Este fin de semana estuve pensando mucho y siento una mezcla de bronca y tristeza por la cantidad de mensajes que leo en las redes sociales de personas que opinan sobre el cuerpo de los demás. Por lo general estos son muy agresivos.
Que más flaca, que más gorda, que más rubia, más morocha, más alta, más baja y estos comentarios no suman.
Pero ¿por qué no están buenos estos mensajes? La respuesta parece obvia pero evidentemente no lo es, básicamente está mal porque el cuerpo de otra persona no es opinable para los demás, sea quien sea, no tenemos derecho a decirle a nadie qué hacer o cómo sentirse con su propio cuerpo.
¿Por qué? Porque cada comentario, por más ingenuo que parezca, puede afectar la seguridad y la autoestima de las personas y generar mucho daño.
Creo que vivimos en un momento en el que estamos rompiendo con esquemas impuestos desde hace mucho tiempo, con ideales de belleza irreales y haciendo estos comentarios volvemos a recaer. Es por eso que quiero proponerte como tarea, que entre todos sumemos un granito de arena y recordemos que el cuerpo de los demás no es opinable. Ni siquiera con comentarios que para vos son positivos.
Aunque es verdad que en ocasiones uno puede pensar que lo que dijo no fue tan grave, es real que, usar la forma o tamaño corporal de una persona como insulto o simplemente como referencia, genera más daño del que te imaginas.
La imagen corporal negativa es una de las principales causas de los trastornos alimentarios, como la anorexia y la bulimia y una reciente investigación publicada en la revista Personality and Individual Differences, realizada durante la pandemia entre 506 adultos del Reino Unido con una edad promedio de 34 años, encontró asociación entre el estrés y la ansiedad, y situaciones distorsivas en la percepción personal de los sujetos. Entre las mujeres, el estudio encontró que los sentimientos de ansiedad y estrés causados por COVID-19 se asociaron con un mayor deseo de delgadez, pero también encontró que la ansiedad se asoció significativamente con la insatisfacción corporal. Entre los participantes masculinos, el estudio detectó que la ansiedad y el estrés relacionados con el virus se asociaron con un mayor deseo de ganar musculatura, y la ansiedad también se relacionó con la insatisfacción con la grasa corporal percibida.
En cuanto a las redes sociales y la búsqueda de la imagen perfecta a través de las fotos, en Noruega por ejemplo, hay una nueva ley que establece que los influencers y anunciantes deben indicar si las imágenes promocionales que publican en sus redes sociales fueron retocadas. Esta normativa, que fue aprobada por el Parlamento del país es una enmienda a la Ley de Control y Comercialización de 2009 y hace alusión a las personas que reciben honorarios u otros beneficios a cambio de sus posteos. De ahí que esta ley aplicará específicamente a los posteos patrocinados.
De acuerdo con esta enmienda, que obtuvo 72 votos a favor y 15 en contra, el 2 de junio pasado, y cuya entrada en vigor queda en manos de la decisión del Rey de Noruega, requiere que se den cuenta de las ediciones realizadas antes y después de las imágenes. Esto vale tanto para las modificaciones que incluyen desde filtros para el rostro, así como para cambiar algún rasgo, estética o lo cualquier elemento de la foto.
En este sentido, los influencers y anunciantes deberían incluir en sus posteos leyendas que indiquen, por ejemplo “los ojos fueron agrandados”, “se estrechó la cintura” o “se eliminaron arrugas y manchas de la piel”. Cualquier infracción a esa normativa implicará multas de diferente índole incluso, en casos extremos, podría implicar pena de presión, según destaca el sitio Vice.
Esta medida llega como resultado de un profundo debate público que se viene llevando a cabo en el país nórdico en relación a los estándares de belleza y las exigencias que implican para los usuarios. En la propuesta original presentada al parlamento noruego, el Ministerio de la Infancia y la Familia citó estudios que daban cuenta de la presión que los estándares de belleza generalizados causan en la población, sobre todos en los más jóvenes que pueden ver su autoestima lesionada ante tanta exposición de imágenes que plantean solo una forma de ser o lucir.
“La presión corporal está presente en el lugar de trabajo, en el espacio público, en el hogar y en varios medios de comunicación, etc.”, escribió el Ministerio de la Infancia y la Familia en las enmiendas propuestas enviadas al parlamento noruego y que reproduce Vice. “La presión corporal siempre está ahí, a menudo de forma imperceptible, y es difícil de combatir. El requisito de que la publicidad que fue retocada o manipulada de algún modo esté marcada es una medida contra la presión corporal“.
¿Te pasó alguna vez de recibir algún comentario sobre tu cuerpo? ¿Cómo te sentiste?
*Romina Pereiro es licenciada en Nutrición MN 7722.
Edición de video: Rocío Klipphan
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