A partir de cierta edad, en algunos casos se empieza a aumentar de peso de manera casi silenciosa: lento pero constante. Por lo general, lo primero que se tiende es a pensar que es un tema relacionado con el paso del tiempo, por la disminución del metabolismo. La llegada del verano aumenta aún más la presión por intentar bajar esos kilos que parecen una misión imposible.
Se sabe que la tasa metabólica tiene que ver con el ritmo del cuerpo para quemar calorías y mantenerse vivo y en funcionamiento. Por lo general, la mayoría de las personas suponen que, con el envejecimiento, el metabolismo en reposo se desacelera, sobre todo luego de la menopausia y es por eso que se comienzan a subir de a poco esos kilos que tanto cuestan bajar.
Sin embargo, un estudio publicado en Science analizó los datos de casi 6.500 personas de un rango de edad comprendido entre la infancia y la vejez. Los autores del artículo explicaron que el metabolismo en reposo se mantiene estable entre los 20 y los 60 años, y que a partir de entonces registra un descenso inferior al 1% anual.
Es decir, no es un tema de edad sino de hábitos. Los especialistas sugieren una alimentación sana, ejercicio diario y un buen descanso. Estas probablemente sean las claves de una vida más saludable.
“El tipo de metabolismo depende del estilo de vida. El sedentarismo, una alimentación no saludable y poco descanso son los principales responsables de su disminución, y en consecuencia el aumento de peso a expensas de grasa. Pero se puede revertir”, comentó a Infobae Carina Gauna (MN 6592), licenciada en Nutrición.
Para el doctor Gabriel Lapman (MN 119.066), cardiólogo y nefrólogo, autor de Reset y fundador de SAMEV, Sociedad Argentina de Medicina de Estilo de Vida, es un mito el tema de acelerar el metabolismo, lo que sí asegura es que existen hábitos más saludables que otros.
“Una alimentación integral, basada en plantas, rica en vegetales es fundamental. Además, también es importante el ejercicio físico diario; estamos hablando de 150 minutos por semana a lo que hay que sumar el estiramiento y y ejercicios de fuerza, dos a tres veces por semana”, explicó Lapman a Infobae.
“Con esos pilares nosotros podemos lograr no sólo optimizar el metabolismo sino prevenir, revertir y mejorar enfermedades crónicas no transmisibles como la obesidad, la hipertensión, la diabetes tipo 2 y enfermedades coronarias. No sé si la palabra es aumentar el metabolismo, sino tener un estilo de vida saludable”, agregó el el doctor Lapman.
Es posible que con el paso del tiempo se haya disminuido la actividad física y la vida se volvió más sedentaria, con largas horas de inactividad.
“Ser sedentario la mayor parte del día reduce notablemente el metabolismo de las grasas”, afirmó Edward Coyle, profesor de Kinesiología y Educación Sanitaria de la Universidad de Texas en Austin y director del Laboratorio de Rendimiento Humano de la universidad.
Asimismo, dijo que con su investigación descubrió que es necesario dar al menos 8.500 pasos durante todo el día, sin necesidad de que sean todos a la vez, para mantener un metabolismo adecuado de las grasas. En su laboratorio demostró que con sólo cinco ráfagas de cuatro segundos de ejercicio realizadas a máximo esfuerzo cada hora a lo largo del día se puede aumentar drásticamente el metabolismo de las grasas hasta en un 49%.
Un estudio para determinar el efecto de una intervención de ejercicio intermitente de alta intensidad (HIIT) descubrió que, después de 12 semanas de esa práctica, los hombres con sobrepeso redujeron su grasa abdominal en un 17% y la masa grasa general en 2 kilos.
“El ejercicio físico, principalmente de fuerza, aumenta la masa muscular que es metabólicamente activa hasta en reposo lo que contribuye a quemar grasa también en momentos en los q estamos quietos”, agregó la licenciada Gauna.
Además, afirmó que la elección de alimentos saludables es fundamental para la formación de masa muscular. “Alimentarse de manera adecuada ayudará a que el organismo se recupere más rápido, brindará energía y evitará la aparición de la fatiga, permitiendo una recuperación más rápida”, señaló la especialista en nutrición.
Angie Asche, dietista estadounidense aconseja ingerir entre 20 y 25 gramos de proteínas una hora después de hacer ejercicio. Además recomienda beber más agua ya que también puede aumentar brevemente el metabolismo.
Con respecto al descanso todos los especialistas coinciden en que es reparador y necesario. Para el doctor Lapman, el descanso debería ser de siete a nueve horas por día. “Además es importante la reducción del estrés, práctica del perdón, gratitud; reducción de hábitos tóxicos: tabaquismo y alcoholismo y algo que es muy importante que es la conectividad social y sentido de vida”, dijo.
Dormir menos de siete horas habitualmente se asocia a numerosas implicaciones negativas para la salud, como el aumento de peso, diabetes, hipertensión, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, depresión y un mayor riesgo de muerte, entre otros, según la Academia Americana de Medicina del Sueño y la Sociedad de Investigación del Sueño.
“El descanso es necesario para que los músculos puedan repararse, reconstruirse y fortalecerse, y el mejor momento es por la noche. Si este no se realiza adecuadamente, puede causar desde cambios de ánimo hasta que el nivel de rendimiento se vea reducido”, concluyó Gauna.
SEGUIR LEYENDO: