Camping de lujo, empanadas y selvas de palmeras: un viaje por el norte argentino

La región tiene muchas actividades para ofrecer, como acampar en medio del bosque Impenetrable, degustar la gastronomía criolla y adentrarse en selvas con palmeras de 20 metros de altura

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El Impenetrable es un bosque de cuatro millones de hectáreas donde viven yaguaretés, pumas, halcones, tapires y loros habladores (Créditos: Matías Arbotto)
El Impenetrable es un bosque de cuatro millones de hectáreas donde viven yaguaretés, pumas, halcones, tapires y loros habladores (Créditos: Matías Arbotto)

Las provincias de Chaco y Formosa son dos de las seis que conforman el Litoral en la Argentina. La primera, de veranos calurosos e inviernos templados, es reconocida por proteger la mayor parte del Impenetrable: un bosque de cuatro millones de hectáreas donde viven yaguaretés, pumas, halcones, tapires y loros habladores.

De la segunda, también cálida y con alrededor de 70 mil kilómetros de superficie, se dice que recibió su nombre de los primeros conquistadores españoles que arribaron a la región. Ellos la apodaron “Fermosa”, que significaba “hermosa” en castellano antiguo.

La región tiene muchas actividades para ofrecer, como acampar en medio del bosque Impenetrable, degustar la gastronomía criolla y adentrarse en selvas con palmeras de 20 metros de altura.

Para recorrer las dos provincias se puede comenzar por el Parque Nacional El Impenetrable, el más grande del norte argentino. Aunque solía ser una estancia más en el pasado, actualmente se trata de un área de 128 mil hectáreas que resguarda bosques tupidos con especies como quebrachos, algarrobos y palmeras.

Ideal para recorrer senderos, realizar safaris fotográficos y avistaje de aves, también cuenta con un sendero vehicular de 36 kilómetros que une la entrada del parque en el destacamento La Armonía con el Camping La Fidelidad.

El Parque Nacional El Impenetrable es el más grande del norte argentino (Créditos: Gastón Taylor)
El Parque Nacional El Impenetrable es el más grande del norte argentino (Créditos: Gastón Taylor)

Se trata de una oportunidad única para dormir en medio del bosque y a orillas del Río Bermejo, con espacio para colocar hasta diez carpas en plataformas elevadas del suelo; permitiendo un acampe seguro y cómodo.

Quienes no tengan carpas también pueden experimentar la naturaleza, ya que el parque ofrece alquiler de carpas con catres y bolsas de dormir, así como la posibilidad de disfrutar de la gastronomía regional en manos de los residentes -siendo las empanadas de carne el ejemplo más emblemático-.

Las empanadas de carne son uno de los ejemplos más emblemáticos de la gastronomía regional (Créditos: Matías Arbotto)
Las empanadas de carne son uno de los ejemplos más emblemáticos de la gastronomía regional (Créditos: Matías Arbotto)

Para una experiencia igual de aventurera pero más lujosa, existe la posibilidad de hacer glamping dentro del parque. Este término fusiona las palabras glamour y camping en una modalidad de acampe que combina la experiencia al aire libre tradicional con el confort que ofrecen los hoteles.

Las tres carpas están colocadas sobre plataformas en altura -diseño inspirado en las tiendas de campaña de los parques sudafricanos-, rodeadas de monte y completamente ocupadas: cada una tiene tres camas grandes, escritorio, mesas de luz y amplias ventanas.

El glamping combina la experiencia al aire libre con el confort de los hoteles (Créditos: Matías Arbotto)
El glamping combina la experiencia al aire libre con el confort de los hoteles (Créditos: Matías Arbotto)

También se puede descubrir la cultura local de la mano de la Asociación N’Texanaxaqui, ubicada en la localidad cercana de Miraflores y formada por 34 mujeres de etnia qom y wichí que ofrecen artesanías hechas con hojas de palma.

El proceso es ancestral y requiere de mucho tiempo. Para proveerse del material las artesanas deben trasladarse seis kilómetros monte adentro a recolectar las hojas, cortarlas en varias partes y dejarlas al sol por aproximadamente diez días, para luego hacer un tejido entrecruzado.

La Asociación N’Texanaxaqui está formada por 34 mujeres de etnia qom y wichí que ofrecen artesanías hechas con hojas de palma (Créditos: Gastón Taylor)
La Asociación N’Texanaxaqui está formada por 34 mujeres de etnia qom y wichí que ofrecen artesanías hechas con hojas de palma (Créditos: Gastón Taylor)

Con un viaje de alrededor de cuatro horas, se puede visitar también la provincia de Formosa, donde a minutos de la ciudad capital se encuentra la Reserva de Biósfera Laguna Oca y Herraduras del rio Paraguay; un humedal de 10 mil hectáreas donde las familias y grupos de amigos se congregan para realizar pesca deportiva, observación de animales, paseos en kayak, caminatas e incluso eventos musicales.

Además, se pueden visitar las 52 mil hectáreas de lagunas, islas de bosques, selvas y pastizales con palmeras del Parque Nacional Río Pilcomayo; que toma su nombre de un curso de agua que nace a tres mil metros sobre el nivel del mar en las altas montañas de Bolivia.

El destacamento Estero Poí es una sabana repleta de palmeras caranday (Créditos: Gastón Taylor)
El destacamento Estero Poí es una sabana repleta de palmeras caranday (Créditos: Gastón Taylor)

Esta área protegida cuenta con un sendero vehicular de 15 kilómetros con senderos interpretativos para explorar los bosques de ejemplares de lapacho, quebracho colorado chaqueño, algarrobo y guayacán, así como observar las más de 320 especies de aves y emocionarse con los yacarés, monos aulladores, coatíes, pumas, zorros de monte y osos hormigueros.

La Laguna Blanca es un espejo de agua de 700 hectáreas al que los locales van a disfrutar de los atardecer y tomar mates (Créditos: Gastón Taylor)
La Laguna Blanca es un espejo de agua de 700 hectáreas al que los locales van a disfrutar de los atardecer y tomar mates (Créditos: Gastón Taylor)

Dentro del parque se encuentran dos ambientes característicos: los destacamentos Estero Poí y Laguna Blanca. El primero cuenta con una sabana con palmar, una planicie inmensa repleta de palmeras caranday en la que los grandes osos hormigueros buscan alimento; mientras que la Laguna Blanca es un espejo de agua de 700 hectáreas al que los locales van a disfrutar de los atardeceres, tomar mates y observar camalotes, pirís, yacarés y guajós.

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