Hogares “verdes”: ¿cómo convertir una casa en sustentable?

La ecología y la economía son dos áreas que explican esta tendencia que crece en la Argentina. Generar el menor impacto en el medio ambiente, consumir la menor cantidad de energía posible o incluso producirla son algunas de las condiciones para que una vivienda sea sustentable

Generar el menor impacto en el medio ambiente, consumir la menor cantidad de energía posible o incluso producirla son algunas de las condiciones para que una vivienda sea sustentable (Shutterstock.com)

Generar el menor impacto en el medio ambiente, consumir la menor cantidad de energía posible o incluso producirla son algunas de las condiciones para que una vivienda sea sustentable. Cada vez son más los recursos que existen para lograrlo, desde paneles fotovoltaicos, instrumentos que generan calor para alcanzar el calentamiento del agua con energía renovable, hasta túneles que llevan luz sol a lugares oscuros.

Gerardo Azcuy, fundador de Azcuy, detalló a Infobae alguno de los recursos que están a la vanguardia: “Es relevante la tecnología del equipamiento: el tipo de ventanas, de vidrios y el sistema de climatización. En nuestros edificios utilizamos amplios ventanales de piso a techo con carpinterías de aluminio de alta prestación con RPT (ruptura de puente térmico) que, combinadas con los vidrios reflectivos y de baja emisividad con cámara de aire, logran aislación térmica y acústica. Asimismo, los equipos de aire acondicionado reducen hasta un 65% el consumo de energía y permiten regular la temperatura por ambientes”.

El aire caliente solar funciona a través de un panel que es calentado por el sol y luego introduce el aire en la casa con un ventilador

Y describió el uso los de sistemas de domótica: “Estos permiten automatizar funciones como el apagado de luces cuando no hay nadie en un ambiente para reducir el consumo, o bajar las cortinas en determinados horarios para preservar la temperatura del espacio y prescindir de los equipos de aire acondicionado”. Y finalizó: “Es una tendencia que ya está absolutamente instalada y en gran parte terminó de afianzarse debido al confinamiento que nos toca vivir actualmente. Notamos que nuestro público exige y valora cada vez más este tipo de características en nuestros proyectos. A diferencia de las generaciones anteriores, las nuevas camadas de usuarios tienen mayor conciencia sobre el cuidado del medio ambiente”.

El ingeniero Agustin Isasmendi, de Nuevas Energías de la provincia de Salta, se unió al debate y explicó que el proceso puede hacerse en etapas y los recursos pueden ser aplicados en la medida de las posibilidades de los clientes. “Existen muchas opciones que permiten desde ser un poco más eficiente en el uso de las energías convencionales hasta tener una casa autosustentable. Lo principal a aplicar es todo lo que se refiere a eficiencia energética y energías renovables. Esto hará que el consumo energético de energías no renovables disminuya y tendrá consecuencias directas en el ahorro económico y beneficios en la disminución de emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI), una de las principales causas del cambio climático”.

Entre los recursos enumeró: “Los monitores de energía, energía solar térmica (agua caliente calentada con energía solar), energía solar para iluminación (tubos solares), domótica (que se puede programar y manejar desde el celular), cambiar la iluminación a LED. También existen productos como estufas a leña de alto rendimiento que utilizan biomasa (energía renovable a partir de vegetales) como combustible, colectores solares para calefaccionar las piletas, colectores de aire caliente solar para calefacción de hogares. Y por supuesto, paneles solares fotovoltaicos para producir energía eléctrica”.

El público exige y valora cada vez más proyectos inteligentes y sustentables. El interés por las energías renovables es una característica de los clientes más jóvenes

A la pregunta de la relación costo-beneficio Isasmendi respondió que “hay productos que son muy nobles y fáciles de recuperar la inversión inicial como por ejemplo la energía solar térmica: termotanques solares, colectores solares para piletas como así también las estufas a leña de alto rendimiento (doble combustión)”. Y resumió: “Cada vez vemos de cerca más ejemplos de aplicación de arquitectura bioclimática en las construcciones nuevas: ventanas con DVH (doble vidrio hermético), construcciones en seco con sistemas de placas aislantes que prometen hasta el 30 o el 40% de ahorro de energía sobre calefacción y tecnología inverter en equipos de aire acondicionados. Como así también la aplicación de conceptos básicos en proyecto como la orientación norte de los locales habitables para aprovechar el sol de invierno, o el uso de pérgolas o aleros en fachadas con orientación oeste para no sobrecalentar la edificación en verano”.

El arquitecto Gabriel Torraca, titular del estudio de arquitectura Gatarqs y director de la desarrolladora Grid, también ahondó en la relación costo beneficio y los tiempos de recuperación de la inversión. "Hay estrategias, las pasivas, como orientar debidamente un edificio que no tienen costo. Se trata de poner la cabeza en marcha. Hoy hay herramientas que pueden simular perfectamente la eficiencia, a priori, antes de empezar a construir. O sea que no hacerlo, desde el punto de vista de un proyecto, no es profesionalmente adecuado. Con respecto a las envolventes y dispositivos que mejoren la performance, pueden agregar entre un 5 y un 10% con respecto una construcción tradicional. Y finalizó: “No considerar la envolvente es ir en contra, además, de las normas IRAM, que exigen que las envolventes estén debidamente aisladas. Mientras que hace 10 años el período de amortización de esa mayor inversión podía demorar cinco o seis años, hoy es la mitad de ese plazo. Se amortiza economizando facturas de energía”.

Las estufas a leña de alto rendimiento consumen menos leña y casi no contaminan el ambiente (Foto: Nuevas Energías)

Verde es el nombre del proyecto inmobiliario que se va desarrollar en el barrio porteño de Saavedra. Yanina Gonzalez, su impulsora, no es arquitecta ni tampoco dirige una desarrolladora. Esta mujer, buscando vivir de una manera más coherente a sus principios y a su propósito de vida, quiso trascender y dejar una huella. Para ello, pensó, en el terreno de su propia vivienda, armar un proyecto arquitectónico de 4 pisos concebido con criterio eco- eficiente.

“Mi idea es comunicar a través de este proyecto, la posibilidad de vivir de manera más consciente, incorporándonos dentro del ambiente, sabiéndonos parte de la naturaleza. Proponer nuevos hábitos de manera progresiva. Escuchar lo que nos está pidiendo el planeta para así, integrar y avanzar hacia un nuevo comienzo, más humano. Estoy convencida que si cada uno asume su propio metro cuadrado, podemos cambiar el mundo”.

Existen muchas opciones que permiten desde ser un poco más eficiente en el uso de las energías convencionales hasta tener una casa autosustentable (Shutterstock.com)

El objetivo principal es crear hábitats confortables con el menor costo energético. Para lograrlo se tendrá en cuenta la orientación, el asoleamiento, la ventilación, la aislación y la protección solar. Entre los recursos elegidos para lograr la mayor eficiencia se destacan las energías renovables, el uso racional del agua potable, recuperación de material potencialmente reciclable, reutilización de agua de lluvia y aguas grises, calentamiento natural del agua, estrategias de diseño bio-ambientales, huerta y compost en cada unidad.

Gonzalez finalizó: “El concepto eco-eficiente proporciona herramientas para hacer un uso responsable de los recursos, sin agotarlos ni exceder su capacidad de consumo. Roque Verde no tiene sólo como objetivo la construcción de un proyecto de edificación, sino plasmar un concepto de vida a futuro. Está enfocado, además, en desterrar la creencia que es difícil vivir de manera sustentable asumiendo el poder vivir de manera responsable”.

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