Porque siempre hay espacio para un buen postre. Es un tema poético para los comensales; algunos aseguran que no debería estar como último curso en una comida y otros son capaces de elegir un lugar para comer basándose únicamente en la carta dulce. Pensando en ellos, Infobae propone un recorrido gastronómico por nueve establecimientos que se destacan, no sólo por la calidad de los ingredientes que usan en todas sus recetas, sino además por la combinación de sabores que eligen y por sus ambientes, ideales para relajarse y disfrutar.
La floreciente escena culinaria de la Ciudad no se detiene en el último bocado de un plato principal, ya sea que justo pases por una panadería boutique para comprar pan de masa madre o te deleites con la elevada selección de postres de un restaurante de alta cocina como el pico máximo de la experiencia culinaria perfecta. Desde el tradicional almendrado al flan de dulce de leche, pasando por la Selva Negra, los profiteroles o la galardonada chocotorta. Sea cual sea el restaurante (o la heladería) de esta lista que visites, en todos podrás encontrar alguna de estas delicias elaboradas con la mejor materia prima.
Así como hubo platos que dejaron huella en la memoria de distintas generaciones, también hubo postres argentinos. Cada quien tendrá su favorito, pero hay varios que se convirtieron en pasión de multitudes. Si bien las ofertas más apropiadas dependerán hasta cierto punto del concepto del restaurante y de lo que haya en su menú, hay ciertos postres que aparentemente resisten el paso del tiempo. Se venden mucho, son universalmente populares y, lo que es más importante, son fáciles de servir.
Argentina se caracteriza, como otros países del mundo, por tener una gastronomía propia y variada, ya que cada una de sus regiones ofrece platos típicos que conjugan cultura, tradición, creencias y valores en un fin único: el de brindar su historia a través de una diversidad de aromas, colores y sabores incomparables. Capítulo aparte en nuestra gastronomía merecen los postres que tan bien aceptados están en el las costumbres populares de nuestra gente y la del extranjero que busca un sabor especial...
“Cuando hablamos de postres argentinos hay un ingrediente que siempre está y es, obviamente, el amado y sagrado dulce de leche. Como argentina y pastelera me siento muy agradecida de contar con este producto -que ya es una preparación en sí misma- a la hora de cocinar. Creo que todos esos postres clásicos que siempre nos guiaron hacia un lugar dulce nacional no han cambiado. Pero sí creo que se han reversionado de múltiples maneras o fusionado incluso con una experiencia subjetiva de quien proponga algo nuevo”, aseveró en diálogo con Infobae la pastelera Olivia Saal, más conocida como Chica Pájaro.
“Cuando era chica, lo que más me gustaba y esperaba cuando iba a comer afuera era que llegara el momento de elegir el postre. Entre los clásicos que me marcaron están los que tienen dulce de leche, desde el panqueque calentito y quemado con azúcar hasta el flan mixto (con dulce de leche clásico, nada de repostero). También alguna fruta en conserva con helado o crema. Y obvio que el helado, desde la cassata y el bombón escocés hasta las clásicas copas heladas con oblea. Al vigilante lo entendí pasados los 30 pero me encantaba robarle a mi viejo el sambayón tibio recién hecho con nueces”, recordó por su cuenta la cocinera argentina Mecha Solis.
Para Martín Lukesch, chef a cargo de la cocina de El Preferido de Palermo y quien supervisa toda la cadena de producción, “los postres que marcan esta era son postres clásicos que vienen de generaciones anteriores, que van mutando y se van perfeccionando. Esos que a menudo se reversionan como sabores de helado en heladerías y a veces evolucionan en postres más modernos en las cocinas del fine dining. Son creaciones que tienen que ver con la tradición y las costumbres”,
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Mengano Bodegón
Los clásicos no fallan, eso es sabido. Pero, ¿qué si ese clásico, sin perder su esencia, encuentra una reversión perfecta y moderna? Eso es lo que busca Mengano, un restaurante palermitano sin precedentes, que con técnicas de la alta cocina, logró transformar a los hitos gastronómicos de los clásicos bodegones, en auténticos platos de autor. Entre ellos: el rogel.
“Nuestro rogel ‘invertido’ nace de querer hacer algo distinto con dulce de leche y de querer presentar de manera diferente también. En un principio eran las lajas de dulce con una crema de banana y después evoluciono al rogel. Nuestra versión de este postre tradicional argentino tiene de particular que se prepara a la inversa de cualquier otro: lo que sería sólido acá es líquido (la masa) y lo que es líquido en el original, nosotros lo hacemos sólido (dulce de leche y merengue)”, detalló a este medio Facundo Kelemen, creador del cada vez más prestigioso restaurante.
