La ciudad de los 15 minutos: qué es y cómo funciona ese paradigma al que Buenos Aires aspira a llegar

La nueva premisa implica un diseño urbano para acceder a los servicios básicos y cobró fuerza en las grandes metrópolis a partir de la pandemia. Qué ocurre en CABA y cuál es la visión de urbanistas

La premisa suena irresistible: un diseño urbano para que todos los habitantes tengan acceso a servicios básicos, públicos y privados a menos de 15 minutos (Secretaría de Ambiente CABA)

“Nuestra vida a 15 minutos máximo de nuestros hogares”. La premisa suena irresistible: un diseño urbano para que todos los habitantes tengan acceso a servicios básicos, públicos y privados, como trabajo, salud, compras, educación, cultura y ocio, a menos de 15 minutos -a pie o en bicicleta- de su lugar de residencia. La idea viene madurando hace tiempo en la cabeza de académicos, expertos y funcionarios abocados al planeamiento urbano y cobró más vigor a partir de la pandemia de COVID-19 con su brutal impacto sanitario y socioeconómico.

En pocas palabras, el objetivo es reducir las movilidades y vivir más en la proximidad, opción cada vez más presente en las decisiones cotidianas de la gente. Sobre el diagnóstico del problema no hay mucha discusión: movilizarse de un lado a otro en las grandes urbes genera consecuencias negativas en el ambiente y en la calidad de vida de las personas al enfrentar una rutina tediosa de embotellamientos de tránsito, falta de acceso a servicios básicos en la cercanía de los hogares y escasa disponibilidad de medios de transporte alternativos al auto.

Son varias las ciudades del mundo que se han planteado un cambio en la forma de funcionar, algo así como convertir los barrios en ciudades policéntricas: descentralizar servicios, reorganizar calles, dejar de priorizar a los autos y otorgar mayor relevancia a los peatones y ciclistas. El cerebro detrás de esta idea vanguardista es el urbanista franco-colombiano Carlos Moreno, quien acuñó el concepto de “la ciudad de los 15 minutos”.

En Recoleta o Palermo hay una prestación de servicios casi absoluta pero en Villa Soldati o Villa Lugano es más complejo (Secretaría de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires)

La propuesta del director científico de la cátedra de Territorio e Innovación de la Universidad Sorbona en París sostiene 6 aspectos fundamentales a los que las personas deben poder acceder en la vida urbana: alojarse, trabajar, comprar, tener acceso a la salud, aprender y divertirse. “El objetivo es recrear en las ciudades una calidad de vida a escala humana -explica Moreno-, salir del anonimato de las grandes urbes, salir de una vida siempre apresurada, obtener una calidad de vida social”.

“Buenos Aires necesita un rediseño urbano”

La pregunta que por estas tierras muchos se hacen es si Buenos Aires puede ser una de esas ciudades. Urbanistas y especialistas en desarrollo urbano consultados por Infobae sostienen que es una ciudad muy centralizada, con importantes desigualdades socio-urbanas entre el norte y el sur, y con una intensa relación con su área metropolitana.

¿Cuánto tiempo de nuestras vidas perdemos en trasladarnos? Sin dudas, es una deuda pendiente de la Ciudad (Secretaría de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires)

Marcelo Corti es director ejecutivo del Centro de Desarrollo Sustentable GEO de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, un espacio interdisciplinario constituido en 2017 y desde entonces abocado al análisis de estos cambios de costumbres. “Buenos Aires es una ciudad muy centralizada. Hay que hacer un rediseño que debería desembocar en una ciudad más equitativa. En Recoleta o Palermo, por caso, hay una prestación de servicios casi absoluta, incluso de espacios verdes y oferta cultural, pero en Villa Soldati o Villa Lugano es más complejo”, describe en diálogo con Infobae.

“Se hizo más evidente y necesaria una nueva configuración de las ciudades a partir de lo que vivimos desde hace tiempo: traslados de una hora o más de ida, y otro tanto de vuelta, para ir a trabajar, estudiar o recibir atención médica; también para disponer de lugares de ocio y espacios verdes. ¿Cuánto tiempo de nuestras vidas perdemos en trasladarnos? Sin dudas, es una deuda pendiente de la Ciudad, la problemática no está presente en la agenda pública y los jóvenes lo están reclamando”, subraya Corti, profesor de planeamiento estratégico en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.

“La lógica de la pandemia puso sobre la mesa la necesidad de reconfigurar las ciudades. Un dato lo muestra claramente: en Buenos Aires bajaron 40% las emisiones de dióxido de carbono comparando abril 2020 con abril 2019, lo que da cuenta del impacto de las urbes en el cambio climático. Necesitamos un sistema –en el marco de la complejidad de la región AMBA con traslados del conurbano a la ciudad y viceversa- que ese nivel se mantenga a la baja, teniendo en cuenta que hoy el tránsito volvió a aumentar y ya estamos igual, o peor, a la pre pandemia”, advierte Corti.

“Hay que desmotivar el uso del auto para el traslado excesivo e innecesario" (Secretaría de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires)

¿Por dónde empezar a reordenar la ciudad?

Corti responde: “Hay que desmotivar el uso del auto para el traslado excesivo e innecesario; considerar al teletrabajo como un aliado -les conviene a las personas, a las empresas y a los gobiernos-, las compras online y envíos con bicicletas o medios que no generen emisión de carbono. Todo lo bueno de los cambios de hábitos que trajo la pandemia tiene que quedarse. Ese es el desafío y hay que pensarlo en términos sustentables, es decir, con un equilibrio entre los aspectos económicos, sociales y ambientales”.

