Se estima que se descartan 4,5 billones de colillas de cigarrillo por año a nivel global, convirtiéndolas en el residuo de vía pública más arrojado del mundo. Asimismo, existen decenas de partículas nocivas en los cigarrillos –como acetato de celulosa, alquitrán, aluminio, bario, cadmio, cromo, cobre, hierro, manganeso, níquel, plomo, estroncio, titanio, zinc, nicotina, entre otras–, de las cuales al menos 100 son consideradas de alta toxicidad.
Las cifras son alarmantes. Y ante esta problemática que aumenta con el paso del tiempo, se conoció que las personas que arrojen colillas de cigarrillos a la vía pública en la ciudad de Buenos Aires serán multadas hasta con 15.000 pesos, de acuerdo con una ley aprobada este jueves en la Legislatura porteña.
De este modo, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se convirtió en la primera metrópolis de Argentina en contar con una ley de este tipo, alineándose con lo que ocurre en otras partes del mundo como Suiza, Alemania, Austria, España, Australia, Canadá, Estados Unidos, Bélgica, Singapur, Brasil, Ecuador, Chile y México, donde ya rigen normativas relacionadas con la problemática en cuestión. En esta misma línea, durante la jornada de ayer, la provincia de Neuquén también aprobó la Ley 3.270 que prohíbe el arrojo de colillas en vía pública y espacios comunes de uso público; la misma regirá a nivel provincial.
La nueva normativa quedará incorporada al Régimen de Faltas de la Ciudad y establecerá además la obligación de realizar trabajos comunitarios relacionados con la preservación del ambiente o concurrir a cursos especiales de educación y capacitación. “Nos pareció una excelente idea que la infracción pueda compensarse con tareas comunitarias en organizaciones socioambientales, para que las personas comprendan el problema y corrijan sus conductas”, enfatizó en diálogo con Infobae Máximo Mazzocco, fundador de Eco House, una organización sin fines de lucro que presentó la iniciativa junto al legislador Sergio Abrevaya (GEN). Eco House trabaja desde hace años en la campaña #OjoConLaColilla, que surgió en el 2017 con el objetivo de eliminar el hábito de tirar la colilla al piso.
“En la última recolección que hicimos en el Microcentro porteño levantamos 10 mil colillas en dos horas, esto nos demuestra la gravedad que hay. Por suerte logramos ponerlo en agenda y ahora también presentamos otra ley para que los paquetes de cigarrillos incorporen datos ambientales para que el fumador tome conciencia”, expresó.
De los datos brindados por Eco House se desprende que de los 2.240.000 adultos que se calcula que viven en la Ciudad de Buenos Aires, el 31% fuman y el 80% de esos fumadores tiran casi todas las colillas donde no corresponde.
Si ponemos un promedio mínimo de 5 cigarrillos por persona, por día, se fuman 3.472.000 cigarrillos diarios. Esto significa que como mínimo 2.777.600 colillas son arrojadas en la vía pública, macetas, entre otros sitios. El número es aún más alarmante porque no están contabilizados los adultos y adolescentes fumadores que ingresan diariamente a la Capital Federal. Lamentablemente no existen datos oficiales.
El peligro que representa una simple colilla de cigarrillo
Mazzocco explicó que la iniciativa de la ley se enmarca dentro de la crisis climática y ecológica que atraviesa el mundo: “De a poco vamos poniéndonos al día con lo mínimo. Es importante que las personas cambien el hábito y dejen de tirar la colilla a la calle, que además de las consecuencias ambientales puede traer múltiples problemas para la salud de cada persona debido a que cada filtro tiene aproximadamente 70 sustancias cancerígenas. Es un residuo peligroso y además tiene plástico, lo que hace que perdure mucho tiempo en el ambiente”.
Lo cierto es que una sola colilla de cigarrillo afecta directamente al entorno, perjudicando el suelo, el aire, el agua potable, los océanos, la biodiversidad, el turismo y el ecosistema urbano.
“Al tener plástico, a medida que se va degradando la colilla se convierte en microplástico, lo que se traduce como algo súper nocivo para el medioambiente, para las especies de animales y para las personas también”, aseguró el fundador de Eco House.
Además, altera el ecosistema ya que muchos animales consumen las colillas de cigarrillos que encuentran tiradas o incluso las especies del océano que nadan en aguas contaminadas. Son, además, consideradas una de las principales causas de inicio de incendios forestales.
“Una colilla puede contaminar entre cincuenta y mil litros de agua, un recurso indispensable que comenzó a cotizar en Wall Street la semana pasada”, enfatizó el fundador de Eco House.
Con la temporada de verano recién comenzando, Mazzocco apuntó al comportamiento social: “Esta ley es parte de una amplia estrategia que busca solucionar el tema de las colillas, la cual incluye cestos para colillas, entre otros. Esta ley no es una ley más, abre mil puertas para lo socioambiental. Esperamos que pueda replicarse también en otros lugares de la Argentina y que eso genere un poco más de conciencia en los fumadores y que se generen nuevos hábitos que no perjudiquen a nadie”.
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