Es alemán y su amor por la Argentina lo motivó a instalarse en el país y convertirse en un empresario exitoso junto a su familia

Dominicus Rohde vino por una pasantía en 1989 y se enamoró del país. Casado con una argentina, tuvo siete hijos y desde hace unos años montó una empresa de producción de nuez pecán. Hoy administra una superficie total de 2000 hectáreas, con fincas productivas en Corrientes, Entre Ríos y Tucumán. Su arma secreta: el “Multi family farming”

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Domingo, tiene 53 años y desde 2013 vive en Argentina 
(Credito: Diego Fioravanti/@wonderbackproduction)
Domingo, tiene 53 años y desde 2013 vive en Argentina (Credito: Diego Fioravanti/@wonderbackproduction)

Dominicus Rohde tenía solo unas horas en Buenos Aires y una pregunta que le pesaba: ¿me podés hacer la segunda?”. Había llegado hasta aquí, desde Alemania, para hacer una pasantía. Uno de los contactos que se le habían brindado para su llegada era la de un joven alemán que vivía en la ciudad y estaba de novio con una argentina. Este joven, que le había ofrecido ir buscar en Ezeiza y hospedarlo en su departamento durante las primeras noches hasta que encontrase casa, lo descolocó en esas primeras horas: “Ya sé que estás recién llegado, pero mi novia me está invitando a salir esta noche con una amiga suya, ¿me podés hacer la segunda?”.

“¿La qué?...” Domingo -también así le dicen- no tuvo mucho tiempo para pensar en el significado de la frase. Alucinado aún por la grandilocuencia de Buenos Aires, y por ese parecido con Europa que tanto le llamó la atención, tenía que ir a buscar a ambas mujeres a la dirección que diera su amigo, estar un rato con ellas hasta que él se sume. Si bien este el alemán de ahora 53 años estaba en ese momento muy entusiasmado en conocer la famosa noche porteña de la que tanto le habían hablado, no le quedó opción que ir a dicha cita. Llegada la hora se tomó un taxi y fue hasta la casa de la novia de su amigo.

Quién le abrió la puerta a su primer “previa” porteña -así se lo recuerdan sus hijos hoy al día de hoy- fue Lía, nada más y nada menos, su futura esposa. De ahí, fueron los tres en taxi al legendario boliche MauMau, donde los esperaba su amigo.

Así comienza la historia de Domingo: lo que parecía una primera aventura, terminó en un matrimonio de ya 31 años, siete hijos, el enamoramiento de Argentina y un caso empresarial de éxito en Corrientes.

Domingo, en una reunión actual familiar, junto a su esposa, sus siete hijos y una pareja de ellos
Domingo, en una reunión actual familiar, junto a su esposa, sus siete hijos y una pareja de ellos

Amar la Argentina

“Me enamoré del país y de una paisana”, dice Domingo a Infobae via Zoom, desde su casa en Corrientes. Ha corrido mucha agua bajo el puente desde aquel enero de 1989 cuando llegó al país. “Todo estaba muy revuelto en el país, se iba Alfonsín y llegaba Menem. Una época interesante”, recuerda este hombre curpulento que regala un español claro al hablar.

Domingo se hizo amigos en todos lados, a lo largo y lo ancho del país. Y tal vez un poco ese sea el secreto de su éxito. “El argentino tiene esa facilidad de hacerse amigo tuyo muy rápido, de forma duradera, tengo compadres, padrinos de mis hijos en varios lados. Me enamoré de la gente, especialmente de una, de Lía Villar, mi mujer. Joven, lindísima, una belleza, ¡no podía creer que me diera bola! Toda su familia me recibió como si fuera de la familia cuando iba a la casa de sus padres, cuando me compartían todo un mundo que no sabía que existía. Una Europa con calor humano, un descubrimiento la Argentina”, dice.

Domingo recién casado con Lía
Domingo recién casado con Lía

Rohde nació en Alemania, cerca de la frontera franco-alemana y luxemburguesa, en un pueblo de solo 1000 habitantes llamado Tünsdorf, en la provincia de Sarre. Fue al colegio en Francia porque era el más cercano, estaba a 20 kilómetros de su casa. Terminados su estudios se fue a Madrid para hacer un posgrado, donde le surgió una posibilidad de realizar una pasantía en la Argentina en una empresa germana de cerámicos para pisos. Iban hacer tres meses, que por cierto, le cambiarían el rumbo de su vida para siempre.

Concluida la pasantía de aquel entonces, el alemán volvió a sus pagos. Continuó la relación con Lía a distancia a través de teléfonos y fax. Al año siguiente, el 29 de diciembre de 1990 se casaron y ambos volvieron a Alemania. “La idea era quedarnos tres años para que mi mujer aprendiera el idioma pero nos quedamos 23 al final”, rememora.

Su mujer se enamoró de Alemania. “Tenemos una linda situación como cruzada. Siempre digo que nuestro matrimonio ha funcionado porque yo soy un Alemán Latino y Lía es una Argentina prusiana. Ella es la puntual y organizada y yo soy medio despelotado y poco organizado”, dice Domingo.

