Qué es la Luna Azul que se verá este 31 de octubre en Argentina

Se trata de un término para definir un evento astronómico que sucede aproximadamente cada dos años y en 2020 coincide con la celebración de Halloween

Hubo un tiempo en que se observaron lunas azules desde la Tierra

Llamada Blue Moon o Luna azul, cualquier persona que lee esto creerá que nuestro satélite natural dejará su color gris pálido, blanco lechoso o hasta plateado, por una nueva tonalidad azulada. Pero en realidad no. Nada de eso. La luna sigue y seguirá teniendo su actual color.

Luna azul es solamente un término para describir que habrá dos lunas llenas en un solo mes. Un ciclo lunar es el período en el que ocurren todas las fases de la Luna, que se repite cada 29,5 días aproximadamente. Pero cada tanto, se da el fenómeno de la existencia de 2 lunas llenas en un mes o también de 2 lunas nuevas, llamada Luna negra.

La última vez que ocurrió la última vez que vivimos el fenómeno de dos lunas llenas fue el 31 de marzo de 2018. Este año aparecerá en el cielo en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, cuando muchos países celebran Halloween y en México empieza la festividad del Día de Muertos.

¿Por qué azul?

Una luna azul se levanta sobre la torre California de Balboa Park en San Diego, California, Estados Unidos, el 30 de enero de 2018 (Reuters)

De acuerdo a la agencia espacial de EEUU, en la actualidad se conoce como “Luna Azul” a la segunda Luna llena que aparece en el plazo de un mes. Este fenómeno se produce aproximadamente cada dos años y medio. La definición surgió en la década del 40 del siglo pasado. La revista Sky & Telescope publicó un artículo en 1946 titulado ‘Una vez cada Luna Azul’. El autor, James Hugh Pruett (1886-1955) citó al almanaque de Maine de 1937 y dijo: “La segunda (Luna llena) en un mes, tal como yo la interpreto, se llama Luna Azul”.

“Usualmente los meses solo tienen una Luna llena, pero a veces una segunda se cuela. Las lunas llenas están separadas por 29 días, mientras que la mayoría de los meses tiene 30 o 31 días de duración, por lo que es posible que quepan dos lunas llenas en un solo mes. Esto ocurre cada dos años y medio, en promedio”, explica la NASA.

La primera luna llena del mes de octubre llegó el día uno, mientras que la segunda será el 31 de octubre, perfecta para ambientar las celebraciones de Halloween. Sin embargo, y para decepción de muchos, no se verá azul. Según explica la NASA, la fecha del fenómeno no afecta en absoluto al color, y lo más seguro es que ese día nuestro satélite luzca su gris perla habitual.

Una persona posa para una foto mientras la luna se levanta sobre Griffith Park en Los Angeles, California, el 30 de enero de 2018 (AFP)

Cuando sí se observaron lunas azules

“Hubo un tiempo, no hace mucho, cuando la gente veía lunas azules casi todas las noches. Lunas llenas, medias lunas, lunas crecientes: todas eran azules, excepto algunas noches en las que eran verdes”, explica la NASA en su relato.

Y tiene que ver con tener erupciones volcánicas. Un ejemplo fue en 1883, cuando tuvo lugar la erupción del volcán Krakatoa en la India. A 600 kilómetros de distancia, los pobladores escucharon el estruendo, que los científicos comparan hoy con la detonación de una bomba nuclear de 100 megatones. Las columnas de ceniza que salieron del cráter se elevaron hacia la parte superior de la atmósfera, y la Luna se tiñó de azul. El cambio de color del satélite se debió precisamente a la estructura de estas cenizas, compuestas de partículas de aproximadamente un micrón (una millonésima parte de un metro) de ancho. Este tamaño impide filtrar la luz roja, y deja pasar únicamente otros colores.

“La clave para tener un luna azul es tener en el aire muchas partículas un poco más anchas que la longitud de onda de la luz roja (0,7 micrones) y que no haya otros tamaños presentes. Esto es raro, pero los volcanes a veces escupen tales nubes”, explica la NASA. Así, durante años, los rayos blancos del satélite que brillaban a través de las nubes de ceniza “emergían azules y a veces verdes”. Después de aquello, otros volcanes hicieron que la Luna volviera a cambiar su característico gris perla. Es el caso del Chichón, localizado en el estado de Chiapas, México, que explotó en 1983. También del Monte Santa Helena, en el estado de Washington, EEUU, que entró en erupción en 1980, o el Mount Pinatubo, en las Islas Filipinas, que lo hizo en 1991.

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