- ¿Dónde? José A. Cabrera 5172, Palermo
Oli
Sí. Todo el mundillo gastronómico de Buenos Aires está hablando de esto: la Chica Pájaro inauguró su local gastronómico, Oli, la apertura más esperada de Palermo, y la está rompiendo. Hay que ir, sentarse en un living adentro o en un banco afuera, y probar, además de las medialunas (sello distintivo de la casa), alguna de todas las opciones dulces que ofrece.
“Yo hago medialunas. Es lo que mejor sé hacer. Pero también hago otras cosas y me gustan muchos mundos. Me gusta mucho el servicio, por eso fue que abrí no solo una pastelería, sino un restaurante en donde conviven las propuestas de panadería, pastelería, bistrot y vinos. Los dulces que más vienen a buscar obviamente son las medialunas de manteca, después las galletas Milano (una reversión de la galleta de paquete), la torta Selva Oli (la torta típica alemana pero 2.0), el roll de chocolate con pasta casera de avellanas y nuestra versión del flan parissien”, detalló a Infobae la pastelera. Y concluyó: “Son una mezcla de postres clásicos, hits que conocemos desde que comemos dulces y están en nuestra parte subliminal de la cabeza, o clásicos que quisimos hacer acá como capricho y fanatismo”.
- ¿Dónde? Costa Rica 6020, Palermo
Julia
Un proyecto sin pretensiones que se centra en las cosas importantes: estacionalidad, sabor, técnica e ingredientes. Detrás de Julia, el restaurante de 22 asientos que lleva el nombre de su hija, está Julio Báez, un multitasker. Los platos más destacados del restaurante que abrió en 2019 incluyen tartar cubierto con una capa de virutas de mantequilla ahumada, chuletón con puré de ajo blanco y negro, carpaccio de sandía y salchicha longaniza procedente de Chacabuco, la ciudad natal de Báez.
Para la hora dulce, el flan de apio nabo, dulce de leche de apio nabo y crema batida, es el ideal. Se trata de una planta de la misma familia que el apio. A diferencia del apio común, que se cultiva por sus hojas y tallos, al apio nabo se lo utiliza por su raíz. En los últimos tiempos, comenzó a aparecer en sofisticadas cartas de restaurantes locales pero solo Julia se animó a tanto: usarlo en un flan.
- ¿Dónde? Loyola 807, Villa Crespo
Anafe
Vinos de bodegas independientes, cocina a la vista y dos jóvenes chefs que convirtieron su restaurante de Colegiales en uno de los más aclamados de los últimos tiempos en Buenos Aires. Anafe es producto de una idea muy clara y bien llevada adelante. La cocina a la vista, un techo de tela amarillo y las mesas y asientos de colegio primario, terminan de completar la experiencia en este establecimiento que en 2021 año fue elegido por los Latin America’s 50 Best Restaurants como el mejor restaurante emergente del continente.
Anafe tiene seguidores leales entre los amantes de la repostería, que acuden en masa a este destino gastronómico de lujo para disfrutar de sus profiteroles -además del paté con financier- elaborados a partir de un crujiente hojaldre París-Brest y rellenos de praliné semifreddo y salsa de caramelo. Sublime.
“Es como si un profiterol y un almendrado tuvieran un hijo. Es rico, crocante, dulce, salado, caliente y frío. Lo tiene todo”, le dijo a Infobae Micaela Najmanovich, cocinera y alma máter de Anafe.
- ¿Dónde? Virrey Avilés 3216, Colegiales
El Preferido de Palermo
Apostar a la reinvención de un clásico en la gastronomía es una jugada para valientes, en El Preferido de Palermo lograron llevarlo a cabo y por partida doble: en los platos que conforman el menú y el espacio elegido para abrir el restaurante. Funcionaba como almacén y bodegón de una familia de inmigrantes. Empezó con impronta asturiana pero con el correr de los años fue virando hacia una cocina porteña con marcada influencia española e italiana. Entre los postres, se destacan los helados artesanales de sabores tradicionales como sambayón y dulce de leche, y el affogato (helado de crema Jersey y café ristretto).
“Sin lugar a dudas, en El Prefe, el postre estrella es el helado, en todas sus versiones. El de sambayón es un clásico. Después están el affogato y hecho a base de pasta de pistachos sin saborizantes ni colorantes. Otro clásico es el de chocolate. Hacemos nuestro propio licor de cacao a partir de un grano orgánico y lo refinamos con una máquina melanger para hacer el helado”, destacó Lukesch.
