La Toscana y sus paisajes menos conocidos: los caminos de 2.500 años cavados en la roca

Esa región de Italia es mucho más que la ciudad de Florencia. La Vie Cave, construida por los etruscos, es una ruta en gran parte cavada como una trinchera, por momentos, de más de 1.600 metros de profundidad

Los caminos de piedra de Vie Cave fueron construidos en varios tramos a modo de trincheras (Oficina de Turismo de la Toscana)

Patrimonio artístico, histórico, geográfico, cultural, económico, gastronómicoToscana parece ser casi el centro del mundo. Nada mejor que montar un auto y perderse en sus rutas. Florencia y sus joyas del Renacimiento; Pisa con su torre inclinada, tal vez el monumento más fotografiado de la región; Siena y su arquitectura intacta; Lucca y sus murallas; Arezzo, donde se filmó “La Vida es Bella” o los baños termales de Saturnia.

Pero sus tesoros son inabarcables. Una anécdota común del viajero que vuelve es la de contar un nuevo descubrimiento que pocos más conocen. Un ejemplo es una ruta inesperada, cavada en la roca, llamada Vie Cave, que tiene más de 2.500 años de existencia y que muestra una a Toscana totalmente diferente a las imágenes tradicionales.

De hecho, el nombre de la región data de esa época. Es antiquísimo y deriva de un término utilizado por griegos y latinos para definir la tierra habitada por los etruscos, a la que llamaban “Etruria”, un vocablo que mutó con el tiempo para pasarse a llamar “Tuscia” y más tarde viró a “Toscana”.

Siguiendo el recorrido de la Vie Cave se pueden visitar sitios paganos y cristianos y una necrópolis (Oficina de Turismo de la Toscana)

Es, entonces, en su mismo nombre donde se encuentra el sello de la civilización que dejó una impronta admirable e inesperada para los que suelen asociar a la Toscana con los paisajes tradicionales. Vie Cave, los caminos de cuevas, son sendas cortadas en la piedra de toba —en amplios sectores a modo de trincheras— con herramientas manuales etruscas. La ruta tiene más de 1.600 metros de altura en el área de Maremma en el sur de la Toscana.

Los etruscos vivieron entre 200 y 800 años antes del nacimiento de Cristo y son los ancestros antiguos de la mayoría de los toscanos. La toba, por su parte, es una piedra originada por la acumulación de diversas capas de ceniza solidificada de erupciones volcánicas.

Las cueva tienen aspectos diferentes. Fueron talladas utilizando una técnica de corte de roca vista por primera vez en el antiguo Egipto (Oficina de Turismo de la Toscana)

Más allá de su presencia imponente, se trata de caminos ideales para practicar senderismo, cabalgatas y fotografía en la naturaleza. Las rutas se cortan en la toba a una profundidad de 30 metros o más. Algunas son bastante anchas y podrían haber recibido el tránsito de carros pequeños, mientras que otros senderos son muy estrechos y solo podrían usarse para el transporte de personas y animales de carga, de hecho los burros todavía se usan en Italia para estas tareas.

Vie Cave también permite recorrer sitios paganos y cristianos y una necrópolis. Aún no se conoce a ciencia cierta las causas por las que los etruscos generaron este recorrido. Las versiones de los historiadores son diversas. Algunos consideran que se trataba de caminos ocultos para protegerse de los bandidos o contra ejércitos invasores.

Como parte del recorrido se encuentra la tumba del papa Gragorio VII, cuyo nombre de nacimiento fue Hilebrando. Fue líder de la Iglesia Católica entre 1073 y 1085 (Oficina de Turismo de la Toscana)

Para otros habría sido un complejo método primitivo para mover el agua desde las altas mesetas a los valles. Otras versiones consideran que se trató de caminos ceremoniales que conducían a sitios antiguos de importancia religiosa pagana o a los cementerios.

Las últimas opciones sugieren que se utilizaban estas rutas para el transporte y el comercio entre asentamientos, o para que los pastores llevaran su ganado a los ríos. De todos modos, más allá de las causas, la ruta sigue allí, de una majestuosidad sobrecogedora.

Una de las cuevas que forma parte del recorrido, cada una diferente a las otras (Oficina de Turismo de la Toscana)

Envueltos en roca

Los caminos de las Vie Cave de la Toscana entrelazan en un entramado irregular a los pueblos de Pitigliano, Sovana y Sorano. Algunos de los caminos tienen imágenes cristianas sagradas más modernas, símbolos tallados y santuarios que se instalaron para proteger contra los malos espíritus paganos. También hay tumbas antiguas, como la de Hildebrando, el nombre común del papa Gregorio VII que lideró la Iglesia Católica entre 1073 y 1085. Algunos caminos son exuberantes en vegetación, mientras que otros son refugios rocosos bañados por musgo y líquenes.

Sovana, ciudad etrusca del siglo VII a.C. es uno de los pueblos que forma parte de la ruta (Oficina de Turismo de la Toscana)

En las últimas décadas, los descubrimientos arqueológicos en tumbas en el centro de Italia y hasta Córcega han revelado más sobre los etruscos y su misteriosa Vie Cave, que, según la mitología, se dice que conecta la tierra de los vivos con la tierra de los muertos.

