Privados de las pasarelas y una multitud de invitados, los diseñadores se vieron obligados durante la pandemia a cambiar la forma de presentar sus colecciones y lo tuvieron que hacer de manera digital. Este formato logró ser un inesperado éxito, ya que el alcance es mucho mayor y se puede ver de forma directa en cualquier parte del mundo.
Ahora se está realizando la semana de la alta costura, una de las industrias más golpeadas, ya que su mano de obra es una de las más caras por el trabajo que lleva y las fábricas se vieron a obligadas a cerrar por la pandemia del COVID-19.
Llegó el momento de las colecciones de primavera-verano 2021 en Europa. Frente a la incertidumbre de la pandemia, Dior tiró las cartas del tarot y presentó su nueva colección inspirada en un mundo onírico.
“Está colección se inspira en el tarot, un mundo apreciado por Christian Dior: consultaba las cartas para reconfortarse”, explicó a la AFP la directora artística de la línea femenina de la firma, Maria Grazia Chiuri.
Chiuri se inspiró en los tarots de Visconti del siglo XV, unas imágenes que guían las siluetas que desfilan con vestidos de pliegues y colores que parecen haber atravesado el tiempo. El oro, trabajado en bordados, parece difuminarse y volverse mate.
Y es que el icónico diseñador lanzó su marca después de la Segunda Guerra Mundial, cuando reinaba “un sentimiento de inseguridad”, como en la actualidad, recordó la diseñadora.
En El castillo del tarot, el corto realizado por Matteo Garrone para presentar la colección, Chiuri narra la historia de una joven que se busca a sí misma. Para ello, acude a una especialista del tarot que al leerle el futuro le abre las puertas de un castillo mágico. En él aparecen buena parte de las imágenes del tarot, la sacerdotisa, la emperatriz, la justicia, el colgado o la rueda de la fortuna, cuyos estilismos son reinterpretados por Chiuri con faldas plisadas de tul, chalecos brocados, vestidos bordados y tejidos gustosos.
Las mangas abultadas, las faldas con vuelo y los lujosos tejidos también sirvieron a Chiuri para jugar con las referencias medievales, al igual que los tapices y el misterioso castillo, decorado de la colección.
Tampoco faltó la legendaria “chaqueta bar” que fue reinterpretada en terciopelo negro, con pliegues laterales, a conjunto con el pantalón y los mocasines. La italiana se mantiene fiel a su estética feminista con zapatos planos, cosa muy inhabitual en la alta costura.
En esta oportunidad, también participó el pintor italiano Pietro Ruffo, que ya había colaborado con la firma de lujo. Para esta oportunidad desarrolló el grafismo de los tarots en una interpretación contemporánea: se trata de dibujos casi abstractos impresos sobre las prendas de la colección.
La diseñadora, muy apenada por no tener público presente, dijo: “No se puede negar que los desfiles son un elemento clave, no sólo para Dior, sino para todo el sector de la moda. Los invitados que participan en ellos forman parte del espectáculo”, subrayó por su parte Chiuri, que desconoce si para marzo podrá ya presentar la nueva colección de prêt-à-porter en París, con público.
“Este principio de año fue muy difícil, hubo altibajos. Es cansado tener que reunir fuerzas cada vez para seguir adelante. Pero la creatividad es un refugio en esta realidad difícil”, concluyó.
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