Aunque ya pasaron 25 años del estreno de la película GoldenEye donde Pierce Brosnan personificaba al más famoso espía de todo el mundo, James Bond, el agente 007, todavía podemos recordar al actor en una lucha frenética a 120 metros de altura en la cúpula del mítico radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico.
Y los fanáticos de la ciencia ficción difícilmente podrán olvidar la película Contacto, inspirada en la novela del famoso astrónomo y divulgador científico Carl Sagan, en donde el personaje Eleanor “Ellie” Arroway, inspirado en la investigadora Jill Tarter, que trabajó 35 años en el proyecto SETI de búsqueda de vida extraterrestre, tiene una conversación al pie del radiotelescopio con Palmer Joss, interpretado por el actor Mathew McConaughey, en donde le confiesa cuando decidió ser astrónoma y buscar vida inteligente en nuestra galaxia. Además de servir de escenario de películas de Hollywood, el radiotelescopio de Arecibo contribuyó durante 57 años a realizar importantes investigaciones científicas, descubrimientos de estrellas de neutrones, observación de planetas y detección de peligrosos asteroides en trayectoria cercana a la Tierra.
Pero todo tiene un final. Todo termina. Y eso incluyó a este radiotelescopio considerado por los especialistas como el “monumento mundial a la astronomía”, que el pasado martes colapsó y se derrumbó, estrellándose desde 120 metros de altura hacia el fondo del plato cóncavo de 305 metros de largo de radio, similar a tres canchas de fútbol alineadas.
Herido de muerte en agosto último cuando sufrió la rotura de un cable que formaba parte de la estructura de soporte, el radiotelescopio sufrió el 8 de noviembre la rotura de otro cable que dañó a otros y al propio plato deflector, construido en una depresión natural. En consecuencia, el 19 de noviembre, la National Science Foundation (NSF) de Estados Unidos anunció que el aparato sería desmantelado por motivos de seguridad. Pero el 1 de diciembre los otros cables que lo sostenían desde 3 pilares terrestres no soportaron más su peso de 900 kilos y el radiotelescopio se precipitó al vacío.
“Sonaba como un retumbe. Supe exactamente qué era”, dijo Jonathan Friedman, quien trabajó durante 26 años como investigador en el observatorio y vive cerca. “Yo estaba gritando. Estaba fuera de control... No tengo palabras para expresarlo. Fue una sensación profunda, terrible”. Friedman corrió desde su casa y confirmó sus sospechas: donde antes se alzaba la estructura solo había una nube de polvo, poniendo fin a las esperanzas de algunos científicos de que el telescopio se pudiera reparar. “Es una pérdida enorme”, se lamentó la astrónoma Carmen Pantoja, que utilizó el telescopio para su tesis de doctorado. “Fue un capítulo de mi vida”. Científicos de todo el mundo habían peticionado a las autoridades estadounidenses para que anularan la decisión de la NSF de cerrar el observatorio.
“A medida que avancemos, encontraremos formas de ayudar a la comunidad científica y mantener nuestra sólida relación con el pueblo de Puerto Rico. Nuestra prioridad principal es mantener la seguridad y daremos a conocer detalles adicionales una vez confirmados”, recalcó la NSF, que aseguró que más adelante reabriría el centro para visitantes y reanudaría las operaciones de las instalaciones LIDAR utilizadas para las investigaciones de la atmósfera superior y la ionosfera, con el análisis de nubes y precipitaciones.
Construido en la década con fondos del Departamento de Defensa de Estados Unidos, el radiotelescopio de Arecibo fue inaugurado en 1963 y además del seguimiento de objetos cercanos a la Tierra, permitió descubrimientos como que el periodo orbital de Mercurio es de 59 días y no 88 como se pensaba, hallazgo que data de 1964 o realizar investigaciones que condujeron a un premio Nobel y determinar si un planeta es potencialmente habitable. En 1974, se envió desde allí un mensaje hacia otros mundos de 1679 bits transmitido desde el radiotelescopio hacia el cúmulo globular M13, que se encuentra a 25.000 años luz. El modelo de 1 y 0 del Mensaje de Arecibo define una imagen de mapa de bits de 23 píxeles por 73 que incluye números, personas dibujadas, fórmulas químicas y una imagen del telescopio.
Y en agosto de 1989, el observatorio tomó una foto de un asteroide por primera vez en la historia: el asteroide (4769) Castalia. El año siguiente, el astrónomo polaco Aleksander Wolszczan descubrió el púlsar PSR B1257+12, que más tarde le condujo al hallazgo de sus dos planetas orbitales, que al final fueron calificados como los primeros planetas extrasolares descubiertos en la historia.
