Los procedimientos estéticos están tomando protagonismo en la conversación sobre bienestar y cuidado personal. En 2019, un reporte de Allergan Aesthetics, una compañía de la biofarmacéutica estadounidense AbbVie y una de las líderes en medicina estética, reveló que el 64% de los pacientes dice que lucir saludable y estar en tendencia contribuye a su autoconfianza, mientras que el 69% cuenta que “verse bien” es importante en sus actividades diarias.
Más temprano, este año, la Sociedad de Estética de Estados Unidos (ASAPS) publicó sus estadísticas anuales, que muestran un posible efecto de la pandemia mundial en la búsqueda de soluciones a aspectos no deseados en el rostro. Muchos especialistas señalaron el fuerte impacto de la exposición en videollamadas y reuniones de video. Esto derivó en un fuerte incremento en los procedimientos faciales mínimamente invasivos.
Los mismos no requieren cirugía ni anestesia, y se conocen como liftings sin cirugía. El objetivo es el mismo, rejuvenecer el rostro, pero sin pasar por el quirófano. Se trata, según el doctor Fernando Felice, médico especialista en medicina estética, cirugía plástica y docente de la UBA, de “tratamientos estéticos que eliminan temporalmente algunos signos de la edad como las arrugas o devuelven el volumen y la vitalidad al rostro”.
Estos procedimientos alternativos a la cirugía estética facial permiten obtener correcciones parciales altamente estratégicas a nivel del rostro, con períodos de recuperación muy cortos y produciendo un mínimo traumatismo. Los resultados extremadamente naturales, los rejuvenecimientos imperceptibles y los tiempos de recuperación minimizados son los objetivos de este nuevo campo de trabajo dentro de la medicina y la cirugía estética facial, cada vez más demandado por los pacientes.
“Lo primero que hago cuando llega un paciente al consultorio es ver el rostro y tratar de detectar qué sensaciones me transmite: si tiene un aspecto cansado, si está triste, si tiene flacidez”, sostuvo el experto en diálogo con este medio. Y agregó: “Si aparenta estar cansado se verá en la zona de la mirada, las ojeras marcadas; si está enojado se verán líneas verticales entre las cejas y en la boca líneas verticales perilabiales como de furia (código de barras)”.
En caso de un rostro triste, según el especialista, las comisuras de la boca estarán hacia abajo igual que la cola de las cejas. “No es que este sea el estado emocional de la persona que lo consulta, sino que es la emoción que transmite su cara”, remarcó.
Luego, se hace un análisis completo del tercio facial superior, el medio y el inferior. “Trato de ver que los tres tercios faciales sean proporcionados en la vista de frente y de perfil. Luego hago una evaluación dinámica que implica que el paciente haga diferentes gestos como sonreír, hacer muecas, tirar un beso, etc.”, detalló. Ahí se observan las áreas que tienen rastros negativos, que deben ocultarse o disimularse, y las que tienen rasgos positivos, que deben ponerse en primer plano con el tratamiento.
“Si el rostro ya es de una persona de cierta edad, y esa persona que siente incómoda con lo que los años han hecho en su rostro, -porque lo cierto es que a muchas le gustan las líneas que le va dando la vida, no todos quieren un rejuvenecimiento-, entonces se puede proceder a un rejuvenecimiento”, aseveró Felice.
Entre los tratamientos sin cirugía y con efecto lifting, el especialista recomienda el uso de la toxina botulínica, más conocida como bótox, que ayuda a corregir las arrugas faciales que aparecen con los años como consecuencia de la contracción repetida de los músculos en la frente, el entrecejo y el área periocular (las patas de gallo).
Otro de los tratamientos que aconseja es el uso de ácido hialurónico. “Estos productos aplicados con criterio estético y basados en la ciencia pueden ofrecer resultados sorprendentes; de lo contrario, mal acompañados pueden traer malos resultados, o sea que el resultado depende muchísimo del profesional actuante.
Existen también otros tratamientos complementarios como ser: plasma rico en plaquetas, láser de CO2, microneedle y láseres o radiofrecuencias faciales. Jennifer Aniston, Gwyneth Paltrow o Jennifer López son algunas de las famosas que han confesado haberse sometido a estos tratamientos, conocidos también como técnicas de lifting sin cirugía que eliminan arrugas, tratan la flacidez y aportan luminosidad, en una sola sesión y sin pasar por el quirófano.
Los más comunes
1. Neurotoxinas (toxina botulina/bótox)
2. Rellenos dérmicos (fillers ácido hialurónico)
3. Tratamiento de la piel (peelings químicos, hidrofaciales, etc.)
4. Tratamiento de la piel (láseres combinados)
5. Estiramiento de la piel
A medida que más personas continúan buscando estos procedimientos estéticos especializados, es muy importante destacar la importancia de que también busquen especialistas certificados, centros médicos atendidos por especialistas para recibir el más alto nivel de atención y experiencia de acuerdo a sus objetivos de tratamiento.
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