Y aclara: “No estamos diciendo: no trasladarse, decimos que la Ciudad tiene que resolver el rol del transporte público y brindar una buena provisión de servicio. Hay una deuda en materia de subterráneos y la red quedó muy rezagada en comparación a cualquier ciudad cosmopolita, incluso de la región, como es el caso de Santiago de Chile. Las bicis, en tanto, tomaron un protagonismo importante con la pandemia, pero ahora la Ciudad tiene menos estaciones y pasaron a ser rentadas con la delimitación del uso exclusivo de tarjeta de crédito”. En este sentido, Corti propone no sólo apelar a la concientización sino también implementar medidas atractivas y creativas, como por ejemplo la exención de patentes a los autos eléctricos e híbridos o algún tipo de premio destinado a quienes disminuyan la emisión de gases de efecto invernadero.

Mirada local y enfoque integral

En la visión del arquitecto Diego Rusticucci, presidente de la Comisión de Planeamiento de la Sociedad Central de Arquitectos (SCA), para avanzar hacia la construcción de un modelo alternativo de ciudad, se requiere “un abordaje que complemente la mirada local con un enfoque integral sobre la ciudad metropolitana en el corto, mediano y largo plazo para definir sus estrategias”.

“En general en Argentina -repasa-, la planificación urbana ha venido alterando sus prioridades, relegando la persecución de una mirada integral, y concentrándose más en la satisfacción de demandas segmentadas y fragmentarias. La irrupción de la pandemia no modificó esta forma de entender la gestión urbana, más allá de unos primeros atisbos de articulación de políticas y jurisdicciones, sino que la intensificó. Por eso, se requiere una planificación que defina prioridades y racionalice la inversión con una perspectiva solidaria que contemple la Región Metropolitana de Buenos Aires. Hoy, afrontar la triple crisis sanitaria, ambiental y económica no admite discrecionalidades”.

CABA apunta a “nuevas centralidades y barrios dinámicos y atractivos; mejores condiciones de habitabilidad, comercios de cercanía y refuerzo de equipamiento de salud y educación (Secretaría de Ambiente CABA)

Para la arquitecta Graciela Brandariz, secretaria de la Comisión de Planeamiento Urbano de la SCA, la propuesta de la ciudad de 15 minutos “es muy interesante y seductora”, pero aclara que “cada ciudad es un caso: los problemas pueden ser similares, los criterios u objetivos compartidos, pero las respuestas tienen que ser necesariamente diferentes”.

En ese sentido, apunta que CABA debe reunir cinco condiciones centrales: “nuevas centralidades y barrios dinámicos y atractivos; mejores condiciones de habitabilidad, comercios de cercanía y refuerzo de equipamiento de salud y educación; espacios públicos y verdes de calidad, con perspectiva de género, distribuidos en forma equitativa en la ciudad, para el encuentro y la recreación activa y pasiva; movilidad ambientalmente sustentable y la refuncionalización de áreas vaciadas o degradadas por efecto del teletrabajo o cambios de localización de las empresas y la reducción del turismo, como por ejemplo el área central de la ciudad”.

El gobierno de la ciudad de Buenos Aires ha realizado cambios en los últimos años que apuntan en el sentido del nuevo paradigma. Entre ellas la descentralización del edificio de Gobierno, que fue llevado a Parque Patricios; la construcción de 7 metrobuses, la mejora de los centros comerciales a cielo abierto y el impulso de la red de ciclovías.

Se requiere una planificación que defina prioridades y racionalice la inversión con una perspectiva solidaria (Secretaría de Ambiente CABA)

Pero hacen falta más acciones de corto y largo plazo, coinciden los especialistas. Ante la consulta de Infobae, Renzo Morosi, presidente de la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad, explica las propuestas del ambicioso Plan de Acción Climática 2050, que Buenos Aires presentó ante el C40, una coalición internacional de 97 ciudades que toman acciones concretas para lograr alcanzar a nivel local los objetivos del Acuerdo de París, entre ellos la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

“Nos propusimos avanzar con 24 líneas de acción divididas en diferentes ejes: Ciudad preparada, Ciudad cercana, Ciudad innovadora y baja en carbono y Ciudad inclusiva. Entre las propuestas que presentamos se encuentra el impulso al uso de la bicicleta de manera de lograr 1 millón de viajes en 2023; la plantación de 100.000 árboles y que haya 400 metros promedio de proximidad mínima a un espacio verde para 2025; contar con 15 nuevas áreas peatonales y 48 calles de encuentro para 2030; y disminuir en un 30% el tiempo de viaje en nuevos corredores Metrobús para 2035”.

De París a Shangai

Varias ciudades del mundo ya están rediseñando sus barrios para aumentar la calidad de vida de sus habitantes. París es la ciudad referente del paradigma: bajo el gobierno de la alcaldesa Anne Hidalgo -va por su segundo mandato- comenzó un plan, con la guía de Moreno, para fomentar el desarrollo de comunidades más autosuficientes. El plan fue apodado “ville de quart d’heure” -o la ciudad del cuarto de hora- y busca transformar la gran urbe en vecindarios eficientes, para reducir la contaminación y crear áreas dinámicas y vitales.

También se anotan Melbourne en Australia, Copenhague, Amsterdam y otras ciudades europeas. En Estados Unidos, un reciente informe del portal de mudanza indica que Miami ocupa el primer lugar en su lista como la mejor “ciudad de 15 minutos” con una alta puntuación en: caminatas y andar en bicicleta, proximidad a restaurantes y parques, densidad y cercanía de centros de cuidado infantil, densidad de escuelas y acceso médico. El ránking lo completa San Francisco, Pittsburgh, Boston, Washington DC y Baltimore. China no se queda atrás: ciudades como Shanghai y Cantón ya tienen barrios llamados círculos de vida comunitaria de 15 minutos.

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