De acuerdo a ediciones anteriores, ahora se conoce la importancia de tener una rutina organizada y equilibrada, intentaremos organizar nuestras actividades laborales, aspirando alcanzar la máxima eficiencia en nuestras tareas.
“Para ello, debemos saber que existen varios factores que influyen en nuestro desempeño”, empieza diciendo a Infobae, la licenciada Carolina Oyola, Jefa del Departamento de Terapia Ocupacional y Recreacional de INECO y miembro de Ineco Organizaciones.
“El primero de ellos es el de las condiciones intralaborales que, básicamente, son las características del trabajo y de la organización que van a influir de forma directa en el bienestar de las personas”, sigue la especialista.
“El segundo, corresponde a las demandas del trabajo, que hace referencia a las exigencias de cada una de las actividades laborales que realizamos, por ejemplo el nivel de responsabilidad, la duración de la jornada de trabajo, el hecho de tener personas a cargo, entre otras variables”, agrega.
El último factor es el de la posibilidad de control que ofrece el trabajo a la persona; “entendiéndolo como la capacidad de manejar mi tiempo y planificar mis actividades de acuerdo a mis intereses, si tengo la libertad para trabajar en equipo y compartir o delegar tareas, si tengo la libertad para incorporar personas a mi equipo, entre otras cosas”, según detalla Oyola.
Pero pareciera que sobre ninguno de estos tres factores podríamos actuar directamente para mejorar nuestro rendimiento laboral, ya que están impuestos por el ambiente.
“Entonces deberíamos pensar qué podemos hacer, además de considerar estas situaciones, para que el desempeño sea efectivo. La organización del puesto de trabajo contribuye a eliminar distractores, lo que mejora nuestro rendimiento. Por otro lado, la mala iluminación podría provocar fatiga visual y dolor de cabeza, idealmente, elegiremos espacios que cuenten con iluminación natural, lo que además aumenta la creatividad y la eficiencia”, sigue la experta.
Una vez que hemos considerado los factores ambientales, podremos enfocarnos en nuestras tareas. Y para ello, se propone un nuevo ejercicio:
A partir de esta tarea sencilla podemos organizar nuestra jornada laboral. La planificación depende de una serie de procesos cerebrales y habilidades cognitivas que nos permiten tomar decisiones. La buena noticia es que esta habilidad cognitiva podemos desarrollarla.
Nuestra plasticidad neuronal favorece que aprendamos nuevos métodos de organización y alcancemos nuevas capacidades de visionar nuestro futuro: ¿Qué es lo que esperamos lograr? ¿Cuáles son nuestras metas? ¿Cuáles son los resultados esperados de nuestras acciones? Son preguntas que debemos realizarnos si queremos armar un correcto plan deacción. Tener una idea clara de hacia dónde queremos llegar, asegura gran parte del logro.
Visualizar una foto completa de nuestro éxito permite el desarrollo de funciones ejecutivas que nos ayudan a salir de la zona de confort para ir tras los objetivos propuestos.
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