Salvador Dalí, además de haber sido un sensacional artista, es quizás uno de los primeros y más conocidos influencers del bigote en la historia reciente. Dalí solía decir que se lo había dejado crecer a consecuencia de su decisión de no fumar y llevaba varios bigotes postizos en la tabaquera, por lo que los ofrecía igual que otros proponían un cigarrillo. Para Dalí el bigote era un componente imprescindible de su imagen como artista, era también un ejercicio de extravagancia que ayudaba a generar desconcierto y en cierta forma a provocar.
Quién no ha visto alguna foto del artista con ese bigote fino que, con cera y aceite, le daba formas casi escultóricas. El caso de Dalí es tal vez solo un ejemplo de cómo este pelo que crece en la región de la cara comprendida entre el límite inferior de la nariz y el labio superior, supo ser un símbolo según el momento y la sociedad donde se le ubique.
El bigote a través de la historia ha sido considerado una representación de hombría y virilidad, pero también es un indicativo de clase y sabiduría, autoridad o poder.
Hoy, este rasurado que tiene una de sus representaciones más antiguas en el mayordomo Keti, quien vivió durante la dinastía VI del antiguo Egipto (tercer milenio adC), vuelve a ser tendencia de quienes se animan de dejárselo completamente solo, sin o con poca barba al rededor. De moda siglos atrás en los ejércitos de numerosas naciones, y con gran variedad de estilos, son varios los hombres que lo eligen casi como una marca registrada de su personalidad y en cierta forma de quienes buscan trasgredir.
Si se trata de transgresión, habrá que preguntarle a la artista Frida Kahlo, quien se pintó con bigote y uniceja, siendo esta imagen utilizada por algunos surrealistas en las artes.
Sin duda, las décadas de los 60 y 70 fueron los años de gloria para el bigote. Si hay que hacer una mención actual, ésta le corresponde a los hípsters de los 2000, quienes hicieron gala de la combinación con gafas gruesas y cortes de pelo moderno.
“El bigote no es que vuelve a ser tendencia, nunca dejó de ser tendencia”, dice a Infobae Adrian Centi, socio de la barbería The Barber Job. “Estuvimos dos años con una mascarilla en la cara, por lo tanto la gente se dejó de ver tanto un bigote, como una barba o una sonrisa. Ahora que está apareciendo la gente sin mascarilla, empezamos a ver de nuevo los bigotes. Hoy en día, los bigotes se ponen de moda según quienes lo utilizan. En el último tiempo muchos famosos como Johnny Depp o Brad Pitt, se dejaron el bigote y eso hace que la gente utilice o se deje más este tipo de moda. El bigote hoy tiene un aspecto hoy muy buscado en el hombre. Entonces dejarse el bigote implica mucha hombría si se quiere, tiene un significado hoy de estar a una moda. Tener un bigote bueno no es sencillo y no es fácil. Por lo cual, implica un cuidado, una técnica para poder llegar a tener un buen bigote, con lo cuál no es un trabajo menor”, sigue Centi.
Tipos de bigote
En los Campeonatos del Mundo de Barbas y Bigotes de (World Beard and Moustache Championships) se estableció la siguiente clasificación de seis estilos o tipos de bigote:
Dalí: delgado con puntas largas hacia arriba, rectas o curvas. Las partes cercanas a las comisuras están rasuradas.
Natural: no excede más de 1′5 cm por encima del labio superior (se le puede dar forma pero sin fijador).
Sesentero: muy delgado y como de pincelada en dos segmentos
Húngaro: grande y poblado con los pelos extendidos hacia los lados.
Imperial: parecido al inglés pero con puntas arqueadas hacia arriba.
Inglés: relativamente delgado, de pelos muy largos extendidos hacia los lados. Se suelen rasurar los pelos que crecen después de las comisuras.
El universo de tipos y clasificaciones es más extenso. Roger Figuera, de Bacán Barbería, dice que en general los hombres usan el bigote más grueso que el fino. “A mucha gente no le gusta usar el bigote fino, sino que sea como más natural. El que se deja el bigote tiene que tener mucha personalidad porque también puede dar mala presencia”, dice Figuera quien sostiene que se debe analizar el bigote con el conjunto de quien lo lleva.