Salvó Ana, la del medio, el resto de sus hijos (Ignacio, María, Tomas, Tersa, Sofia y Agustín) nacieron en Alemania. Todos fueron a la primaria en ese país, y la secundaria la hicieron en Francia. La facultad, varios de ellos, la cursaron más tarde ya viviendo en Argentina. Sus 7 hijos tienen la doble nacionalidad. “Los chicos no sentían tanto la argentinidad, así que decidimos con mi mujer mandarlos a la Universidad” dice.

Domingo fue creciendo en el negocio de la nuez pecán que hoy se comercializa en varias provincias de la Argentina
(Credito: Diego Fioravanti/@wonderbackproduction)
Domingo fue creciendo en el negocio de la nuez pecán que hoy se comercializa en varias provincias de la Argentina (Credito: Diego Fioravanti/@wonderbackproduction)

Domingo fue y vino varias veces entre Alemania y Argentina. En el medio empezó a importar vinos argentinos, un trabajo con el que continúa al día de la fecha. Aquella ruta del vino entre entre ambos países, fue el puntapié inicial para otro emprendimiento mayor que comenzaría en 2013.

Hacer correr la voz de la nuez pecán

Un día, hace ocho años, sintió que había una oportunidad en las nueces. “Yo siempre tenía el sueño y gran objetivo de la vida lograda, era venirme a la Argentina en algún momento y hacer algo que sea duradero. A mi me fascina el campo, producir ahí. Además de vino, importé carne y miel en su momento. Hice mucho negocios de alimentos en esos 23 años en Alemania. Conocí mucha gente, muchos productores”, cuenta Domingo.

Si se trata de sueños, él los cumplió. “Estar sentado en una galería de campo, viendo el campo producir”, grafica Domingo, tal vez una postal que retrata su presente hecho realidad. Esa foto, la del descanso en la galería, tiene una doble cara que también refleja una imagen de sacrificio y éxito, y que se empezó a componer un día cuando junto a su cuñado correntino, Gonzálo Villar, comenzó a interiorizarse de la nuez pecán. Domingo aprovechó una ayuda que le hizo el INTA y plantaron así las primeras cinco hectáreas. La planta creció muy bien en aquel suelo correntino. Era solo el comienzo.

Con poco dinero para plantar e invertir, pero siempre con ese don visionario que lo caracteriza, Domingo les contó a sus clientes de Luxemburgo a los que les vendía los vinos, acerca de su plan. “En 2010 surgió la idea de estudiar realmente el pecán. Nos sentamos con mi cuñado y armamos una serie de planillas. Fuimos a ver gente, nos contactamos con banqueros, con la idea de producir algo noble, sano, que sea sostenido y rentable”, dice. Alguien le sugirió a Domingo que hable con los llamados gestores de fortunas de familia que no buscan un retorno a corto plazo, sino que piensan en las generaciones futuras.

Hoy en 2021 los emprendimientos del grupo de Pecán Argentina, administran una superficie total de 2000 hectáreas (Credito: Diego Fioravanti/@wonderbackproduction)
Hoy en 2021 los emprendimientos del grupo de Pecán Argentina, administran una superficie total de 2000 hectáreas (Credito: Diego Fioravanti/@wonderbackproduction)

Se reunió entonces con cinco de estos gestores que se interesaron en la compra de tierra y de un negocio a largo plazo. En cinco meses ya había recaudado medio millón de dólares. Para fines de 2017 cerró su primer proyecto con 6,2 millones de dólares y 75 familias inversoras: había de todo, alemanes, luxemburgueses, españoles, franceses, irlandeses y, por supuesto, argentinos. “Hoy tenemos casi 200 familias inversoras, las conocemos a todas, ellos no vienen a visitar y disfrutan de ser co-accionistas de una empresa que compra campos y planta nuez pecan”, cuenta Domingo.

Así nació el primer proyecto, “Pecan Argentina”. Y el segundo, “Pecan Argentina II”. “Vamos sumando más inversores, y sumando proyectos de comprar tierras, para plantar nuez pecán, un producto que lleva su tiempo”, explica Domingo sobre este negocio que se cristaliza a través de 500 hectáreas, en la cuales crecen sus plantas. O están por crecer. Porque Domingo, pareciera, siempre está pensando en en lo que va a suceder. “Estamos en camino a las 2000 hectáreas en la Argentina”, cuenta orgulloso.

Nuevos rumbos

Pero hay más: el nuevo proyecto de Dominicus, tiene que ver con mezclar una propuesta inmobiliaria con el cultivo de la nuez. “Damos la posibilidad de la gente se compre un lote dentro de los bosques. Es una empresa que se llama Nogales del Paraná. Hemos comprado un bosque de 135 hectáreas sobre las orillas del Paraná que es un verdadero paraíso. Esto es Puerto Lavalle, 15 kilómetros al norte de Goya acá en Corrientes. Es hermoso”, cuenta Domingo.

