La pandemia sigue alterando todas las agendas, más allá de influir en los hábitos y costumbres de las personas. Curiosamente, desde la llegada del COVID-19, el consumo de vinos se ha incrementado, ya que las familias se dieron cuenta que la noble bebida es una muy buena aliada de la mesa para transformar las comidas cotidianas en momentos especiales.
En este contexto, tanto la cosecha 2020 -totalmente atravesada por las primeras restricciones- como la 2021 se llevaron a cabo. Y en ambos años, además del terroir y el clima, los vinos se vieron influenciados por un mayor esfuerzo y dedicación de las personas ligadas a la vitivinicultura, porque tuvieron que adaptarse y sobreponerse a las nuevas adversidades impuestas por el virus que no cede.
No obstante, la vida continua, lo mismo que el desarrollo de las industrias. Es por ello que Leandro Bertoya, Intendente de San Patricio del Chañar, decidió reunir, por primera vez a enólogos, dueños y fundadores de las bodegas de la provincia de Neuquén para compartir sus conocimientos acerca de los vinos, las cualidades de los viñedos y las novedades de este año, como avance de la esperada Vendimia Neuquina 2022. “La vendimia, el cosechar la materia prima del vino, sobreviene luego del trabajo de un año, de cuidar el fruto en una zona favorecida por la amplitud térmica que se da entre el día y la noche”, manifiesta el funcionario e impulsor de esta iniciativa público privada, que apuesta a ganar espacio en la escena local e internacional del vino.
La gran diversidad que ostenta el vino argentino -siendo uno de sus principales atractivos y ventajas diferenciales, frente a los vinos importados y a las demás bebidas alcohólicas- se confirma cada año con cada vendimia. Porque a los vinos de las provincias tradicionales cada vez se le suman exponentes provenientes de nuevas regiones. La superficie cultivada de uvas en la Argentina en 2020 llegó a 214.798 hectáreas. Cabe destacar que ya son 18 las provincias con cultivos de vid. Mendoza (70,4%), San Juan (20,9%), La Rioja (3,6%), Salta (1,7%), Catamarca (1,3%), Neuquén (0,8%) y Río Negro (0,8%) representan el 99,5%, y el resto se reparte entre La Pampa, Córdoba, Buenos Aires, Tucumán, San Luis, Chubut, Entre Ríos, Jujuy, Misiones, Santiago del Estero y Santa Fe.
Al día de hoy la Patagonia concentra alrededor de 4.550 hectáreas de viñedos cultivados y es la región más austral del planeta para el desarrollo de la industria vitivinícola. Y Neuquén, en solo 20 años, se ha convertido en el mayor productor de la Patagonia, una región con marca propia y de gran reconocimiento internacional por sus paisajes y recursos naturales. Esto significa un gran potencial, ya que no solo el terruño y el clima son ideales para desarrollar uvas de gran calidad enológica, sino que el entorno ya goza de reconocimiento. Y se sabe que uno de los mayores atributos de un buen vino es su sentido de lugar, y que pueda transmitir un paisaje a través de las copas.
Neuquén y sus vinos
En la actualidad hay muchas regiones y sub-regiones que se destacan, y que vienen haciendo un trabajo fuerte en materia de conocimiento del terruño. Y sin dudas, a pesar de su joven historia, San Patricio del Chañar es una de ellas.
Ubicada a 48 kms de la ciudad de Neuquén, concentra a las bodegas más importantes de la zona: Del Fin del Mundo, Malma, Familia Schroeder, Grupo Peñaflor y Secreto Patagónico. Produciendo y comercializando alrededor de 13 millones de litros de vino por año, en 1350 hectáreas de viñedos.
La vendimia es la actividad que corona todo un año de cuidados de la vid, enfrentando las inclemencias climáticas y diversos factores culturales, políticos y socio-económicos. Y gracias a los aportes de los trabajadores y especialistas en las bodegas, viñas y laboratorios, se logran vinos de gran calidad. Hoy no se pueden generalizar los vinos patagónicos, porque la diversidad que ofrecen abarca distintos paisajes, estilos, cepajes y climas, dando como resultado una nueva generación de vinos.
