“Hablo y no contesta”, “pedí, y no me respondió”. La falta de respuesta es algo que nos deja a todos con una mezcla de emociones y sensaciones, las cuales van desde la de no ser valorados, considerados, hasta vivir una la ofensa directa. El dialogo sin respuesta, o con la decepción, el recurso retórico, el engaño, la mentira, rompe el hilo que nos conecta con el otro, de allí su importancia.
Hay situaciones o personajes denominados emblemáticos, porque son señal, un adorno o manifestaciones de algo. Sin duda Diego Armando Maradona, sigue y seguirá siendo un emblema, también un espejo de nuestra sociedad. Su vida y ahora su muerte nos muestra nuestras luces y especialmente las sombras. Su muerte no pudo ser su descanso, sino el comienzo de una época de fracturas y cuestionamientos frente a los cuales no hay respuestas claras, espera constante en nuestra sociedad. Es interesante que los términos respuesta, responder, vienen obviamente del latín respondere que viene de re- (volver a) y spondere (prometer), es decir, el hecho de devolver compromisos asumidos. El responsable es el que tiene la capacidad de dar respuesta, habitualmente a un compromiso de allí la palabra esponsales, esposo/a, entre otros.
Algo no funciona cuando en una sociedad, alguien que ha aceptado los derechos, ha recibido la palabra de otro, tácitamente por sus elecciones ha tomado una “responsabilidad”, no se hace cargo de ella, y no da respuesta o cree que la misma no le corresponde o puede ser difusa, relativa. Comúnmente llamamos a esa persona irresponsable, y consideramos aquel que no solo no se hace cargo de su existencia con todas las consecuencias de ella, sino que no cree que deba dar repuesta de ella, o decida por su cuenta a quien le va a dar respuesta. Habitualmente esto es lógico en cuestiones que no atañan a otro, pero progresivamente son más graves si incluyen a otros.
Actualmente es habitual hablar de una sociedad anómica, como aquella en la cual no hay normas, o las mismas son ignoradas, sí queriendo gozar sin embargo de las ventajas que plantean.
Aceptar un rol, profesional, social, conlleva a veces consecuencias importantes que obligan a reflexionar si se está a la altura de todo, de lo que queremos y de lo que nos agrada tanto. Inevitablemente la realidad es eso, una cara mira a la luz y la otra es su sombra, y esa sombra a veces al no aceptarla no respondemos, y desencadenamos, consecuencias que pueden ser impredecibles. Pero la consecuencia indefectiblemente llega, y si no elegimos, nosotros, la respuesta llegará a veces de manera trágica.
En estos días vivimos tiempos especiales en varios órdenes y en un año particular. Por si fuera necesario, para reflexionar, fallece el ídolo máximo, portador de todas nuestras ambivalencias, en circunstancias que llevan a una causa penal. El duelo no puede suceder de manera natural, las repuestas no llegan, quienes tienen que darlas en todos los órdenes, las eluden, y significativamente, imaginan que esto es posible. Sísifo fundador y rey de Corinto, creyó eludir un último compromiso aludiendo otro, el costo eterno es ya conocido.
Los que no dan respuesta a lo que se hicieron cargo, en el caso Maradona, y en la sociedad son solo un ejemplo. Quizás debamos aprender que no se puede hacer siempre goles con la mano, sin recibir las consecuencias de esto.
*Enrique De Rosa (MN 63406) es médico forense, neurólogo y psiquiatra
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