“Si la persona tiene estilo, es una cosa. Si no lo tiene, es otra y puede dar distintas impresiones e imágenes”, opina el especialista.
Para Centi, muchos eligen el tipo fino o lápiz. “Se están usando mucho los rectos y finitos, lo usa la gente más joven que debuta con las primeras elecciones de cortes. El bigote chevrón, el clásico de los 60 y los 70, también se usa. Y también varios usan el bigote con barba, estilo rugbier, tipo leñador, que ya lleva un cuidado en le que hay que estar mucho más encima”.
Centi dice que el bigote, da que la persona es más prolija. “Con la barba que es más difícil llevarla cuidada y arreglada, eso no sucede. El bigote bien cuidado es mucho más sencillo que cuidar a una gran barba, da un aspecto de masculinidad, pero también si es bien llevado, un aspecto intelectual, tiene un dejo de intelectualidad que llama la atención. Siempre hablamos de un buen bigote da la sensación de un hombre más maduro”, analiza el especialista.
Y sigue: “El hombre no es que pide un bigote, sino que se empieza a dejar los bellos y si va a la barbería pregunta cómo lo tiene que cuidar y qué forma le pude dar. Hay gente que ya viene con el prototipo en su cabeza, diciendo que quiere el bigote de tal o cual persona. Y hay gente que le consulta al babero cuál es la mejor versión para su rostro, cuál le quedaría mejor. Algunos quedan conformes, otros se arrepienten y se lo sacan. Pero consultan todos. Sobre todo cómo llevarlo, cómo es el cuidado, como darle forma”.
Hay, indiscutiblemente, una cuestión cercana al bon vivant en quienes llevan el bigote. Centi lo grafica así: “Es, te diría, como fumar un habano. Tiene toda una mística atrás, tiene lavado, cuidado, productos para ponerse y obviamente, todo esto hace que el hombre esté cuidando de sí mismo. Que esté más atento de sí, de su cara y de toda su estética”.
Tal vez, por este tipo de cuidado y atención, completa Figuera, “pocas personas se dejan el bigote sólo, hay algunos que se lo dejan más grueso pero esos son los hombres más adultos. Otros con la barba pero resaltando más el bigote. En todos los casos, siempre hay que estar detrás”, agrega Figuera.
La estética masculina cada vez está más cerca de la femenina en cuanto a cuidados y el bigote no lo es menos. Requiere cuidados diarios para que esté siempre en plenas condiciones de cara a los demás.
La realidad es que el hombre de hoy es tanto o más coqueto que la mujer. Por eso, muchos no solo van a la barbería, sino que cuidan el bigote en su casa con corta-barbas, bigotes y pelo. “Este tipo de máquinas antes solo se veían en las peluquerías, pero desde hace muchos años están en las manos de todos aquellos que cuidan su estética facial muy a fondo”, dice Figuera.
La imagen de los famosos es siempre seguida por multitud de gente. Nombres como David Beckham, Brad Pitt o Jonnhy Deep, son vistos en sus redes, mostrando su bigote. Ellos influyen y ayudan no solo a tomar la decisión dejarse el bigote, sino de “elegir” cuál es el mejor.
Pero, ¿qué cosas son las que hay que tener en cuenta a la hora de dejarse el bigote?
En primer lugar, la forma de la cara. Cuenta mucho para el peinado y también para el bigote. No es lo mismo un rostro alargado o con facciones muy marcadas que una cara más redonda. No le sentará igual un mismo bigote a dos personas con caras opuestas en cuanto a forma.
La cantidad de pelo. Es fundamental para decantarse por un tipo de bigote u otro. Lo que está claro es que si no hay buena densidad de pelo, no se podrá hacer mucho.
El estilo que más se ajusta. Y sí, por supuesto, para una imagen es necesario tener las cosas muy claras y sobre todo tener una personalidad definida.
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