“Hay que ser estúpido para pensar algo así”. ¿Alguna vez se lo han dicho o usted se lo dijo a alguien? Bueno, después de esa frase, ya no queda mucho de la conversación porque la grieta ya está instalada.
Las diferencias entre los puntos de vista de las personas no son nuevos y ya sea en el fútbol, la religión, la política, un tema social, o lo que sea, cuando se instala no deja espacios para el debate. Chau, ahí ya no hay más posibilidad de arreglo.
En una nota de John Carlin, un gran periodista, se comenta sobre la manera en que se debe enfrentar la grieta. Entonces, da como una especie de reglas que yo las entendí como útiles y que las quiero compartir con ustedes.
Cuáles son las reglas para combatir la grieta
Como le comenté, este periodista enarboló una serie de reglas, cuatro para ser más específico, mediante las cuales puede combatir la grieta cuando está instalada:
- La regla número uno es que la otra persona sienta que usted no quiere vencerlo. Es decir que se entere de que lo que está tratando es de entender.
- La regla número dos es pedirle a la otra persona que explique su posición.
- La regla número tres consiste en repetirle todo lo que la persona dijo para asegurarse que la persona, sea quien sea, sepa que uno entendió y que estamos hablando de lo mismo, que no estamos en un malentendido.
- Y la regla número cuatro dice: “Pregúntele, de cero a 100, cuál es el grado de seguridad que tiene de que las cosas sean como usted dice”. Entonces, si la persona dice 100, puedo preguntar por qué, escuchar y dar por terminada la conversación. Y si la persona dice el 80 por ciento, no el 100. Entonces uno le puede preguntar: “Y si aparece alguna evidencia en contra, ¿usted reconsideraría su posición?”. Por ahí, tiene suerte y le responden: “Sí”.
Lo cierto es que la grieta está presente en muchos ámbitos, incluso cuando se habla de alcanzar la felicidad, un estado que puede ser construido por todos los seres humanos, ya que se trata de una conducta aprendida, medible y tangible. Es más, la genética puede ser responsable de un 40 % de nuestra cuota de felicidad de la mano de ciertos rasgos de la personalidad.
Salvo que no podamos satisfacer las necesidades básicas de alimentación, vivienda y seguridad o estemos gravemente enfermos, esas circunstancias aportan solo otro 10 % a la felicidad. Y el 50 % restante depende, ni más ni menos, que de lo que uno hace para ser feliz y esto es cómo enfrentarlos de una mejor manera. Por eso, no es más feliz quien tiene menos problemas sino quien los enfrenta mejor.
De esta manera, termina lo que podría ser como una de esas peleas matrimoniales que no terminan nunca y se transforma en una discusión racional en busca de algo. Si uno encara la conversación de esta manera, tiene posibilidad la otra persona y usted de revisar sus posturas mentales.
Recuerde que la cabeza es redonda para permitir que los pensamientos giren. Cambiar de opinión es una cosa que, muchas veces, es muy sabia.
*El doctor Alberto Cormillot es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.
* Realización: Samuel Cejas / Edición: Pedro Kablan / Producción: Dolores Ferrer Novotný
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