Hasta hace poco tiempo, en Patagonia solo había viñedos y bodegas en la zona del Alto Valle de Río Negro, con Humberto Canale como faro histórico, más allá de otras regionales. Esto, sumado a un puñado de viticultores tradicionales, forjó la imagen de los vinos patagónicos. Incluso, elevó al nivel de emblemáticas a variedades como Semillón, Pinot Noir, Merlot, Chardonnay y Sauvignon Blanc, con apenas muy pocos referentes. Pero con la llegada del nuevo milenio irrumpió San Patricio del Chañar (Neuquén) en la escena, con viñedos nuevos, con riego por goteo y modernas bodegas. Así, rápidamente se introdujo en el mapa vitícola nacional con todo el potencial de una nueva zona, justo al lado de Vaca Muerta; uno de los yacimientos de petróleo y gas no convencional más importantes del mundo.
Neuquén entró por la puerta de la novedad al mundo enológico, y obviamente todos sus vinos son modernos, pero hace rato dejaron de ser un gran potencial para convertirse en una gran realidad. Es cierto que una de las palabras claves a la hora de hablar de sus vinos es “frescura” (dada por la acidez). Pero más allá de las condiciones climáticas naturales, depende mucho del momento de cosecha. Esto quiere decir que en San Patricio del Chañar también se pueden hacer vinos maduros y concentrados como en las demás regiones. Aunque hoy, las exigencias del consumidor global apuntan a percibir el origen de los vinos en las copas. Porque más allá de bodegas, winemakers y cepas, el carácter de lugar de un vino es lo que más trasciende.
Esta es la nueva etapa en la que están todos los vinos argentinos que buscan consagrarse, y los de San Patricio del Chañar no son la excepción. Todavía queda un largo camino por recorrer, pero los resultados son muy promisorios y su potencial tan inmenso como la Patagonia.
Actualmente, en San Patricio del Chañar están pasando muchas cosas. Uno de los grandes grupos y referente del país (Peñaflor) acaba de adquirir una de las bodegas existentes (Patritti), lo que supone no solo el surgimiento de un nuevo jugador (con nombre propio a definir y en principio apuntando al mercado externo) sino un gran empujón para la zona y sus vinos.
Por su parte, Juliana Del Águlia Eurnekian, desde Bodega Del Fin del Mundo, está sacudiendo el tablero. Apostando por vinos expresivos y frescos para todo tipo de paladar, poniendo el foco en las variedades “más patagónicas”, pero también en el Syrah, el secreto mejor guardado de su familia. Y junto al enólogo Ricardo Galante, está encontrando la manera de resaltar el carácter de cada parcela para lograr sus nuevos vinos de alta gama. Hace nueve años que el joven enólogo trabaja en la bodega y ya estuvo a las órdenes de Marcelo Miras y Michel Rolland; dos pesos pesados del vino argentino. También elaboró en California (Napa Valley Reserve), y aprendió a hacer las micro vinificaciones en barrica, en Le Bon Pasteur, la ex bodega de Michel Rolland en Pomerol. Pero más allá del invalorable aprendizaje, Ricardo se diferencia porque prefiere una mayor frescura en sus vinos, y para ello adelantó todos los puntos de cosecha. La idea es forjar una identidad que represente a la familia Eurnekian, definiendo un nuevo estilo en cada una de las líneas de vinos, respetando sus atributos naturales.
Fin del Mundo fue la primera bodega moderna de San Patricio del Chañar, con plantaciones de vid desde el año 1999, siendo hoy la de mayor producción. En tiempos normales pueden visitarse el playón de vendimia, la sala de barricas, las pasarelas elevadas con vistas a los viñedos y conocer el proceso de elaboración de los vinos. Se localiza en la Ruta Provincial Nº 8 en el km 9. “Patagonia es una región mágica, con diferentes paisajes y culturas, un terreno ventoso y soleado con una impactante amplitud térmica. La vendimia es, para nosotros, una nueva oportunidad. Cada año, con cada nueva cosecha, comienza una historia. La naturaleza nos exige escucharla e ir acompañando día a día el crecimiento de las nuevas uvas que darán el vino pensado y soñado desde el viñedo. ¡Cada año es un desafío nuevo y estamos felices de ser parte de la Vendimia Neuquina! Esperamos así dar a conocer íntimamente nuestra amada Patagonia, tierra de nuestros vinos “, destaca Juliana del Águila Eurnekian.
