“La negra” es su seudónimo en Instagram, y como todos la conocen en el mundo artístico. Pâmella Gonçalves es una makeup artist carioca que desembarcó en Buenos Aires hace poco más de dos años. También es modelo, actriz y con formación en literatura portuguesa y brasileña que comenzó a realizar campañas y trabajos para varias marcas de renombre y en varios países.
Su triunfo en el mundo del maquillaje no fue casualidad y cuenta a Infobae que para ella siempre fue su pasión, ya que recuerda que cuando fue modelo prestaba mucha atención a cómo las maquilladoras le cuidaban la piel y con la delicadeza que trataban de resaltar sus rasgos para que se vea más linda.
Pero un día, tuvo que maquillarse ella para una campaña de una reconocida marca de celulares y el director le preguntó quién había sido la maquilladora, y ahí fue dónde se vio capaz de hacer algo de manera profesional y vivir de lo que realmente amaba. “Tenía mucha inseguridad de cómo empezar porque nunca había hecho ningún curso”, reconoció Pamella.
Fue así como comenzó a estudiar sola, de día, de noche y de madrugada. Paraba a las personas por la calle y llamaba a sus amigos para que sean sus modelos y practicar con ellos. Juan, su compañero, compró un buen celular para tomar las mejores fotografías y tener un portfolio profesional. “No fue fácil entrar en el mercado siendo autodidacta. Mi familia me educó para ser una profesional tradicional. Soy profesora universitaria de portugués y literatura. O sea nada que ver”, dice entre risas.
Su llegada al país no fue nada fácil. Tuvo que empezar de cero. Acá nadie la conocía y tenía un claro objetivo: no fallarle “ni a su familia ni a su sueño”. Dejó su trabajo en una multinacional y no bajó nunca los brazos. Hizo un nuevo portfolio con las mismas “locuras” con nuevas personas.
Si bien dice que no es un trabajo lleno de glamour como todas las personas piensan que lo es, es un trabajo que es caro porque cada producto sale mucho dinero, es estar estudiando las nuevas técnicas constantemente para estar siempre a la vanguardia y la mayoría no lo ve.
“Soy mamá de una nena de 9 años y cuando veo que un trabajo quedó 10 puntos tengo la misma sensación de un parto, y digo, ‘pucha, qué lindo que quedó', y eso es lo que más me gusta, la emoción de ver cada videoclip o película lista. Tener en mis manos la posibilidad de crear lo que deseen sin ninguna limitación porque es puro arte”, dice orgullosa de su trabajo.
Cuenta que fue “muy loca” la forma que los artistas argentinos comenzaron a confiar en ella para el maquillaje. Conoció al productor Jorge Castro, un colombiano que tenía una productora de videoclips acá en el país, en un proyecto para un importante canal de TV. Una vez que ese proyecto finalizó intercambiaron sus cuentas de Instagram. Un día, Pamella, sin tener vergüenza, le envió un mensaje diciendo que le quería pasar su portfolio para que la tuviera en cuenta y él le respondió que cuando tuviera algo le avisaba.
A la semana recibió el tan esperado mensaje diciendo si estaba disponible para un videoclip para Neo Pistea y CRO, que era con más de 10 chicas para maquillar y algunos extras, todo sola y sin asistencia.
“Ni pensé y le dije ‘obvio contá conmigo’. Cuando me dijo quiénes eran los artistas no tenía ni idea quiénes eran. Nunca fui de consumir música argentina. Estaba recién llegada. No sabía quiénes eran. Y cuándo llegó el día, les dije a los artistas, perdón ¿cómo te llamás? Y CRO me contesta ‘me llamo Tomás’ y le digo, ‘un gusto, Tomás soy la negra loca, tu maquilladora. Yo no sé quiénes son ustedes, y les pido perdón, pero te voy a dejar tan lindo que la gente va llorar de envidia’”.
Y desde ese día fue como la productora siguió llamando a “la negra” y recomendándola para otras productoras amigas, hasta que los mismos artistas la empezaron a llamar directamente, como por ejemplo Khea, Duki, CRO, Tini, María Becerra y muchos otros del trap.
Pero no solo hace maquillaje a cantantes, hace poco conoció a Norah Bustos, una directora de arte que la invitó a participar como jefa de maquillaje en la película llamada “Lo Inevitable” -todavía sin estrenar, por la pandemia del COVID-19- cuyos protagonistas son Luciano Cáceres, Juana Viale, Javier Godino (un actor español que fue protagónico en secreto de sus ojos) y Carlos Portaluppi, entre otros, donde para ella fue toda una experiencia nueva trabajar en una película argentina con tan poco tiempo de llegada en el país.
Como una anécdota graciosa, y también embarazosa, Pamella cuenta que hace poco trabajó con Abel Pintos y le preguntaron si podía maquillarlo, y ella preguntó “¿quién es Abel Pintos?”. Y oyó una voz al lado suyo que le dijo: “Yo soy Abel”. “No sabía donde poner la cara, pero esa vez fui muy grotesca, no me podía disfrazar, estaba al lado mío. Le pedí disculpas y le dije que no era argentina”.
Tampoco sabía que Martina Stoessel era Tini, ni que Juana Viale era nieta de Mirtha Legrand, lo mismo con Khea, al que llamó Kiko durante todo el rodaje. “Cambio los nombres todo el tiempo. Los confundo con otros, pero me siguen llamando”.
Si bien hace maquillajes de todo tipo, dice que su pasión es la caracterización 5K y todo lo audiovisual. Aunque admite que es cansador y son muchas horas de trabajo, es lo que la hace realmente feliz.
“Con caracterizaciones 5k puedo transformar la cara de quien sea de manera real y que parezca un filtro de algo muy, muy copado. Es una técnica que estudié mucho para que sea lo más real posible. Lo que no me gusta hacer es social para casamientos y 15 años, no me identifico con esa atmósfera, admiro a quienes lo hacen y lo logran hacer”.
Por último, como ella pudo luchar por sus sueños, deja un mensaje para los que quieren convertirse en maquilladoras y maquilladores profesionales. “No desistas si es lo que amás, pero eso no significa que va a ser fácil, sólo significa que te pongas primero ante todo y que seas responsable. Que estés en todos los detalles, que aprendas siempre algo nuevo y que sepas que siempre hay espacio para todos. No mirar a los compañeros como una competencia, hay que ser lo mejor que se pueda. E independientemente de si se paga poco o mucho, el dinero viene cuando se hace por amor de verdad y no por glamour”.
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