Cada vez se acumulan más estudios científicos y psico-socio-históricos sobre los efectos de lo ocurrido desde marzo de 2020 cuando en la Argentina se decretó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) por la pandemia por COVID 19 y para todo el territorio nacional.
Lo que estudió y revisó el Servicio de Clínica Pediátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires fue muy relevante: analizaron las conductas y hábitos de la población adolescente durante este esquema de ASPO y su grado de acatamiento. Y un año y medio después, adelantaron en exclusiva a Infobae los resultados que obtuvieron en la encuesta.
Para ello, llevaron adelante un estudio de corte transversal, focalizado en adolescentes argentinos entre los 12 a 20 años, a quienes se les envió un cuestionario anónimo durante las semanas epidemiológicas 34 a 36. Se analizaron 1.535 cuestionarios a través de un muestreo que fue no probabilístico e intencional y se realizó con la estrategia de “bola de nieve” a través de referentes de adolescentes y redes sociales. La edad promedio fue 16 años y con 72,2 % de participación del género femenino.
Entre los principales resultados, observaron que el incumplimiento del ASPO aumentó a partir de la semana 32 del ASPO de 27,3 versus 59,3% y que el 73,5 % refirió un clima familiar bueno a excelente y 86,8% realizó actividades educativas; mientras que el tiempo promedio de pantallas sin fines educativos fue 6,8 horas por día.
En lo que a adicciones se refiere, el 70,1% manifestó que no consumió drogas durante el último mes de confinamiento. Del resto, el 26% consumió alcohol, el 9,5% marihuana, el 9,1% tabaco y el 2,6% otras drogas. Afirmaron haber consumido drogas en menor medida que previamente al ASPO: alcohol (16,9 %), marihuana (4,6 %), tabaco (4,7 %) y otras drogas (1,5 %). Se observó que a mayor edad, mayor era el consumo de drogas.
Describieron aspectos positivos como afianzar vínculos familiares 34,3% y descubrir o retomar actividades 20,5% y como negativos, malestares emocionales 22,7% y no ver a la familia o amigos 21%.
El 45% (695/1535) refirió no haber tenido deseo sexual, mientras que el 38,5% (591/1535) sostuvo haber tenido contacto con el sistema de salud. El acceso fue a través de consultas presenciales el 25,8 %, teleconsulta 11,1 %, telefónica 9 % y por correo electrónico 2%.
Los investigadores resaltaron que la mayoría de los adolescentes mantuvo actividades educativas, estuvo un elevado tiempo en pantallas (6,8 horas) sin fines educativos y refirió un bajo consumo de drogas. El cumplimiento del ASPO fue decreciendo a lo largo del tiempo. Los principales aspectos positivos fueron afianzar vínculos familiares y descubrir o retomar actividades y los negativos, malestares emocionales y no poder ver a la familia o amigos.
Mariana Krauss, médica de la sección de Adolescencia del Servicio de Clínica Pediátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires, precisó: “La pandemia nos atravesó a todos, nos tomó de sorpresa y llevó puestos nuestros proyectos y en los adolescentes en particular, es una edad donde hay un comienzo de la creación de la identidad y esto se hace en relación con un otro, con los pares, buscando espacios para compartir, este foro social tan importante, y durante el confinamiento no lo tuvieron y esto repercutió mucho en los chicos, en la exogamia de la casa y el estar tanto con sus padres en el momento de tener que separarse, estos vínculos sociales se vieron reemplazados por todo lo virtual y todo esto lo vemos en el consultorio”.
“Los adolescentes hicieron las cosas muy bien, acataron un montón el aislamiento estricto de la cuarentena, sobre todo los primeros tres meses de marzo, abril y mayo”, resaltó.
Respondieron adolescentes de todas las provincias del país: 65% correspondió a la Provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Casi la mitad desconocía en qué fase del ASPO se encontraba su localidad. Se muestra la distribución geográfica de adolescentes en regiones integradas.
El 27,3% (420/1535) incumplió la cuarentena sin motivo justificado según las normas del gobierno en los primeros tres meses del ASPO y el 59,3% (910/1535) durante el último mes.
El 26,5% (408/1535) refirió que el clima familiar durante la cuarentena fue malo o regular y el resto de bueno a excelente. El clima familiar (bueno a excelente versus regular y malo) no estuvo asociado a hogares donde convivían más de 2 personas adultas y 2 menores.
El desayuno fue la comida que menos realizaron (60,2 %), compartida con personas adultas sólo en el 18,3 % de las ocasiones. Por otro lado, manifestaron dormir 8,1 ± 1,6 horas diarias.
El 86,8% realizó actividades propuestas por instituciones educativas, al 8,2% no le propusieron ninguna actividad y el 5% no participó del sistema educativo. El 88,3 % refirió que dispuso de algún espacio privado en su domicilio. El tiempo destinado a pantallas sin fines educativos por día fue de 6,8 ± 3,8 horas.
La mayoría eligió a sus amigos para compartir sentimientos (67,9 %) y luego a su madre (34,8 %). El 70,1% manifestó que no consumió drogas durante el mes previo a la encuesta. Del resto el 26% consumió alcohol, el 9,5% marihuana, el 9,1% tabaco y el 2,6% otras drogas. Afirmaron haber consumido drogas en menor medida que previamente al ASPO: alcohol (16,9 %), marihuana (4,6 %), tabaco (4,7 %) y otras drogas (1,5 %). Se observó que a mayor edad mayor consumo de drogas.
Entre las conclusiones positivas, señalaron que la mayoría de los adolescentes mantuvo actividades con el sistema educativo y refirieron un elevado tiempo de pantallas sin fines educativos y un bajo consumo de drogas. El cumplimiento del ASPO fue decreciendo a lo largo del tiempo. Los principales aspectos positivos fueron afianzar vínculos familiares, mejorar la autoestima y descubrir o retomar actividades y los negativos, malestar emocional y no ver a la familia o amigos.
Krauss, quien se especializó en adolescentes, concluyó: “Le diría a un adolescente que sepa que lo que le sucede es normal, puede suceder y lo primero que debe hacer es buscar ayuda, poder identificar a un adulto para acudir y decirle que no la está pasando bien, puerta de entrada para luego buscar ayuda en los profesionales de la salud”.
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