- ¿Dónde? Jorge Luis Borges 2108, Palermo
Loreto Garden Bar
En Argentina, la chocotorta es pasión de multitudes. Y desde 2020 también se destaca en el mundo. Al menos así quedó demostrado en un ranking internacional que elaboró el sitio Taste Atlas, que la ubicó en el primer puesto entre los mejores postres del mundo.
Cocina sencilla pero honesta, buena técnica y sabores bien logrados. Eso es Loreto, un bar-restaurante ubicado pleno barrio de Colegiales. ¿La orden ideal para levantar cualquier día de la semana? Una chocotorta y un “café de normalidad”. Perfecta para quienes gustan de sabores contundentes, su versión de este clásico es aprobada por todos.
- ¿Dónde? Virrey Loreto 2912, Colegiales
Chila
No se puede hablar de postres argentinos sin incluir los alfajores. Pero este no es cualquier alfajor. Fundamentalmente: galleta de almidón de maíz, semifreddo de dulce de leche y vauquita casera. De yapa y por suerte: lámina de coco congelada, amaranto pop caramelizado y aire de coco. Así es el de coco en Chila, el restaurante de Andrés Porcel en el moderno barrio de Puerto Madero. “Está inspirado en mojar un alfajor de maicena en la espuma del café con leche”, explicó a Infobae Pedro Bargero, su chef ejecutivo.
Uno de los atributos que mejor define a Chila es la evolución. Luego de una renovación total del restaurante en 2012 y de la incorporación de Pedro como chef ejecutivo en 2015, se apegaron aún más de su columna vertebral y redujeron su propuesta únicamente al menú degustación de 7 pasos en sus dos versiones: con proteína animal y vegetariano. Ambos van cambiando a lo largo del año, de acuerdo a la estacionalidad y a lo que quieren transmitir Andrés y Pedro.
- ¿Dónde? Av. Alicia Moreau de Justo, Puerto Madero
Obrador Florida
Vale la pena que no pidas postre en tu restaurante favorito y pases por la primera heladería artesanal botánica en Buenos Aires a elegir el bocado dulce de tus sueños. La historia de Obrador Florida nace junto a Mercedes Roman y su amor por el diseño y el arte culinario. “Comencé a hacer helados exclusivamente para comer una vainilla natural, ya que prácticamente no había en el mercado y es mi gusto favorito”, contó la creadora de esta nueva heladería.
Y como los juegos siempre pueden convertirse en pasiones, y estas en ideas de negocios, llegó la apertura de Obrador Florida el pasado 20 de marzo. De elaborar helados en su casa, Roman pasó a estudiar y profundizar sus conocimientos de vida vinculados al diseño y la gastronomía. “Encontré en la producción de helados ciertos rasgos similares al proceso de diseño, y todo empezó a cobrar sentido y conectarse”, admitió.
Obrador Florida se define como una propuesta que prefiere la variedad y el color, por sobre las repetición y las preparaciones saturadas. Sus helados utilizan frutos, flores, hojas, raíces, tallos y semillas al 100%, sin ningún desperdicio. Cada sabor respeta la materia prima y se elabora “desde cero”.
Sujeto a la disponibilidad de ingredientes, según la época del año, la carta se renueva por estación de acuerdo a lo que llega de los mercados y proveedores de campos orgánicos. El helado al corte y el rescate emotivo del almendrado, la cassata y el bombón suizo son formatos que a Mercedes le interesa explorar. Enteros o por porción, el hit es el almendrado de pistacho. Un estallido verde que le da una vuelta de rosca al postre tradicional.
- ¿Dónde? Soler 5063, Palermo
Albamonte Ristorante
Desde hace más de 60 años en el barrio de Chacarita, este bodegón mantiene el balance ideal entre buen servicio y cocina tradicional argentina (además de precios lógicos). Lejos de los platos de autor tan en boga, Albamonte es el mejor ejemplo de lo infalible de los clásicos. Pablo Massey lo define como “un restaurante ítalo-argentino sin pretensiones pero mucha calidad”. “Tiene un montón de platos, no es pretencioso, es exitoso y representativo de la cocina autentica argentina”, sostuvo el cocinero en una entrevista con este medio.
Para el postre hay que pedir el merengue mixto, crujiente por fuera, húmedo por dentro, servido sobre una cantidad insana de dulce de leche y crema batida. Los cocinan en el mismo horno de la pizza, solo con el calor residual que queda a la mañana siguiente del servicio. Los merengues quedan dentro del horno por varias horas, hasta conseguir esa textura única. No hay otro lugar donde comer unos merengues así.
- ¿Dónde? Av. Corrientes 6735, Chacarita
Fotos: Instagram
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