Si bien el cambio no es radical ni vertiginoso, el rap argentino se hace eco de la revolución de las mujeres. La escena se vio interpelada por la lucha del movimiento feminista y la marea verde que mueve los tiempos de esta nueva era. Las rimas homofóbicas, las frases misóginas y las agresiones sexistas ya no desatan ovaciones y son resistidas entre el público.
Que hoy las pibas rimen en las plazas, claven punchlines, hagan beatbox, o tiren bases desde las consolas es moneda corriente y el mensaje de cara a las mujeres de nuestro país que improvisan es claro: que se animen a competir en las grandes batallas y que dejen de ser consideradas “mujeres que hacen freestyle” para empezar a ser reconocidas como freestylers.
Si bien el género estuvo hasta ahora en gran parte dominado por las presencias masculinas, en 2021 las pibas conforman más del 10% de la lista de clasificatorias y casi un 20% de la nacional de un evento como la Red Bull Batalla, la competencia más importante del freestyle en español, que se llevará el próximo 30 de octubre a las 17 horas. La definición nacional tendrá a Brasita, Vid y Saga como representantes del género.
Las mujeres del mundo han tenido un impacto increíble no solo en el rap, sino también en la industria de la música. Sus letras creativas, flujos innovadores y éxitos en las listas de los más escuchados han hecho que muchas de sus rimas revolucionarias ayudaran a allanar el camino.
En la Argentina, la historia del rap de mujeres nos remite a las pioneras Actitud María Marta, el ex conjunto de las aún vigentes Malena D’Alessio y Alicia Dal Monte, aka Alika, que en los años noventa se impuso gracias a sus innovadoras propuestas musicales y letras contestatarias. En el nuevo milenio, el camino se agrandó cuando aparecieron Ioja, Sara Hebe y Miss Bolivia, entre otras. Sin embargo, en el freestyle y el rap improvisado la tendencia se fue acentuando en estos últimos diez años.
Una de las precursoras, si no la primera freestyler, fue Lait. Su presencia era habitual en los inicios del movimiento under rapero, Halabalusa, y ha dejado batallas contra tres jóvenes promesas como Kódigo (2010), Papo o Mks (2012). Además, se destacan grandes nombres como La Joaqui (Red Bull 2014 y 2015), Tink (Red Bull 2016) o Rouse. Hoy las freestylers, además de haberse ganado su lugar en las competencias más importantes del país, conforman jurados y así logran romper con los estereotipos.
Ahora, desde el barrio de Santa Elena, en la localidad bonaerense de Guernica, Saga viene haciendo cada vez más ruido. Aylén Ibarra es una de las últimas revelaciones del rap nacional. Tiene 21 años y compite desde los 14 en las plazas de barrio, el semillero de este fenómeno urbano que sigue creciendo en Argentina. Se metió en el mundo del freestyle por su hermano más grande, que está en la cultura hip hop hace muchos años. “Me acuerdo que me llevaba a eventos de hip hop y a las competencias. Mi mamá no quería que rapeara porque no le gustaba el ambiente para mí. Es que antes había 15 pibes en la plaza, todos apartados. Me pone contenta haber sido parte de esa evolución”, sostiene en una entrevista con Infobae.
“Hoy las pibas tenemos mucha más visibilidad pero por el simple hecho de que nos están dejando lugar. Hace años que venimos rompiéndola en el under. A mí el rap me salvó. Por eso todo lo que me está pasando me pone contenta pero no me vuela tanto la cabeza. Yo iba a hacerlo aunque me fuera mal. Sabía que me iban a bardear, me iban a querer y me iban a odiar. Pero eso no me pone ni bien ni mal. Sí hay cosas que me molestan, como que la gente que no me conoce hable de mí”, asegura.
Ailén Cecilia González, a.k.a. Brasita, también será una de los participantes de la Final Nacional. Oriunda de Florencio Varela, más precisamente del barrio Estanislao Severo Zeballos, debutó en la Red Bull Batalla 2020 después de coronarse campeona invicta de la primera edición de Triple F, la liga argentina de freestyle femenino.
Comenzó a competir hace ocho años, tanto en batallas de freestyle como en duelos escritos. Su constancia en el terreno la posicionó tanto en importantes competencias underground del país, como los inicios de El Quinto Escalón, Las Vegas o el Halabalusa; como también en grandes disputas de escenario de la época como Microphone Check o Guerrap LDR. Además, Ailén tuvo la oportunidad de ser jurada en diferentes competencias, tanto en el underground argentino como en eventos de prestigio.
Su trayectoria en el ámbito no reside sólo en las competiciones, ya que también es compositora y MC hace más de seis años. En 2014 lanzó uno de sus primeros temas, Para que lo sepas, dedicado a su hija. En la actualidad tuvo la chance de grabar cyphers en prestigiosos estudios como El Triángulo, Péndulo o La Matanza. “Que hoy se nos de la posibilidad a las pibas de estar en una competencia como esta significa un impulso y más ganas de seguir y de poder demostrar que somos parte. Que no somos algo nuevo ni algo viejo, solo que somos parte”, aseguró en diálogo con este medio.
Con 25 años, Ailén es una de las MC más poderosas del under argentino. “Siempre me gustó leer y escribir. Creo que hay formas y formas de crecer y entrenarse. Hay gente que nace con flow indiscutido y tiene una facilidad muy grande, y otra que llega a pulirlo como cualquier otro deportista o artista que se mejoró con el tiempo. Es indiscutible que hay algunos que resaltan por sobre los demás y tienen esa chispa especial. Tal vez somos 16″, bromeó.
Con 24 años, Nahir Duran, alias Vid, lleva en sus hombros un largo camino ligado a las batallas, al rap y a la música en general. Desde hace más de 10 años que se la ve presente en plazas y competencias, tanto en el público, como ocupando el rol de participante, jurada y muchas veces como organizadora. Sin embargo, le gusta más competir. “Organizar se me da muy bien, hostear no tanto porque no tengo paciencia y de jurado soy muy sentenciadora”, explicó en diálogo con este medio la mendocina.
A la hora de participar de un enfrentamiento se percibe a si misma como una freestyler que prioriza vivir el momento, disfrutando mucho de responder y hacer juegos de palabras. Otra de sus virtudes es poseer una actitud única que la hace destacar ante el resto. Quizás sus mayores falencias se encuentran a la hora de tener que fluir pistas de trap o aquellas que la impulsan a rapear de forma más acelerada, ya que al ser una MC que busca rellenar lo menos posible sus patrones, puede encontrarse con trabas o complicaciones en este ámbito. “Mi fuerte es improvisar a capela”, aseveró.
Con respecto a la posibilidad de participar de una batalla como la Red Bull, Vid mencionó: “Es irreal el hecho de que hayan tres pibas en una nacional. A mí me costó muchísimo al principio. Era malísima. No te rimaba ni dos frases. No nací con ningún don pero siempre me gustó mucho escribir y me encañoné. Estaba segura de que el freestyle era lo mío. Rapeé toda mi vida por amor al arte, recién este año empecé a entrenar. Agarro una base y digo: ‘Hasta que no me salga un doble tempo no freno’”.
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