Sofía Ortíz, una joven tucumana de 24 años, fue discriminada por su aspecto físico al querer ingresar al boliche Bruto, ubicado en Playa Grande, Mar del Plata. Cuando quiso entrar al local bailable, uno de los más populares de la ciudad balnearia junto a sus amigas, inexplicablemente le negaron la entrada. El motivo: según denunció, el local bailable no la dejó ingresar por su peso.
Todo ocurrió el lunes pasado en la discoteca al aire libre ubicada en Playa Grande, zona que durante el verano suele ser muy concurrida. Los que visitan la ciudad en esta época del año saben que se trata de uno de los lugares más apetecidos por los turistas. Por eso, Sofía, que se encontraba de vacaciones en “La Feliz”, previó la situación y reservó un box con capacidad para 10 personas para así no tener ningún tipo de inconveniente. Sin embargo, no sirvió de nada. Al llegar a la entrada, el personal de seguridad del lugar comenzó a ponerle a cada una de las amigas de la joven un brazalete para entrar. Pero cuando llegó el turno de Sofía algo automáticamente cambió y sin motivo alguno, le dijeron que tenía que esperar. La espera se hizo tan larga como incómoda.
Sobre este hecho de discriminación, desde la delegación Mar del Plata del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) se contactaron con la joven para ver si quería hacer una denuncia. Sofía les contestó que lo haría una vez volviera a su provincia natal: “Lo que rescato de todo esto es que desde el INADI se portaron súper bien conmigo. Mi abogado va a presentar una denuncia por daños y perjuicios y cuando llegue a Tucumán haré la denuncia”.
Consultada en relación a este caso y en diálogo con Infobae, Mónica Katz, médica nutricionista y presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), aseveró: “Entre todos armamos un ideal estético de belleza mortífero y muy poco saludable porque excluye a la mayoría de las personas. La mayor parte de los argentinos, 6 o 7 de cada 10, tienen obesidad o sobrepeso, con lo cual en ese ideal que armamos entre todos, preocupante, dejamos a mucha gente afuera y esto es violento”.
“Dejar fuera de una discoteca o de cualquier lugar a una persona por cualquier motivo, en este caso por el peso, realmente es despreciable. En principio creo que merece una reflexión profunda, para ver con qué criterio la admisión a cualquier lugar tiene que ver con forma, tamaño, color, religión, altura, etc. Me parece que esto es llegar a niveles que ya se veían, hace años que venimos escuchando estos casos, pero que por suerte hoy se denuncian”, advirtió.
“Cada uno elige en qué cuerpo quiere vivir, y los demás que opinen sobre ese cuerpo que alguien elige están ejerciendo violencia simbólica”, puntualizó Katz, sobre el mal momento que le tocó atravesar a Sofía.
Por su parte, según advirtió a Infobae la doctora María Teresa Calabrese, endocrinóloga, psiquiatra y psicoanalista, especializada en enfermedades psicosomáticas. miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA) y docente de la Universidad de Buenos Aires, “el que discrimina es aquel que teme a algún aspecto propio por el cual lo proyecta en el otro y expulsa a ese otro el aspecto temido o odiado de si mismo. Es como si algo a lo que uno teme ser, fobia muy común en la homofobia, en donde los aparentemente más machos son los que más los odian, pero esa apariencia esconde un temor a su propia homosexualidad y eso lo podemos ver en todas las discriminaciones”.
“Esto encubre una gran inseguridad. Aquel que es más seguro de sí mismo y está tranquilo y conforme con lo que hace más allá de que nadie es totalmente seguro, esa persona seguramente no va a discriminar”, aseveró la experta.
Consultada en relación a cómo afecta la discriminación a las personas, explicó: “afecta mucho, ya que todos necesitamos del otro, somos seres sociales por naturaleza y si el otro nos rechaza, eso es sentido como una injuria muy fuerte, aquel que lleva el estigma de la obesidad que es tan visible, se siente no querido por sus pares. De todos modos, en este caso de la joven tucumana, fue muy importante la respuesta de las amigas, que se fueron del lugar y la acompañaron en ese momento tan traumático. Es muy importante cómo reacciona el medio social más cercano a la persona discriminado, ya sean amigos, familiares o entorno; para que quede claro que el defecto no está en ella, está en los otros”.