Domingo incursionó en el mundo inmobiliario (Credito: Diego Fioravanti/@wonderbackproduction)
Domingo incursionó en el mundo inmobiliario (Credito: Diego Fioravanti/@wonderbackproduction)

Es así es como en los departamentos de Goya, Esquina y Lavalle, a 700 kilómetros de aquella Buenos Aires que alguna vez lo vio más joven y recién llegado, este empresario tiene su paraíso de plantaciones con las que sigue creciendo. “En los últimos dos años pudimos adquirir algunas fincas más en Entre Ríos y Tucumán. Hoy plantamos nogales de pecan ahí”, cuenta.

La pandemia fue un momento para quedarse instalado en su campo, pero sin parar de trabajar. “Invertimos fuerte en dos fábricas. Una que se llama Producor, en Santa Fe, para hacer una planta industrial de pelado de nuez pecán. Vendemos la mariposa en bolsas de 5 kilos al vacío, para poder exportar a mercados europeos, norteamericanos y asiáticos. E invertimos una suma no menor en una fábrica de elaboración de productos a base de esa mitad de nuez, de esa mariposa. Es una fábrica donde elaboramos productos snacks, barritas de cereal con pecán, pecán con chocolate y garrapiñadas”, cuenta Domingo.

Hoy en 2021 los emprendimientos del grupo de Pecán Argentina, administran una superficie total de 2000 hectáreas. Hay fincas productivas de Nuez Pecán en la provincia de Corrientes, Entre Ríos y Tucumán con más de 50.000 plantas creciendo en los campos y en los viveros. Pronto están previstas más plantaciones en Córdoba y San Luis. Actualmente para el grupo trabajan 96 personas tiempo completo.

Hay fincas productivas de Nuez Pecán en la provincia de Corrientes, Entre Ríos y Tucumán con más de 50.000 plantas creciendo en los campos y en los viveros
(Credito: Diego Fioravanti/@wonderbackproduction)
Hay fincas productivas de Nuez Pecán en la provincia de Corrientes, Entre Ríos y Tucumán con más de 50.000 plantas creciendo en los campos y en los viveros (Credito: Diego Fioravanti/@wonderbackproduction)

Ahora pensamos en plantar en Uruguay y queremos llevar el negocio a Sudáfrica, que es el tercer productor más importante del mundo de nuez pecán después de Estados Unidos y México”, dice Domingo. La cuestión familiar, la de juntarse con otras familias para hacer crecer este negocio, le ha traído muy buenos resultados. “Nos contactaron familias de Sudáfrica para hacer algo y nos dijeron que están muy impresionados con nuestro modelo”, agrega orgullos.

De ahí nació una empresa nueva, que hoy son 20 familias inversoras que han comprado dos campos en Sudáfrica. “Ahora estamos plantando nuez pecán, tenemos 8 mil plantas en esas 210 hectáreas, en esos campos en Sudáfrica”, sigue Domingo.

La gran diferencia del negocio que propone Domingo es que los accionistas, o sea las familias que invierten, el inversor termina siendo accionista y dueño de todo. “Funciona más como una cooperativa con un inversión de riesgo más baja de lo que puede ser un pool o fideicomiso. El pecán es un producto que crece durante 50 o 100 años. Así que definitivamente es un proyecto para uno, pero más para la próxima generación y para la que le sigue. La nuez pecán es un producto que se lo dejás a tus hijos y a tus nietos”, explica Domingo.

Con la nuez, también produce barras de cereal y chocolate 
(Credito: Diego Fioravanti/@wonderbackproduction)
Con la nuez, también produce barras de cereal y chocolate (Credito: Diego Fioravanti/@wonderbackproduction)

Y parece que la familia ya está pensando a futuro. Su hijo Ignacio, lo hará por primera vez abuelo. Domingo dice que no puede pedir más en este país que le ha dado tantas oportunidades “Mis hijos chicos aman su vida en la Argentina y seguramente una gran mayoría elegirá a la Argentina como su base en el futuro. El hecho de que hablen muchos idiomas también les abre el mundo entero para poder desarrollarse y ganar experiencias. Los medios de comunicación hoy permiten que uno puede trabajar con el mundo entero en tiempo real desde el paraíso argentino”, dice.

¿Hay un secreto de su éxito? Domingo dice que con disciplina y repetición, se llega a cualquier objetivo.No aceptar nunca un “no” como respuesta”, sentencia.

Siempre seguir intentando, aceptar los desafíos. De eso se trata la vida para este alemán que, según el mismo, es más argentino que otra cosa. Y hay una cuestión más avisa Domingo: “Poder confiar en los colaboradores, en los asociados, saber que nadie lo puede todo solo”. No tiene dudas, la gente funciona mejor en equipo, confiando en la capacidad y el compromiso de los colega en el trabajo. “Los cementerios están lleno de gente que pensaba, eran irremplazables”, finaliza con una sonrisa.

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