Indudablemente, Sigmund Freud ha reformado el conocimiento universal. Fue un revolucionario. Lo que quisiera comentar son dos cosas que se hablan mucho y quisiera sisematizarlo en forma simple. Son las dos formas con las cuales él explicó el aparato psíquico.
Lo hizo a través de las llamadas tópicas. La palabra tópicas viene del griego, topos, que significa lugar. Él era neurólogo, era médico, y creía encontrar en el cerebro un área determinada para una determinada función. Era una explicación de orden metafórico, conceptual. Él describió, en consecuencia, para describir el aparato psíquico, algo muy utilizado luego en psicoanálisis, dos tópicas o topos.
La primera y segunda tópica
La primera la desarrolló en 1915 y él entendía en esa tópica tres estructuras, tres instancias: el consciente, el preconsciente y el inconsciente.
El inconsciente es aquello que no está accesible a nuestro conocimiento. Tiene que ver con nuestro pasado más arcaico, ancestral, lo instintivo, lo oculto, el principio básico en esa instancia del inconsciente es el placer.
El preconsciente es todo lo que está accesible, de las experiencias cotidianas, de las percepciones que tenemos y que en un momento uno, aunque no las tiene presentes, las puede traer al consciente.
Y el consciente es la relación con el mundo, la relación con el otro. Esta es la primera tópica: consciente, preconsciente, inconsciente.
Pero después, Sigmund Freud, en el año 1923, desarrolla la llamada segunda tópica. Ahí tenemos el ello, el yo y el superyo. Qué decía en la instancia o tópida del ello. Lo instintivo, lo atávico, lo oculto, lo prohibido, lo que deseamos hacer, pero no está accesible a nuestro consciente.
Luego, el superyo es lo normativo, lo cultural, lo reglado o los 10 mandamientos, o el código de Hammurabi, lo reglado socialmente, el superyo es lo que debiera ser. Entre los dos, el ello, lo instintivo, y el superyo, está el yo que es mi relación con el medio ambiente, con los demás.
Entonces en esta segunda tópica tenemos: el ello, lo instintivo; el superyo y el yo. Así tenemos descrita básicamente la primera y segunda tópica freudiana.
Lo invito a que lea de estos temas son interesantísimos. Espero que haya resultado de utilidad.
Además, hace un tiempo les hablé sobre qué era más importante, si la razón o la emoción. Sabemos que es una pregunta metafórica, porque se necesita tener siempre un equilibrio entre ambas cosas, aunque es muy importante la emoción.
La mayoría de las decisiones que tomamos -metafóricamente hablando- se toman con el corazón, y después, la razón termina elaborando una explicación lógica para explicarnos a nosotros mismos y sobre todo, el por qué de nuestras propias decisiones.
El mundo emocional se encuentra lleno de múltiples emociones y sentimientos. Las emociones llamadas básicas son por ejemplo: el miedo, la ira, la alegría, la tristeza, el asco, la sorpresa, y ni que hablar de los sentimientos como el amor, el odio, la culpa, la vergüenza, el orgullo y la envidia.
Todas las emociones y sentimientos hacen que nosotros tengamos inclinaciones anímicas que determinan las emociones, y muchas veces, la razón termina justificando para hacer entendible al mundo de los otros nuestras decisiones emocionales, pero la realidad es que la mayoría de las veces, la emoción decide y la razón justifica.
*El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540 de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Y es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario.” (Ed. Planeta, 2019), entre otros.
Realización: Samuel Cejas. Edición: Facundo Madero. Producción: Macarena Sánchez
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