Empecemos por el principio: qué es la lubricación vaginal. Durante la fase de excitación sexual, se produce una vasocongestión en la zona de la pelvis. Esa sangre al llegar a la cavidad pélvica se concentra alrededor de la vagina produciendo una intensidad que, por exceso de presión, produce un trasudado.
Ese trasudado de las paredes vaginales se mezcla con el flujo y produce la lubricación. Lo primero a tener en cuenta es que este proceso lleva tiempo. En promedio se calcula que puede demorar aproximadamente unos 20 minutos. Por eso, es recomendable incorporar la penetración sólo cuando nos encontramos bien mojadas y tomarnos el tiempo adecuado para alcanzar la excitación.
La lubricación es, entonces, un proceso fisiológico que se produce en la fase de excitación y que requiere de tiempo y de una estimulación adecuada. Pero además, es sensible a varios factores que pueden inhibirla. Por ejemplo: factores hormonales como el déficit estrogénico que se produce durante la lactancia o la menopausia, la hiperprolactinemia o el hipotiroidismo. También puede verse afectada por tratamientos como radioterapia, extirpación quirúrgica de ovarios o por medicamentos como los antidepresivos o diuréticos. Diabetes, estrés, desórdenes inmunes, infecciones vaginales o de las vías urinarias y los anticonceptivos hormonales también pueden disminuir la lubricación vaginal natural.
Es importante conocer entonces que se trata de cuestiones fisiológicas para poder comprender que la ausencia de una lubricación adecuada no es tu culpa ni te hace menos mujer o menos sexual.
Existen algunos hábitos que podemos incorporar para fomentar la salud vaginal:
-Tomar mucha agua y evitar sustancias que producen deshidratación
-Consumir alimentos que fomentan la circulación
-Evitar el cigarrillo y el alcohol
-Evitar el uso de protectores diarios y ropa interior demasiado ajustada
-Hacer actividad física
-Tocarnos y mimar la vulva. Mirarla, conectar. Construir un esquema mental de nuestra genitalidad ayuda a mantener el tejido vivo
-Activar el suelo pélvico
-Hacer fluir la energía en la pelvis. Puede ser bailar, hacer yoga, etc
-Excitarse y tener orgasmos. La única manera de generar movimiento en la vagina es a través de los orgasmos. Eso activa y mantiene la zona viva y elástica.
Es hora también de empezar a naturalizar el uso de un lubricante artificial. Es un pequeño cambio con un gran impacto en nuestro niveles de satisfacción y, de nuevo, no tiene nada de malo su uso. Se consiguen en sex shops pero también en farmacias y hasta en supermercados. Muchas marcas de preservativos cuentan con su línea de lubricantes. Podés, además, utilizarlo para colocarte un tampón, copa menstrual o con juguetes.
Además del lubricante, existen los hidratantes. La diferencia es que su uso es más terapéutico, es decir, que tiene una función más allá de la actividad sexual, y que es fomentar la hidratación vaginal. Se consiguen sólo en farmacias y son desarrollados por laboratorios.
Actualmente existen varias opciones de tratamiento. Lo recomendable es comenzar un tratamiento preventivo para tratar la atrofia antes que los síntomas aparezcan. Es decir hacer prevención para no llegar al impacto clínico. Hablamos de atrofia vaginal para referirnos a cómo está el tejido, la sequedad es el síntoma asociado a ese tejido.
Tratamientos hormonales:
- Estrógenoterapia local: disminuye el pH vaginal, revierte la atrofia del tejido, aumentan el flujo sanguíneo local y mejora la lubricación vaginal. La terapia estrogénica local es más eficaz para los síntomas vaginales y no presenta los eventos adversos de la terapia sistémica. Puede ser administrada en tabletas, óvulos, cremas.
Tratamiento no hormonales:
-Ácido hialurónico: se recomienda el uso tópico para hidratación vaginal, es recomendación con alto nivel de evidencia para la prevención y mejoría sintomática de la sequedad vaginal. No tiene efectos adversos colaterales ni contraindicación. Se puede complementar con el agregado de vitamina E, también tópica. El tratamiento debe comenzarse tempranamente y previo a los cambios irreversibles y debe ser continuado para mantener los beneficios.
En ginecología regenerativa el objetivo es complementar la ginecología cartesiana utilizando opciones de tratamiento de medicina biológica. El objetivo es restaurar un daño a través de potenciar las funciones biológicas de nuestro propio organismo.
Existe en esta tendencia, terapias lumínicas de efecto térmico como el láser intravaginal, radiofrecuencia, ultrasonido focalizado (HIFU) o terapia biológica como el uso de ácido hialurónico intravaginal, plasma rico en plaquetas, células madre entre otras alternativas.
Sinergismo es el concepto, combinar tratamientos para obtener el mejor resultado, personalizando el plan terapéutico con el fin de resolver problemas con los que antes pensábamos teníamos que convivir, brindando salud vaginal y calidad de vida sexual satisfactoria. Visibilizar, hablar del tema y buscar soluciones para que nada implique una salida forzada del sexo.
*Cecilia Ce es psicóloga, sexóloga y autora de los libros Sexo ATR y Carnaval toda la vida (editorial Planeta). En Instagram: @lic.ceciliace
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