Si bien se encuentran en varios lugares del centro de Italia (donde los etruscos prosperaron desde el 900 a. C. hasta que fueron absorbidos por el Imperio Romano), las de la Toscana son de las más antiguas y se las puede observar en su versión más intacta.

El recorrido incluye templos paganos y cristianos. Aquí uno de estos últimos (Oficina de Turismo de la Toscana)

Cada cueva que se atraviesa es diferente a la siguiente. Originalmente fueron talladas a solo unos pocos metros de profundidad, utilizando una técnica de corte de roca vista por primera vez en el antiguo Egipto que implicaba perforar un agujero en la toba, insertar un trozo de madera y luego llenar el agujero con agua. La madera se expandía, obligando a la toba a fracturarse. Hacían esto una y otra vez, alargando y profundizando el camino hasta el tamaño deseado.

A lo largo de los siglos, la ruta etrusca fue alterada por varios imperios, incluidos los ostrogodos, los lombardos y los francos. En algún punto desconocido, se agregaron escaleras y se profundizaron los barrancos, pero incluso la original tenía una manera de canalizar el agua de lluvia.

Una de las necrópolis excavada en la roca llamada toba. Algunas eran individuales y otras pertenecían a familias (Oficina de Turismo de la Toscana)

En el camino es posible detectar necrópolis etruscas, con tumbas para individuos o familias excavadas profundamente en la toba y llenas de oro, comida y ropa para un paso seguro al más allá que fueron, por supuesto, ya saqueadas, aunque los arqueólogos lograron recuperar cerámicas y utensilios. Estos elementos permitieron, entre otras cosas, confirmar que las mujeres y los hombres eran iguales en la sociedad etrusca.

En esculturas y pinturas, las mujeres son representadas como participantes activas en banquetes y reuniones sociales; las inscripciones indican que podían heredar bienes y mantener nombres matronímicos.

Pitigliano cuenta con cuevas formadas bajo las viviendas del pueblo. En algunos casos han sido aprovechadas como bodegas (Oficina de Turismo de la Toscana)

Las ciudades de la ruta

Sovana es una ciudad etrusca que tardó muchos años en construirse. Es un antiguo asentamiento sobre una colina, fundado por los etruscos en el siglo VII a. C., fácil explorar, con una calle principal y unas pocas calles laterales.

Se puede comenzar en el castillo de Aldobrandesca Rocca, que está ubicado en uno de los extremos de la calle principal. Aunque esta fortaleza data del siglo XI, se construyó sobre los cimientos de una estructura más antigua. Valen la pena los dos frescos del siglo XVI en el interior de la iglesia de Santa María, que data del siglo XIV, lo mismo que el Palazzetto dell’Archivio, del siglo XIII, y el reloj y el campanario. También se pueden visitar el Palacio Pretoriano y el Palacio Bourbon del Monte, construidos en el siglo XVI.

El pueblo de Sorano, parte de la Vie Cave, una de las bellezas cuyo origen se remonta a los tiempos etruscos (Oficina de Turismo de la Toscana)

Las dos principales puertas de acceso al pueblo de Sorano, en tanto, son Porta di Sopra y Porta dei Merli (o Porta di Sotto): la primera se encuentra a los pies de la Fortaleza Orsini y conduce al corazón del centro histórico de Sorano.

La segunda puerta está situada cerca del Fuerte Leopoldino y se distingue por el escudo de armas de la familia, esta es una de las estructuras fortificadas más impresionantes construidas por la familia Aldobrandeschi y también alberga el Museo de la Edad Media y el Renacimiento.

El pueblo de Pitigliano forma parte de esta ruta etrusca. Se encuentra encaramado sobre rocas formadas por tuvo volcánico (Oficina de Turismo de la Toscana)

Finalmente Pitigliano está al sur de la Toscana, a 112 kilómetros de Siena y 191 kilómetros de Florencia. No está asentado sobre una colina como el resto de las poblaciones de la región, sino sobre un tufo volcánico, es decir, sobre rocas que se ha formado a partir de diferentes elementos de un volcán, como la ceniza que emana, por ello se derrama en una especie de acantilado y permite que haya cuevas bajo las casas del pueblo, algunas de ellas transformadas en bodegas. La toba volcánica sirve de fertilizante para las viñas que se ven alrededor.

Sorano tiene, además de un origen etrusco, fortificaciones impresionantes construidas en le Edad Media (Oficina de Turismo de la Toscana)

A Pitigliano se le conoce como la pequeña Jerusalén, porque a lo largo de varios siglos, sobre todo entre el siglo XVI y el XIX, hubo un importante número de la población era judía, hecho que puede observarse en sus calles y su patrimonio.

Necrópolis conocida como Tumba de los Demonios (Oficina de Turismo de la Toscana)

El casco antiguo coincide con la zona más estrecha del acantilado. Se entra a él por la Piazza Francesco Petruccioli y ya desde el principio se pueden disfrutar de unas buenas vistas del entorno. La entrada se realiza desde una impresionante muralla medieval que cuenta con unos grandes arcos.

A mano derecha se encuentra el Palacio Orsini del siglo XI, más allá la Piazza Fortezza, con un excelente mirador. Al final del pueblo se encuentra la Piazza Becherini, atravesándola se ingresa al barrio judío, donde se pude visitar la Sinagoga y el Museo. Las Termas de Saturnia componen otro de los sitios famosos de la zona que se encuentra a 25 kilómetros de Pitigliano.

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