“Estos vestidos son tuyos. Usalos para el bien”, decía la carta, acompañada por una cinta celeste y blanca y entregada en mano por Juan Domingo Perón. Francisco “Paco” Jamandreu, diseñador y hombre de confianza de Eva Duarte, quien supo vestir por varios años a la primera dama, tuvo que contener las lagrimas al ver todos esos vestidos juntos que volvían nuevamente a sus manos.
Corría el año 1952 y habían pasado solo unos meses del fallecimiento de la mujer que ya estaba comenzando a transformarse en un mito.
¿Cuántas imágenes representan a Evita? Ante todo, la persona. Evita fue una líder, la voz de las clases sociales humildes, que luchó además por hacer valer los derechos de miles de mujeres en Argentina.
Dueña de una fuerte impronta en su imagen y personalidad, lidió sin temor frente al qué dirán y los prejuicios de un mundo completamente distinto al actual. Evita se transformó en un ícono. Sus distintos looks al día de hoy representan un estilo propio. 70 años después, cuatro de aquellos vestidos, reposan sobre unos maniquíes en la calle Libertad al 1033.
A días que estrene Santa Evita, la serie basada en la reconocida novela del periodista y escritor argentino Tomás Eloy Martínez, protagonizada por Natalia Oreiro, estos cuatro vestidos son exhibidos y serán subastados. Desde el lunes 4 al miércoles 13 pueden verse en la mencionada calle porteña y, el jueves 14, serán subastados a las 18:30 junto a un importante conjunto de obras de artistas argentinos, europeos y otras antigüedades.
De los 5 vestidos que pertenecieron a Eva Duarte de Perón, 4 de ellos, son de la Colección Paco Jamandreu y uno es una prenda confeccionada por el modisto francés, Jaques Fath.
Roldan José María, casa de subastas, será le encargada de darle un nuevo dueño o dueña a estos valiosas telas que hoy son parte de la historia. Luego de haber pasado por varias manos, que los fueron modificando, agrandando y achicando para estar acordes a la silueta de quien lo luciera; luego de haber sido parte de desfiles y hasta de haber ingresado en un litigio judicial, las prendas llegaron a las manos de una persona que decidió finalmente ponerlos a disposición de esta casa de subastas para que sean vendidos.
“Los 4 de Jamandreu arrancarán en un precio que va entre los 4 mil y 12 mil dólares de base. El de Fath, entre 40 y 45 mil dolares”, cuenta a Infobae José María Roldán, quien conoce los detalles que hay detrás de este legado.
Son varias las historias. Según relata este hombre, Eva se apareció un día en la casa de Yamandreu, con un diario en la mano y una foto de la actriz, bailarina, cantante estadounidense y ganadora de un Óscar, Ginger Rogers. “Quiero que me hagas un vestido así”, le dijo Eva.
Otro de las prendas que se subastan fue encargado por Evita misma para una gira por España e Italia, que fue pedido en función pura y exclusivamente para ese viaje. Pero sin dudas, el más importante, es el de Jack Fath, un diseñador que llegó a ser competencia de Dior en esa época.
Otro de los vestidos que se exhiben y subastan de Evita fue uno usado el 25 de mayo de 1948, en la conmemoración de la fecha patria en el Teatro Colón. “Lo usa en el único retrato pictórico junto a Juan Domingo Perón en el año 1948. El cuadro fue pintado por Numa Ayrinhac, un pintor europeo que vino a vivir a la Argentina. Hoy ese cuadro está en el Museo de la Casa Rosada”, cuenta José María.
Paco, el diseñador que Evita amaba
“Me pareció altísima. Me impresionó su piel desde el primer día: blanca, transparente, increíble. He conocido muy pocas mujeres con una piel semejante, como de marfil. Era rubia, de pasos largos y muy decididos. Usaba unos pantalones de satén gris plata, un chemisier celeste y zapatos blancos con grandes plataformas de corcho”, dijo este modisto el primer día que la vio.
