El gigante francés del lujo LVMH (Moët Hennessy Louis Vuitton) ha presentado ante la justicia estadounidense sus argumentos para justificar el abandono de la compra de la joyería Tiffany’s por 16.000 millones de dólares.
En un comunicado, LVMH explica que durante la jornada del lunes presentó sus conclusiones ante el Tribunal de Justicia de Delaware y que confía en “su capacidad de demostrar que no se dan las condiciones de realización de la adquisición y que los argumentos falaces de Tiffany no tienen ninguna base”.
En primer lugar porque el acuerdo que había firmado en noviembre de 2019 con el grupo joyero estadounidense incluye una cláusula que autoriza a las partes a renunciar si se produce “una situación significativamente desfavorable”, lo que a su juicio ocurre con la crisis del coronavirus.
LVMH dijo que no podía completar la transacción con Tiffany porque recibió una carta del Gobierno francés pidiendo al conglomerado que retrasara la transacción hasta el año que viene, más allá del plazo contractual del 24 de noviembre que las compañías habían acordado.
Tiffany no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. Esta ha rebatido el argumento de LVMH de que la intervención del Gobierno francés le impide cerrar el trato y que se ha producido un efecto material adverso. También defendió su capacidad de pagar dividendos en virtud de su contrato con LVMH.
A ese respecto, precisa que en ese mismo contrato no se excluye la pandemia como “situación significativamente desfavorable” cuando Tiffany quiso que sí que se señalaran otros que no se podrían invocar, como los ciberataques, las protestas de los “chalecos amarillos” en Francia o las manifestaciones en Hong Kong.
“Tiffany nunca pidió que esa exclusión se aplique a una crisis sanitaria o epidémica cuando cientos de acuerdos de fusión realizados estos diez últimos años prevén esa mención específica”, indica LVMH.
Por eso su conclusión es que “la pandemia -cuyos efectos para Tiffany son catastróficos y duraderos- constituye indudablemente una situación significativamente desfavorable” y “esa cláusula basta para impedir la realización de la operación”.
Otro de los argumentos de LVMH es que Tiffany no ha sido gestionado desde el acuerdo de noviembre de forma normal y para ilustrarlo alude al pago “del dividendo más elevado posible” en un momento en que sufría pérdidas y su liquidez disminuía fuertemente. “Ninguna empresa del sector del lujo en el mundo ha actuado de esa manera durante la crisis”, cuentan.
Además, aseguran que ha cumplido “todas las obligaciones” que figuraban en el contrato, como lo demuestra el hecho de que hizo “sus mejores esfuerzos” para conseguir las autorizaciones reglamentarias y que ya había obtenido ocho de las diez que eran necesarias.
La disputa ante los tribunales lanzada por Tiffany tiene su origen en la renuncia de LVMH el pasado 9 de septiembre a la compra, una operación valuada en 14.700 millones de euros (unos 17.300 millones de dólares) y que tenía como fecha límite el 24 de noviembre.
Con información de Reuters y EFE.
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