Al mismo tiempo, Bodega Familia Schroeder se sigue posicionando como especialista en Pinot Noir, ofreciendo ocho etiquetas diferentes. Esto no es casualidad, sino fruto del trabajo de varios años a cargo del enólogo Leonardo Puppato, quien contó con el asesoramiento de Paul Hobbs durante muchos años. Y dentro de la bodega hay una bodega especialmente diseñada para este cepaje.
Fue en 2001 que Herman Heinz Teodoro Schroeder, hijo de inmigrantes alemanes pioneros en la Patagonia, decidió invertir junto a sus hijos en viñedos en San Patricio del Chañar, transformando un desierto en verdes viñedos y una zona productiva. Actualmente posee 145 hectáreas y produce más de dos millones de litros, y sus vinos son reconocidos por la alta calidad y el dinosaurio de su etiqueta, inspirado en el hallazgo de restos durante la construcción de la bodega. Además de las visitas guiadas y conocer las plantaciones, se puede apreciar el gran hallazgo paleontológico y disfrutar de su restaurante gourmet. “Para nosotros la vendimia es el momento en que comenzamos a vislumbrar cómo serán nuestros vinos, el resultado de todo un año de tareas culturales en el viñedo para obtener la mejor uva y así lograr los mejores vinos posibles”, manifiesta Roberto Schroeder. Y agrega, sobre el lanzamiento del evento virtual Vendimia Neuquina, “es una actividad importantísima para posicionar los vinos de San Patricio del Chañar y de la región patagónica, y esperamos que forme parte del calendario anual de la Provincia de Neuquén. En un futuro, cuando no nos encontremos en medio de una pandemia, esta fecha será una fiesta para promover el enoturismo en nuestras bodegas”.
Bodega Malma, perteneciente a la familia Viola -pioneros en el desarrollo del polo vitivinícola de San Patricio del Chañar- elabora sus vinos a partir de viñedos propios desde 2004. Es una empresa familiar que trabaja constantemente en la búsqueda de la mejor expresión del terruño, cuidando y respetando su entorno. La bodega tiene, además de las instalaciones para elaborar los vinos y recibir visitantes, un restaurante en el que se elaboran platos de gastronomía regional con productos locales y de estación, buscando ofrecer una cocina que se identifique con los vinos y la Patagonia. Asesorando en los nuevos vinos de Malma está Hans Vinding-Diers, uno de los winemakers más prestigiosos de la Patagonia y del país. “Patagonia produce vinos de excelente calidad porque es la expresión de muchas cosas: trabajo, tierra, cultura y clima “, define Ana Viola. Para la bodeguera la Vendimia Neuquina es un evento que los entusiasma y que saben deben comunicar porque Patagonia es una región muy grande en cuanto a superficie, pero en la realidad sus valles productivos son pequeños y se dan en microclimas particulares. También, que es muy importante empezar a hablar de micro terruños y particularidades, seguir trabajando en lo que son los vinos y su calidad, y acercarse más a los consumidores y a los conocedores de vino, para que participen y conozcan la región en detalle y profundidad. “La idea de una ruta de todos los valles productivos que hay en Patagonia, tendría que ser nuestro objetivo en el mediano plazo”, finaliza.
Por último, los vinos de Mantra ya no son un Secreto Patagónico, a pesar que ese siga siendo el nombre de la bodega fundada por la familia Groppo Parisi. Enamorados de la Patagonia iniciaron su sueño en el año 2000, con la premisa de elaborar ediciones limitadas de vinos de alta gama. Cuentan con 61 hectáreas para sus tres líneas de vinos tranquilos: Mantra Rebel, Mantra Clásico y Mantra Reserva. “Nuestro respeto por la Patagonia lo traducimos en cada uno de nuestros vinos, genuinamente cuidados en expresar la pureza del terroir en cada botella. Somos eternamente conscientes de las características únicas de la región. La naturaleza Patagónica dota a nuestros vinos de una refinada identidad y una intensidad aromática sin igual. Una región silenciosa y misteriosa que logramos se exprese a través de nuestros vinos“, describe José Rodríguez Castro, enólogo de la casa.
El apoyo municipal a este evento virtual se ve complementado por la intervención de las bodegas que dan sustento a este polo vitivinícola. “La Vendimia Neuquina está pensada como puerta de entrada al territorio patagónico, donde se viene desarrollando una ruta del vino cada vez más visitada y reconocida”, cierra el intendente.
Fabricio Portelli es sommelier argentino y experto en vinos
Twitter: @FabriPortelli
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