La China Suárez quedó en el medio de la polémica separación entre Wanda Nara y Mauro Icardi. Desde el comienzo se la señaló como la “tercera en discordia”. Y de esa acusación, aparte de surgir infinitos memes y teorías, se desprendieron un sinfín de debates: desde la responsabilidad afectiva de cada uno de los involucrados, hasta el hecho de que la culpa recaiga en las mujeres. A la actriz se la señala de “rompe parejas” y a Wanda de hablar demasiado y ventilar cuestiones íntimas. Mientras tanto, la sociedad, acostumbrada a hablar de vidas ajenas, debate temas más profundos: monogamia, infidelidad, privacidad y tantas otras cuestiones. Entre los temas que salieron a la superficie se encuentra el síndrome de Fortunata.
En redes sociales los usuarios que comentaron el affaire Nara-Suárez-Icardi lo hicieron con referencias a las relaciones pasadas de la actriz argentina. Nicolás Cabré estaba en pareja cuando comenzaron su relación y también los estaba su última pareja, Benjamín Vicuña. Por eso comenzó a hablarse de que la actriz padece el síndrome de Fortunata, un tipo de dependencia emocional que desarrollan muchas mujeres hacia hombres casados, aunque algunos psicólogos prefieren señalar que lo que ocurre es que se repite un patrón.
El síndrome, a menudo considerado un fenómeno social que se caracteriza por seguir un patrón de conducta determinado por una fuerte dependencia y fidelidad a ese hombre, no puede ser considerado un trastorno o una enfermedad. Más bien se trata de una condición relativamente anómala que aqueja a algunas mujeres. “Desde el psicoanálisis, esta condición ha sido ampliamente descartada. Es muy traída de los pelos y no tiene solvencia teórica”, explicó en diálogo con este medio Jorge Garaventa, psicólogo y miembro de la Federación de Psicólogos de la República Argentina (FePRA).
Aun así, para Santiago Levín, médico psiquiatra y expresidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), “el fenómeno despierta curiosidad porque aunque es poco frecuente, es muy llamativo”. “Si tuviera que decir algo hoy (siglo XXI) diría que es indispensable repensar este diagnóstico con la lente del feminismo, es decir, analizando el efecto que un sistema patriarcal puede tener en ciertas subjetividades femeninas y en los modos de delirar de algunas mujeres predispuestas a hacerlo”, explicó a Infobae el especialista.
Deriva su nombre de una novela de Benito Pérez Galdós, titulada Fortunata y Jacinta. La obra fue escrita en el siglo XIX y en los años setenta fue llevada al cine. Los personajes de esta historia tienen una gran profundidad psicológica, de ahí que hayan dado pie para nombrar un fenómeno de esta naturaleza en las relaciones amorosas.
La novela narra las relaciones tormentosas entre un hombre, Juanito Santa Cruz, y dos mujeres: Jacinta y Fortunata. La primera es la esposa y la segunda, su amante. A su vez, Fortunata se vuelve prostituta y luego se casa con Maximiliano. Sin embargo, la relación entre Fortunata y su amante se mantiene a lo largo del tiempo y llega a tener dos hijos de él.
Lo más interesante de la novela no es el argumento en sí, sino el tratamiento de la psicología de cada uno de los personajes. En particular, Fortunata representaría a aquel tipo de mujeres que son adeptas a sostener relaciones con hombres casados. De ahí que se diga que tienen el síndrome de Fortunata a quienes se comportan así.
Según un estudio publicado por Jorge Barraca Mairal, “en esta obra, el autor ahonda con singular perspicacia en la psicología de una de las protagonistas femeninas (Fortunata) y al narrar, a lo largo de toda la novela, sus sentimientos y las vicisitudes de sus relaciones, brinda una descripción muy completa del tipo de vínculo emocional que algunas mujeres desarrollan hacia determinados hombres casados, y que es identificable también hoy en día”.
“Si bien se describe con mayor frecuencia en mujeres, no es exclusiva de ellas. La psiquiatría clásica la describe preferentemente en mujeres. Es imposible no ver allí alguna clase de sesgo cultural, o de género, o ideológico, o todo junto. Existir, existe. Pero es muy probable que su uso esté muy teñido por prejuicios que hunden sus raíces en el pensamiento patriarcal”, concluyó Levin.
9 características del Síndrome de Fortunata
En su estudio, Barraca Mairal propone nueve elementos característicos del síndrome de Fortunata:
1. Presencia de un sentimiento de amor intenso, repetido y persistente hacia un hombre casado con otra mujer.
2. Actitud desapegada en cualquier otra relación que no sea la establecida con ese hombre.
3. Capacidad para dejar atrás cualquier situación vital, de abandonar todo o asumir cualquier riesgo siempre que se lo pida ese hombre.
4. Creencia de que la vida no tiene sentido o carece de alicientes si no está con ese hombre.
5. Creencia de que es ella la que tiene más derecho a estar con el hombre aunque no se le reconozca social o legalmente; opinión de que eso sería “lo justo”.
6. La creencia anterior se refuerza si ha tenido hijos con el hombre. O manifiesta deseos intensos de tenerlos si no los ha concebido y procura conseguirlo.
7. Ambivalencia de sentimientos hacia la mujer legítima socialmente (a veces rencor y desprecio, y otras veces comprensión, empatía y proximidad).
8. Creencia de que el amor es el responsable de esta situación, y justificación ante sí misma y ante los demás de la perpetuación de la relación por esta razón.
9. Fantasías optimistas de un futuro junto al hombre, pues imagina que algo sucederá para cambiar la situación y convertirse en la mujer que tenga la relación exclusiva, lo que le lleva a tolerar la presente coyuntura durante años
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