Cómo decir “no” sin culpa

Decir “no” a otro genera cierta incomodidad y muchas veces culpa. Sin embargo, el saber conscientemente cuáles son nuestras prioridades es la clave para poder hacerlo. Cómo llevarlo a la práctica

Guardar
La simple palabra “no” suele ser la más difícil de pronunciar. Sin embargo, cualquiera puede desarrollar la habilidad de decir “no” con confianza, amabilidad y ausencia de culpa (Getty)
La simple palabra “no” suele ser la más difícil de pronunciar. Sin embargo, cualquiera puede desarrollar la habilidad de decir “no” con confianza, amabilidad y ausencia de culpa (Getty)

La simple palabra “no” suele ser la más difícil de pronunciar. Sin embargo, cualquiera puede desarrollar la habilidad de decir “no” con confianza, amabilidad y ausencia de culpa. Los beneficios son enormes, ya que pasarás menos tiempo haciendo cosas que no quieres hacer, con personas con las que no quieres estar y te acercarás más a tus propias prioridades y pasiones.

El “no” sin culpa podés convertirlo en una de las palabras más positivas de tu vocabulario personal. Ya sea que anheles más tiempo para tu familia, más tiempo para tu cuidado personal, o más tiempo para alcanzar tus sueño. Decir “no” libera espacio para los “sí” de tu vida.

A qué le estás diciendo que “no”, cuando le decís que “sí” al otro? ¿A qué le estas diciendo que “si”, cuando le decís que “no” al otro?

El decir que sí a los demás y tener dificultad para decir que no sin culpa, es algo con lo que la mayoría de las personas tienen problema, porque culturalmente nos enseñaron a “estar siempre disponibles para los demás”, tendiendo a olvidarnos de nosotros mismos. También nos cuesta por que no queremos quedar mal ni ofender a los demás, ni tampoco queremos que los demás piensen “mal” de nosotros.

El decir “no” tiene un costo inmediato, que el “sí” no lo tiene, ya que nadie nos cuestiona diciéndonos “¿por qué me dijiste que si?” Sin embargo, eso ocurre con el “no” en forma automática. ¿Por qué no?

Napoleón decía que “las personas que le dicen que si a todo, raramente hacen historia”

La filosofía estoica plantea trabajar sobre el egoísmo sano, primero decirse “si” a uno mismo para luego poder estar bien para los demás, ya que si no estoy bien y me siento vacío conmigo mismo ¿qué puedo darle al otro? ¿que clase de líder voy hacer? ¿qué amigo? ¿qué madre o padre? ¿Cuánto le puedo dar al otro si primero no me llene a mi mismo?

¿Cómo decir “no” a los demás sin culpa? Diciéndote que “si” a vos mismo con integridad
¿Cómo decir “no” a los demás sin culpa? Diciéndote que “si” a vos mismo con integridad

Entonces ¿Cómo decir “no” a los demás sin culpa? Diciéndote que “si” a vos mismo con integridad.

El “si” y el “no” son dos caras de una misma moneda, son el nombre y el apellido, siempre van juntos, nunca separados. Por lo tanto cada vez que dices que si a compromisos y voluntades ajenas le estás diciendo que no a compromisos y voluntades personales. Y cada vez que le decimos que si a nuestros compromisos y voluntades le estamos diciendo que no a los compromisos y voluntades ajenas.

“A la gente no le cuesta decir que no, le cuesta decirse que si”

Practica el no

Sí, practicar, la práctica hace al maestro, y esto también aplica a la hora de decir “no” sin culpa:

Mirate al espejo y decí “no” en voz alta. Esto puede ser raro al principio, pero es una forma simple de preparar la mente para decir “no”.

Tené preparadas “respuestas automáticas” que te sienten cómodas al decirlas o al escribirlas.

“Disculpame, no puedo”

“Por el momento no, muchas gracias”

“No, en este momento”

“Discúlpame, no puedo ir al cine, ya que los viernes ceno con mi familia.”

También recordá que no debés dar excusas a nadie a menos que quieras darla. Con un “disculpame, no puedo” es más que suficiente.

¿Cómo evitar la culpa? Con tu Integridad.

Del otro lado de la culpa, se encuentra la integridad. Integridad, proviene del latín integritas o integrere que significa entero e indiviso (indiviso: que no esta dividido en partes). Integridad por lo tanto significa que los valores, pensamientos, palabras y acciones son una sola pieza.

Por ejemplo, ¿declinaste a un nuevo cliente porque implicaría restar tiempo con tu familia? En este caso, tu prioridad es mantener un buen equilibrio entre el trabajo y la familia. Aunque el dinero que te da el trabajo te hubiera servido, podés justificar la decisión con integridad porque te sentís en paz sabiendo que el tiempo con tu familia es importante para vos.

El hecho de que hayas dicho “no”, no significa que no puedas ayudar al otro (Getty)
El hecho de que hayas dicho “no”, no significa que no puedas ayudar al otro (Getty)

Ofrece alternativas al decir que no.

El hecho de que hayas dicho “no”, no significa que no puedas ayudar al otro. Si te preguntaron por un trabajo, podés referirlos con un colega o con otro negocio. Si te preguntaron tu disposición para una reunión, les hacés saber que esta semana no podés, pero que estarás disponible la siguiente.

Aún diciendo que no seguís ofreciendo ayuda, pero en tus propios términos. El beneficio de hacerlo es que no te sientes mal por decir que no. Es un “ganar-ganar”.

¿Cómo detectar tu integridad? Aquí algunas preguntas para descubrirla en vos. ¿Cómo te sentís cuando cumplís con tu palabra? Allí esta la integridad. ¿Cómo te sentís cuando cumplís con tus objetivos? Allí esta la integridad. ¿Cómo te sentís cuando decís que ibas a hacer algo de mucho valor para vos y lo realizaste? Allí esta la integridad.

Entonces: ¿La decisión que estás tomando, te deja en paz vos mismo, aún sabiendo las consecuencias de tomarla? Si tu respuesta es “si”, ésta es entonces, una decisión íntegra con ausencia de culpa, tus “no” a los demás son un “si” grande hacia vos.

Ricardo Melo es Mentor Coach, profesor, capacitador y speaker. Es el creador de la primera Red de coaches de Latinoamérica, Buscatucoach.com. Es referente en el sector de coaching y ventas inmobiliarias de Argentina.

SEGUIR LEYENDO

Guardar