Enseguida supo ganarse su confianza sin saber que el mismo se convertiría de un protagonista de la historia. “Ver esta colección de Jamandreu, en realidad se trata de una pequeña parte, es ver en un instante de tiempo presente, un lapso del tiempo pasado. Si a esto le sumamos que parte de esta colección fue la ropa que vistiera Eva Duarte de Perón, este tiempo pasado se convierte en histórico. Entonces podemos decir que tendimos un puente entre lo creativo, lo auténtico y lo histórico”, reflexiona Roldán.
Entre 1944 y 1994 (año de su muerte), Jaumandreu vistió no solo a Evita, sino a Oliver Stone, Madonna, Isabel Sarli, Libertad Leblanc, María Julia Alsogaray y Adelina de Viola, entre otros.
“Además en sus incursiones como escritor y gracias a su estrella de divo y a su genio creador tuvo su recompensa con una excelente respuesta del público”, explican desde la casa de subastas.
Jaumandreu y Evita tuvieron una relación de muchos años. “Había una amistad o una preferencia de ella hacia a él. Igualmente fue una mujer con un vestuario enorme, pero es sabido que sus preferidos fueron Paco en la Argentina y Dior afuera del país”, cuenta Roldán.
La confianza entre ambos se hizo cada vez más fuerte. Las anécdotas son infinitas. Un día Jamandreu llegó a probarle a las ocho de la noche unos vestidos. “¡Pero, che ―exclamó Evita―, te estoy esperando desde las seis de la tarde! ¿Dónde te metiste? Hablé a tu casa y no sabían nada”. El modisto le respondió que venía de lo de la actriz Zully Moreno. “A propósito, Zully te manda sus saludos”, le dijo Paco. “¡Los saludos que se los meta bien en el orto!”, fue la respuesta de Eva delante de varios presentes.
Eva ya estaba enferma y le pidió al diseñador que realice algunos arreglos para acomodar la ropa a su cuerpo. No hubo mucho tiempo. En esta tarea se encontraba Paco cuando Evita falleció. “Evita ya era flaca pero estaba muriendo por lo cual su cuerpo se iba achicando. Fue así como le piden a Paco que le achiquen muchísimos vestidos, aunque nunca pudo llegar a usar arreglados”, cuenta Roldán.
A partir de ese momento, los vestidos comenzaron un viaje digno de una novela. Jamandreu los tuvo primero guardados. Luego, lo hizo desfilar y prestó para alquiler. En ese derrotero, fueron sufriendo no solo el desgaste, sino que fueron achicados y agrandados según la mujer que los tuviera puesto.
En 1994 falleció Jamandreu y Beatriz Gandola, su mano derecha, fue quien judicialmente se quedó con los vestidos. Todo volvió a suceder casi de la misma forma: los vestidos fueron desfilados, esta vez, para homenajear al diseñador. “Hasta que hace unos años, Gandola se los vendió a una persona que me los trae a mí para subastar”, explica Roldán mientras acomoda la mangan de uno de los ejemplares sobre el manque.
Evita, la abanderada de un estilo propio
Alguna vez, cuando todo estaba por suceder en el camino del diseñador y su “modelo”, Evita lo anotició a Jamandreu de lo importante que iba a ser su papel de ahí en más. “Me tiene que crear un estilo. Por otra parte necesito ropa sport, de calle, muy sencilla para mi trabajo con el coronel. Usted se imagina: concentraciones, colectas, visitas a barrios pobres, a hospitales. Usted me asesorará de todas maneras”, le dijo Eva.
Según se desprende del sitio Acción Peronista, Evita lo hizo pasar a un cuarto de vestir. Colgaban allí varios tapados de piel largos y cortos, zorros plateados, zorros azules y nutrias. A Paco le parecieron de pésimo gusto y se lo hizo saber. Ella se sonrío.
Mientras Eva le pedía telas y dibujos, Guillermina, la mucama y ama de llaves, los interrumpió: “Señora, el coronel quiere ver al modisto”. Perón, que estaba recostado en la cama, comía sándwiches de chorizo y tomaba vino, lo recibió entonces minutos después.
“¿Así que vos sos el famoso Paco? Pero sos un pibe y hacés modas para mujeres. Mira que te elegiste una muy difícil, ¿eh? ¿Qué te parece?, ¿qué te parece Eva? Con ella podrás lucirte”, le dijo. Y vaya que lo hizo.
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