El año 2020 para el mundo de la moda está siendo uno atípico. Los diseñadores tuvieron que reinventarse. Muchos de ellos dejaron de lado sus colecciones y confeccionaron tapabocas ante la emergencia sanitaria del covid-19, mientras que otros no bajaron los brazos y continuaron proyectando lo que serían las siguientes colecciones para cuando todo esto pase.
Así fue el caso de la diseñadora Maureene Dinar. Su línea de verano pasada la presentó en la ciudad uruguaya de Piriápolis, con un desfile para sus clientes más exclusivos y amigos. Pero ya de regreso a Buenos Aires, la creativa que tenía repartida en los talleres los diseños de su colección de invierno, se encontró con una mala noticia, no se los pudieron entregar.
“Tenía todo programado para hacer el 22 de marzo, estaba listo para hacer la campaña, el fotógrafo, la agencia de modelos, el desfile programado para abril. Pero me di cuenta de que el coronavirus estaba avanzando y yo tomé la iniciativa de hacer un ‘parate’ el 9 de marzo y ahí fue cuando también llegó la cuarentena”, dijo a Infobae.
Dinar contó que esa colección la había diseñado con muchas energías pero supo que el invierno no se iba a poder presentar, ni mucho menos poder realizar un desfile ya que “todos los eventos se apagaron”.
Pero no bajó los brazos y apostó al verano. “Back to Life” es su nueva colección. Fusionando todas sus líneas, alta costura, couture, prêt couture y urbano, Maureene vuelve a reiniciar con esperanza, creatividad buscando luz en las prendas para una colección dinámica cómoda, fresca y cuidada. Una colección de verano glamorosa, práctica, joven, simple, pero sin perder el espíritu del arte de cada prenda.
El nombre elegido para la colección no fue casualidad. La diseñadora contó a Infobae que luego de no haber podido presentar su línea de invierno y haber colaborado con entidades a beneficio, pensaba en cómo se vestiría en el verano, con ropa cómoda y agradable. Ahí fue cuando una mañana se despertó con una sensación de luz que le dijo que tenía que ayudar a la gente con alegría con una “vuelta a la vida”.
Para esta temporada, Dinar sorprende con el mix de sus técnicas. Eligió armar su nueva colección con géneros prácticos que sean lavables y cómodos en la piel para prendas que sean intercambiables entre sí. “Es lo que se necesita en este momento, además de la colección de camperas y shorts pintados a mano que son un sueño”, dice la diseñadora.
Además de las camperas y shorts de denim pintados y bordados a mano, para esta nueva temporada, la paleta de color que estará presente en el verano es el blanco, una tonalidad que atrapa la luz. También el crudo y el infaltable negro. El verde limón como novedad para todas las prendas que tienen detalles de pintado a mano.
La diseñadora cuenta que a pesar de estar en plena pandemia se animó a lanzar esta colección porque el mundo necesita seguir adelante. “Hay momentos en los que uno tiene que invertir en lo que cree, y yo creo en el amor y en el arte, siento que la pasión por ello hace posible muchas cosas”.
Como los eventos no están permitidos, esta vez la diseñadora presentó su colección de manera digital, como lo están haciendo todas las marcas y diseñadores del mundo. Lo hizo en Benavídez, donde se grabó con modelos siguiendo todos los protocolos. Al aire libre y con barbijos. “Descubrimos un mundo nuevo que no hay que dejar de seguir aprendiendo, estamos en una era de contenidos digitales”.
Sin embargo confiesa que lo que más extraña de los desfiles es el público. Sus amigos, los periodistas especializados, los encuentros en el backstage, la emoción de los días previos, el casting con las modelos, las pruebas de vestuario, la adrenalina que se vive en el durante, y en el final con los abrazos y aplausos.
Para cuando en un futuro -por ahora incierto- los desfiles regresen de manera presencial, Dinar dice que le encantaría que fuera uno muy especial, con 50 modelos, o más, en una presentación con buena música y mucho amor.
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