Muchas veces escuchamos decir que la sexualidad femenina es difícil, complicada, no tan sencilla como la masculina. Circula la creencia de que si viniste al mundo con vulva y vagina el placer va a ser más difícil de alcanzar. Como si existiera algo que justifique que estemos sentenciadas biológicamente a disfrutar menos.
Pero esto no es cierto. De hecho, sólo un 5% de las causas de anorgasmia femenina está relacionado con factores orgánicos, y no se refieren a cuestiones anatómicas sino a alteraciones neurológicas, metabólicas y endocrinológicas (que al fin y al cabo afectan tanto a hombres como a mujeres). Lo mismo sucede con las enfermedades crónicas y ciertos fármacos que impactan en la respuesta sexual.
La mayoría de las dificultades a la hora del sexo es cultural, psicológica o vincular. Las creencias y actitudes negativas hacia la sexualidad, la falta de educación adecuada, la ansiedad, la exigencia, el pudor, las dificultades en la comunicación, son factores que nos dificultan el goce a todas las personas.
Pero una de las cosas que sí tiene de particular la anatomía de la genitalidad femenina es lo poco que se conoce su estructura y la forma adecuada de estimulación. La dificultad en el orgasmo es una de las consultas más frecuentes en sexología, ya sea porque la mujer no lo ha sentido nunca o porque lo tiene sola pero no con parejas sexuales y muchas veces, más de lo que uno imaginaría, la causa del malestar es la falta de estimulación adecuada.
Frecuentemente es la vagina la que se lleva toda la atención. De hecho, hasta se le dice popularmente vagina a todo el aparato genital, pero la vagina es sólo la cavidad interna que va desde la vulva hasta el cuello del útero. Es muy común que en los encuentros sexuales se busque la estimulación de la vagina, ya sea con dedos o con el pene, y que sea ésta la parte del cuerpo de la mujer que más tiempo es estimulado.
Sin embargo, el 90% de las personas alcanza el orgasmo estimulando el clítoris porque es la zona de mayores terminales nerviosas.
La zona de la vulva es una zona altamente inervada por el nervio pudendo y es por eso que su estimulación es muy efectiva para alcanzar el orgasmo. La parte más sensible de la vulva es el glande del clítoris que se encuentra recubierto por un capuchón (igual que el prepucio recubre el glande del pene). Por detrás de los labios, el clítoris continúa llegando a medir unos 8 cm. Posee dos bracitos o dos raíces que rodean la uretra y la vagina.
El clítoris y el pene son homólogos en estructura anatómica y nerviosa (de hecho se encuentran en el mismo lugar de la pelvis). Son órganos eréctiles y sensibles que generan gran placer. Por eso es que necesitamos que ambos ocupen el mismo lugar protagonista en los encuentros sexuales. Se ha puesto siempre en comparación pene/vagina, cuando en realidad tendríamos que hablar de pene/clítoris. Pensemos entonces cómo sería un encuentro sexual donde al hombre, por desconocimiento de su verdadero órgano de placer, en vez de estimularle el pene se le estimulen sólo los testículos. No podemos considerar que la mujer tenga un “problema” orgásmico si no ha sido estimulada adecuadamente.
El gran “secreto” y el gran “misterio” es cómo estimular esta zona de manera efectiva, ya que estamos tan acostumbrados a estimular la vagina. El secreto: la fricción de la vulva (a la cual me gusta llamar “froti froti”). Debemos buscar que la vulva esté siempre en contacto haciendo fricción ya sea contra la manos, los dedos, la pelvis de la pareja sexual o algún objeto de preferencia. Pero necesitamos esa presión y estimulación adecuada durante el tiempo necesario. Muchas veces lo que sucede es que durante el coito, es decir, la penetración pene/vagina, la vulva no queda estimulada debido a la distancia de los cuerpos. Es por eso que el coito refuerza esa estimulación jerárquica de la vagina dejando relegada a la vulva, lo que fomenta que muchas mujeres presenten dificultad para el orgasmo en esa situación.
Antes de creer que existe un problema, una patología, una desventaja biológica, llevemos la conciencia y la atención a la vulva, para que ocupe el lugar que merece, y busquemos, sin prejuicios y sin demora, que nos enseñe que de complicada no tiene nada.
*Cecilia Ce es psicóloga, sexóloga y autora de los libros Sexo ATR y Carnaval toda la vida (editorial Planeta). En Instagram: @lic.ceciliace
Edición de video: Alan Craig
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