La instalación lucía un poderoso transmisor de radar que podía hacer rebotar un haz de luz en un objeto que podía acercarse peligrosamente a la Tierra. Luego, el enorme plato de radio del observatorio podría captar el eco de esa señal, permitiendo a los científicos descifrar detalles precisos sobre la ubicación, el tamaño, la forma y la superficie de un asteroide. También colaboró para captar la repetición de ráfagas de radio rápidas desde fuera de nuestra galaxia, en 2016.
El Observatorio de Arecibo ha demostrado ser fundamental en un reciente descubrimiento astronómico llevado a cabo por un equipo internacional de científicos, liderado por la Universidad de East Anglia en el Reino Unido. La investigación llevó al hallazgo de un sistema estelar asimétrico de doble neutrón. Se cree que este tipo de sistema estelar es un precursor de la fusión de los sistemas estelares de neutrones dobles como el que LIGO (Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory in the United States) descubrió en el 2017. La observación de LIGO fue importante ya que confirmó que las ondas gravitacionales son asociadas a la fusión de estrellas de neutrones. El trabajo publicado por este equipo en la revista Nature indica que estos tipos de sistemas estelares de neutrones dobles pueden ser la clave para entender las colisiones de estrellas muertas y la expansión del universo.
“En 2017, los científicos de LIGO detectaron por primera vez la fusión de dos estrellas de neutrones”, dijo el físico Robert Ferdman, que dirigió el equipo de investigación. Uno de los aspectos únicos del descubrimiento de 2017 y de este nuevo es que los sistemas de neutrones dobles observados están compuestos por estrellas que tienen masas diferentes. Las teorías actuales sobre los descubrimientos del 2017 se basan en que las masas de las estrellas son iguales o muy cercanas en tamaño. “El sistema estelar de neutrones dobles que observamos muestra las masas más asimétricas entre esas de sistemas de fusión conocidos dentro de la edad del universo”, señaló por su parte Benetege Perera, científico del Observatorio de Arecibo, y coautor de la publicación.
Arecibo también sirvió para la formación de estudiantes de posgrado y era una verdadera atracción turística que atraía a unos 100.000 visitantes al año.
“El radiotelescopio de Arecibo era uno de los más grandes del mundo y tenía décadas de funcionamiento. Además de aparecer en películas, estuvo involucrado en el programa espacial SETI, que es un programa de búsqueda de vida extraterrestre mediante señales de ondas de radio. Es una pérdida muy grande para la ciencia en general ya que era considerado el “monumento mundial de la astronomía”, afirmó a Infobae el licenciado Mariano Ribas, coordinador del Área de Astronomía del Planetario de Buenos Aires, Galileo Galilei. Además del desgaste natural por el paso de los años y la falta de mantenimiento adecuado, el aparato sufrió el accionar de la humedad selvática, varios terremotos y tormentas tropicales y hasta el embate del poderoso y destructivo huracán María en 2017.
El colapso del observatorio “es un desastre absoluto”, dijo indignado el profesor Abel Méndez, director del Laboratorio de Habitabilidad Planetaria de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo. El astrónomo tuvo que cancelar cursos de formación en el observatorio previstos para el año próximo, un duro golpe para sus estudiantes. Astrónomos y científicos lamentaron en las redes sociales el colapso del telescopio señalando que se trataba de “un día triste para la astronomía”.
“Más que un telescopio, Arecibo es la razón por la que incluso estoy en astronomía”, escribió en Twitter el astrónomo local Kevin Ortiz Ceballos. Karen Masters, profesora de astrofísica en Haverford College en Pensilvania, publicó una foto suya y de su hija pequeña cerca de la antena en 2008 y dijo que estaba “desconsolada y decepcionada”.
Los expertos afirman que el derrumbe del aparato también es una muestra más del deterioro de la situación en el territorio estadounidense Puerto Rico, duramente golpeado en los últimos años por huracanes y cuya infraestructura se ha ido reconstruyendo muy poco a poco.
La noticia del adiós del radiotelescopio fue recogida por la representante de Puerto Rico ante el Congreso en Washington, Jenniffer González, quien llegó a decir que todos en la isla lo tienen como uno de sus grandes orgullos, una herramienta científica de calibre mundial atesorada por toda la comunidad científica.
Se lo extrañará mucho. Demasiado. Por todos los enigmas que aún guarda el Universo y la potencial posibilidad de contacto con vida fuera de la Tierra. Para los nostálgicos, solo queda volver a ver videos del mismo o películas inolvidables, tal vez poniéndose uno en la piel del agente 007 y soñar con una nueva aventura en el radiotelescopio de Arecibo.
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