La ANMAT aprobó la realización de un respirador mecánico de bajo costo diseñado en Rafaela

El dispositivo automatiza el proceso manual de ventilar un paciente intubado con un resucitador. Es de fácil manejo y no requiere de aire comprimido

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La ANMAT aprobó la realización
La ANMAT aprobó la realización de respiradores mecánicos específicos para pacientes con coronavirus desarrollados en la localidad santafesina de Rafaela (Argentina.gob.ar)

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica aprobó este martes la realización de respiradores mecánicos específicos para pacientes con coronavirus, desarrollados por la empresa Grupo INBIO S.A., la Universidad Nacional de Rafaela y el Centro Tecnológico Rafaela.

Con esta habilitación oficial, el “ciclador automático de resucitador” para enfermos de Covid-19 podrá producirse en Santa Fe y se comercializará y distribuirá en todo el territorio nacional.

El aparato aprobado automatiza el proceso manual de ventilar un paciente intubado con un resucitador y además, cuenta con la ventaja de ser de fácil manejo y no requerir de aire comprimido, característica muy importante para su uso en instalaciones de campaña o recursos de gases medicinales limitados, indicaron las fuentes.

Es de destacar que por su sencillez posibilita que pueda construirse a gran escala y a bajo costo para asistir a las necesidades que puedan surgir por la pandemia.

El desafío de la iniciativa fue lograr un producto de rápida fabricación local y con insumos casi en su totalidad de industria nacional y con estándares de uso sanitario.

La secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación, Marina Baima sostuvo que “es vital que apoyemos este tipo de desarrollos tecnológicos para demandas específicas, estratégicas y con fuerte impacto en los grandes desafíos que tenemos en este nuevo contexto” y remarcó que “esto demuestra el éxito de nuestros científicos y emprendedores”, sostuvo.

Por su parte, el director técnico de la Fábrica de Producto Médico de Grupo Inbio, Guillermo Bernasconi, expresó: “Estamos orgullosos del aporte que realizamos como bioingenieros, colaborando con el sistema de salud en esta difícil situación que estamos viviendo como sociedad”.

El proyecto contó con el apoyo de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología, que fue crucial para la realización de ensayos avanzados sobre el respirador y acceder al financiamiento que permitió la compra de insumos y equipos de calibración para la ejecución del proyecto.

Durante su desarrollo, se hizo foco en apoyar la investigación a través de la vinculación institucional tanto a nivel local como en diálogo con vicepresidencia de Asuntos Tecnológicos del Conicet, con Fabricaciones Militares a través de una visita técnica y recomendaciones, así como diversos centros de investigación de otras provincias para compartir experiencias.

Cabe recordar que en los primeros meses de la pandemia de coronavirus y ante la falta de insumos necesarios para poder atender a los infectados en estado crítico, la UBA desarrolló un dispositivo para ampliar las capacidades de los respiradores mecánicos y permitir la ventilación simultánea de dos pacientes diseñado por el Laboratorio de Fluidodinámica (LFD) de la Facultad de Ingeniería.

La prueba se realizó en el edificio de Ciencias Veterinarias de esta casa de estudios y para la ocasión, el decano de esa Facultad, Alejo Pérez Carrera, convocó a la cátedra de Anestesiología y Algiología, que está a cargo del doctor Pablo Otero, para participar de esta iniciativa que el director del LFD, Guillermo Artana, bautizó como Ampliación de la Capacidad del Respirador Artificial (ACRA).

Los equipos de la UBA lograron concluir las tres fases inicialmente planificadas “en menos de seis semanas de intenso trabajo”, las cuales se basaron “en el diseño, la operatividad y la compatibilidad del dispositivo”; los ensayos del mismo, “que fueron efectuados en complejos simuladores capaces de reproducir diferentes patologías, inclusive la producida por el COViD-19”, y las pruebas biológicas, “que sumaron toda la complejidad a la que deberá ser expuesto” el aparato “de tener que emplearse”.

Asimismo, la universidad destacó que “si bien existen en el mundo varios proyectos similares en curso, todos dejan importantes preguntas sin responder”, y es por eso que lo que hace diferente a esta nueva herramienta en comparación con las demás “es haber podido resolver la demanda de individualizar, en forma independiente, la ventilación de dos pacientes de manera simultánea, asegurar la compatibilidad con los respiradores disponibles en el mercado y satisfacer las necesidades clínicas terapéuticas”.

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