“El derecho de admisión no debería existir, salvo reglas o normas que están reñidas con las costumbres de cada lugar. Por ejemplo uno no puede entrar desnudo a un local, pero eso no hace falta ponerlo por escrito, ya se trata de un hecho de sentido común y con que se cumplan las normas sociales, cualquier persona puede entrar a un lugar, hacer un curso, ir a una universidad, cuánto más ir a un boliche, es indignante que sucedan estas cosas”, opinó la psiquiatra.
¿Cómo combatir cualquier discriminación, fobia o prejuicios? Para la doctora María Teresa Calabrese la clave es llevando adelante campañas: “Los medios de comunicación tienen un rol muy importante, las campañas que se están haciendo, la ley de talles, los gobiernos tienen una tarea muy importante por delante en este sentido. Todas las personas no somos iguales y tenemos derecho a no ser iguales. Justamente la riqueza de una población y el crecimiento de una sociedad proviene de las variaciones”. “La discriminación es una falla, porque tiende a crear estereotipos y pretende que todos seamos iguales”, lamentó.
Harry Campos Cervera, médico especialista en Psiquiatría UBA, psicoanalista en función didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y magíster en Psiconeuroinmunoendocrinología por la Universidad Favaloro, explicó a este medio: “el problema del rechazo a la obesidad tiene diferentes elementos. Por un lado el concepto de belleza hegemónico, que piensa que el cuerpo flaco es más bello que el obeso. Este es más bien un factor cultural, propio de Occidente. Por otro lado también está el tema salud, en donde la obesidad se considera no saludable”.
“La gente en general tiene un rechazo frente a esto primero por la cuestión estética, pero también porque piensa que la obesidad es dependiente del obeso, no lo consideran una enfermedad, no ven al obeso como víctima de lo que le pasa. Ven una persona a la cual endilgar las posibilidades de que podría lograr adquirir el cuerpo que manda la mayoría”, agregó.
Según Campos, “lo peor de todo este tipo de rechazos, es que las personas son consideradas como si fueran muebles que van a ser la decoración de un ambiente, en este tipo de lugares como boliches y locales de entretenimiento, en donde en teoría está lo cool y lo fashion, y en donde algunos tienen esa creencia que personas “distintas” o que salgan de ese estereotipo hegemónico generarían rechazo en los posibles clientes, algo completamente absurdo”.
“En el caso de Sofía en particular, creo que hay que considerar la acción traumática que tiene este caso de violencia simbólica, ya que a pesar de que pudo superar su condición de una persona con sobrepeso y ser una modelo que está orgullosa de su cuerpo, de su aspecto, le produjo un rechazo y tuvo que vivir una situación muy traumática de todas maneras”, agregó.
En diálogo con Infobae, la licenciada en Nutrición Agustina Murcho, especializada en trastornos alimenticios, lamentó: “¡Argentina... otra vez! Un país en donde tener obesidad o sobrepeso es sinónimo de rechazo y de discriminación. Además sabemos que somos el segundo país con más trastornos alimentarios a nivel mundial”.
“Acá no vamos a hablar sobre la salud, porque seguramente muchos dirán ‘pero eso no es sano’, como leí en varios comentarios. Ese no es el tema. Acá hablamos sobre el discriminar a otra persona por su físico. En no dejarla entrar a un lugar por el cuerpo -en este punto tampoco está en discusión el ir a un boliche en pandemia, claramente, sino que hablamos de otra cosa-, en dejar que las amigas entren y a ella dejarla afuera. Acá hablo de ella porque es el caso más reciente, pero esto viene pasando hace rato. Estamos en 2021, se habla mucho de esto ¿y sigue pasando? Sinceramente no puedo entender qué hay en la cabeza de estas personas. ¿Por que juzgar a alguien por el físico? No aprendemos más”, puntualizó la especialista, en un fuerte repudio hacia este hecho en particular y a los tantos otros que no trascienden.
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