identificación”, consideró Abadi.
Para el psiquiatra, “la empatía con la Selección fue previa a la victoria final contra Francia. Los argentinos hubiéramos festejado también el subcampeonato -aunque no con el mismo fervor, seguramente- porque estamos hablando de un logro inédito hasta el momento, que es la superación de las hostilidades individuales en función de un proyecto generoso y colectivo”.
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