Con la noche aún posicionada como telón de fondo, la energía de los más de 20 mil runners inundó el ambiente. Es que los que se inscribieron para participar de la edición 33° de la media maratón de Buenos Aires no dejaron espacio libre e Infobae vivió este electrizante ambiente de primera mano. Fue una jornada que iluminó por si misma lo que, finalmente, se convirtió en un evento único que contó, incluso, con récords en sus calles.
Con decenas de carpas dispuestas a sobre Avenida Figueroa Alcorta para esta carrera, cada uno de los corredores se preparó para este evento que, además, forma parte del Campeonato Argentino de Medio Maratón y el Campeonato Sudamericano, ambos clasificatorios para el Campeonato Mundial de China. Quiénes fueron los grandes ganadores y cuál fue la argentina que rompió los récords.
El frio no fue una excusa para formar parte de este evento; ya que el amor por correr calentó el ambiente y los corazones de los asistentes. A medida que pasaba frente a cada espacio dispuesto, el calor que emanaban los corredores atemperó el clima. Y a medida que el reloj recorría los últimos minutos hasta las 7, hora en que finalmente largaría la carrera, poco a poco la vía principal tomó color.
En tanto, el nerviosismo y la ansiedad de los competidores empezó a ganar sus corazones y se lo hizo sentir a todos los presentes. Los distintos puntos de acceso al carril por donde largarían se colmaron de corredores y ya solo restaba la sirena de largada para dar inicio.
Pero como si fuera una coincidencia premeditada con el clima, fue cuando la luz del sol empezó a mostrar sus primeros rayos que los 20.539 inscriptos recibieron la orden de largada, mientras el cielo era aún dominado por los rojos.
Los primeros en iniciar su camino por las calles de Buenos Aires fueron los más de 150 corredores de elite (15 de ellos, originarios de Etiopia y Kenia, cruzaron el Atlántico para decir presente). Ellos, cronómetro en mano, fueron quienes dejaron el arco de largada a paso ágil y con la mirada fija en su objetivo final: la llegada.
Los siguieron miles que, sin más que empujar sus propios límites, disfrutaron de cada uno de los momentos que esta carrera les proponía en frente. Fueron más de 10 minutos de gritos de felicidad que explotaba cuando cruzaban el arco de largada. Ya sea en solitario o en medio de un frenesí colectivo, la alegría marcó cada paso de los corredores. Y aún restaría más de una hora para que volvieran al mismo lugar que los vio partir.
Y mientras las calles eran ganadas poco a poco por los runners, otros cientos esperaban su regreso. El humo de cada una de las bebidas que mostraban en sus manos dejaba entrever que el amor por las carreras no es solo de los que se aventuran a realizarla, sino también de los otros que los aguardan en cada lugar. Incluso, sobre las gradas se repetía el mismo paisaje, aunque estaban colmadas de espectadores.
A segundos de que se cumpliera la hora, llegaron los primeros corredores de elite y la calma que dominó las tribunas y los costados de la vía principal que transitaron poco a poco dio lugar a aplausos, gritos y ovaciones. Y mientras algunos recuperaban el aliento, otros les brindaban el propio para que esos últimos metros se convirtieran en centímetros.
Fue el final de un largo recorrido que se inició en cada lugar de origen, que fue de lo más diverso y provino desde distintos puntos del país, las naciones vecinas y el otro lado del Atlántico. Fueron momentos llenos de ansiedad y una carrera que, tras tanta espera, les otorgó como punto final una medalla en sus cuellos.
Cómo se posicionaron en los podios
Cuando aún restaban varios minutos para que se cumpliera la hora, Oscar Andrés Biga Vidal fue el primer competidor en silla de ruedas en cruzar la llegada (34m44s), seguido por Alejandro Fernández (45m00s) y Gabriel Sosa (55m21s). Aún faltaba que se dieran las definiciones más cerradas de la jornada, cuando los corredores de elite buscaron alzarse con el podio.
Luego vino el turno de los deportistas de elite. En una definición cerrada, quién se posicionó en el primer lugar entre los hombres fue Gerba Beyata Dibaba, de Etiopía, con un tiempo de 1h00m29s, con lo cual se ubicó como sexta mejor marca de la historia de los 21K Buenos Aires. Su compatriota, Dinkalem Ayele Adane, ostentó el mismo tiempo, aunque no pudo quedarse con el primer puesto. El podio lo cerró Felix Kibitok, de Kenia, con una diferencia de tres segundo del líder de la competencia.
En cuanto a los Latinoamericanos, el primero en cruzar la línea de llegada fue el ecuatoriano Christian Salvador Vasconez, con lo cual se consagró como campeón sudamericano (1h01m59s), mientras que el argentino Federico Bruno, a menos de 10 segundos de distancia, llegó en el sexto puesto entre los corredores de elite (1h02m10s) y se alzó con el campeonato argentino de media maratón del 2022. Pero eso no es todo, ya que su tiempo se posicionó como la mejor marca histórica de un argentino en esta prueba. El podio entre los nacionales lo completaron Ignacio Erario, que llegó séptimo en la general (1h02m12s); y Joaquín Emanuel Arbe (1h02m49s).
En tanto, entre las damas, la vencedora entre las competidoras en sillas de ruedas fue la argentina Lucía Montenegro (1h03m40s), seguida por las también nacionales Silvia Alvarado (1h30m15s) y Valeria Corbalán (1h38m23s).
En tanto, entre las corredoras de elite, la ganadora fue la keniata Irine Kimais, con un tiempo de 1h07m59s. La siguieron la etíope Atalel Anmut Dargie, que marcó el mismo tiempo que la vencedora, y Vivian Jerono Kiplagat, a un segundo de diferencia.
El plato fuerte de la jornada fue el récord que marcó la argentina Florencia Borelli, ya que no solo marcó un récord nacional y sudamericano, sino que además se consagró como campeona sudamericana con un tiempo de 1h09m31s. En el séptimo lugar de la general, pero segundo albiceleste, se posicionó Daiana Ocampo (1h09m44s), quien se había alzado hace dos años, en Asunción, como la primera nacional en convertirse en la campeona sudamericana.
* Fotografías: Franco Fafasuli y Nicolás Stulberg
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