Adrian Brown: “Pocas veces siento que un vestido es demasiado estupendo”

El original diseñador y médico dermatólogo divide sus días entre su atelier y el consultorio. En una nueva edición de Moda&Gastronomía acepta el desafío de combinar el buen vestir con el buen comer

Guardar
El original diseñador y médico dermatólogo divide sus días entre su atelier y el consultorio. En una nueva edición de Moda&Gastronomía acepta el desafío de combinar el buen vestir con el buen comer

Si hay un diseñador discreto, correcto y original ese es sin dudas Adrián Brown. Bajísimo perfil, médico dermatólogo, divide sus días entre su atelier y el consultorio. Creyente, adorador de la pintura de Sassoferrato y sus Vírgenes, hizo colecciones inspirado en La Dolorosa, diseñó el vestido que la primera dama Fabiola Yañez lució frente al Papa Francisco pero siempre esquivando lo mediático. Bon vivant absoluto, se suma al juego de combinar sus dos placeres: el buen vestir y la gastronomía.

-¿Qué sabor te deja el vestido terminado, estupendo?

-Pocas veces me pasa que siento un vestido demasiado estupendo. Soy muy crítico. Pero cuando realmente siento que quedó lindo aparece un sabor dulzón. Podría ser un rico cheesecake.

-¿Y la pelea entre colegas? ¿A qué sabe el escándolo?

-Nunca fui partícipe de una pelea directa entre colegas. No puedo negar que algunas veces existe tensión, incluso habladurías y un poco de celos. Pero considero que el chismorreo es lo peor que puede existir. No es un plato, es arsénico.

-En gastronomía, ¿qué sería la piel?

-La pregunta me remite a un corte histológico. Por eso pienso en la masa filo. La piel en todas sus capas, desde la epidermis hasta la dermis profunda.

-¿Qué plato pensarías como una piel transparente, perfecta?

-Tal vez una vichyssoise, una sopa aterciopelada, traslúcida, medio untuosa. La piel me gusta así, con poco make up. Que sea rosada y no esté muy oscurecida por la luz.

Por lo tanto los vestidos
Por lo tanto los vestidos no pueden quedan en la estructura de dulce o salado. Hay juego y variedad de sabores (Cristian Gastón Taylor)

-¿Tus colecciones son dulces, saladas o agridulces?

-Agridulces. Mis propuestas siempre tienen algunos artilugios y movimientos escénicos. Por lo tanto los vestidos no pueden quedan en la estructura de dulce o salado. Hay juego y variedad de sabores.

-¿Con qué vegetal o producto compararías tus volúmenes?

-Son toda la familia de los coles. Las tafetas, brocatos y todas esas texturas que parecen papel, me remiten a los repollos.

-¿Cuál es la prenda de peor gusto? ¿A qué bocado se asemeja?

-Para mí, el mono. Es algo que no me gusta y no puedo entenderlo como diseño. Lo compararía con un fiambre de mala calidad.

-¿Qué vitamina aporta un vestido regio?

-Sin duda vitamina D. Porque la vitamina D para ser movilizada necesita mucha luz. Y un vestido en una linda mujer genera eso mismo.

-¿Las novias deben comer antes, durante o después de la fiesta?

-A veces las novias me dan pena. Muchas veces me pasa que en vez de verlas alegres, entusiastas, libres, las encuentro tensas y hasta un poco tristes. Me parece que tienen que comer cuando tengan ganas. Antes, mientras, después. Y desde ya tomar una buena copa de vino para relajarse.

-¿Qué es peor, ¿una cara arrugada o un vestido arrugado?

-Una cara, sin lugar a dudas. Y cuando digo cara arrugada me refiero a una piel descuidada, apergaminada, con exceso de sol. Siempre pensé que un vestido un poco arrugado no está mal porque remite al uso. Pero una piel dañada es mucho más difícil de ver y de reparar.

-¿Cuál es tu utensilio en el taller, en la cocina y en el consultorio?

-La tijera. En el taller es lo que más uso, siempre está en mi mano. En la cocina, como no cocino, abro mucho packaging.Y en el consultorio también es muy útil.

-¿Agujas para pinchar caras o para hilvanar vestidos? ¿Y en la cocina?

-Las agujas para pinchar caras a veces me resultan un poco hostiles. Pero están en mi práctica médica. Las que son para hilvanar me encantan. Y en la cocina pincho también, pero con un tenedor.

El bótox bien usado no
El bótox bien usado no remite a la cirugía (Cristian Gastón Taylor)

-¿Te molesta que confundan bótox con cirugía?

-El bótox bien usado no remite a la cirugía. La gente usa mal la palabra. Dicen menganita está botoxeada pero no tienen idea. Generalmente son mujeres muy operadas, repletas de rellenos, que es otra cosa. Se trata de dos técnicas y sustancias muy distintas.

-¿Qué vestido sería el equivalente a una boca retocada y gigante?

-Un strapless ajustadísimo de línea sirena y con un tajo.

-¿Cuál es el peor pecado en el diseño, la costura y la piel?

-En el diseño es el exceso, el no tener límites cuando se plantea una idea. En la costura un cierre mal puesto en la espalda, que hace el efecto de doble columna. Y en la piel la exageración con el sol, que genera manchas y engrosa la piel. Me parece un pecado.

-Plato favorito y diseñador que te inspiró.

-Mi plato preferido es siempre una buena pasta. Unos linguini con aceite de oliva, albahaca y tomate. Pero mi diseñador favorito es Yves Saint Laurent, así que ahí no combina el plato con el personaje.

-¿Qué bocado sería Coco Chanel? ¿Y Balenciaga?

-Coco es ostras con champagne. Balenciaga un pescado a la manteca negra y alcaparras, bien austero.

-¿Tu lugar en el mundo y el aroma que más te tienta en la vida?

-Cualquiera, siempre que esté con mis seres queridos, que son mi hija y mi señora. Y los aromas remiten a ellas dos. Sus perfumes, la piel de bebé. Si estoy en esa sintonía puedo estar en cualquier lugar del mundo, incluso pasarme un año en casa.

Entrevista: Flavia Fernández

Realización: Gastón Taylor. Edición: Rocío Klipphan. Producción: Macarena Sánchez

SEGUIR LEYENDO

Guardar