Pablo Ramírez es un ícono de la moda argentina. Uno de los diseñadores que nunca falta en las pasarelas para presentar lo último en diseño nacional y lo que se viene para la temporada entrante aunque sus prendas son siempre atemporales y con un distintivo de la marca de Ramírez.
“La colección la soñé como si fuera una especie de paseo imaginario, una invitación a caminar por un parque, un reencuentro, recrear la alegría del baile en siluetas que subrayen el movimiento, con materiales con tejidos ligeros, que tengan frescura, libertad. Es una colección para enamorarse”, dijo a Infobae el diseñador.
Ramírez, quien se presenta desde hace ya varias temporadas en el marco de la semana de la moda en Designers Buenos Aires, tuvo en esta oportunidad el honor de ser quien inauguró la edición número 17 en su formato digital.
“Mi idea fue evocar el universo de Hollywood, de los años dorados, de la fantasía y el glamour, todo ese momento de los 30′ y 40′ que le permitían al público evadirse de la cruda realidad cotidiana, lo siento un poco como un paralelo con lo que está pasando ahora. Lo que quiero es hacer algo que tenga que ver con soñar y con la fantasía dentro del contexto o momento que estamos viviendo”, contó sobre su inspiración Ramírez.
El diseñador mostró su colección mediante un fashion film. Los convocados para ser los protagonistas fueron Florencia Torrente y Nicolas Villalba. A ella, la eligió porque es una mujer actual, súper contemporánea, emprendedora, talentosa, inquieta. “Tiene todas estas cosas que me encantan de mujer empoderada que estudia canto, hace actuacion, teatro, tiene su emprendimiento, su marca, es una mujer que experimenta, no tiene límites. Me encanta todo eso. A la vez siento que ella de alguna manera encarna la belleza y el encanto de otra época, ese mix de toda su energía de hoy pero a su vez con cierta reminiscencia que tiene”, elogio de la hija de Araceli Gonzáles. “Pensé en el clip de alguna manera en la inspiración Gene Kelly, y para mí Nico tiene esa elegancia, esa cosa sexy masculina, que lo asemeja a él. Flor es una especie de Cyd Charisse”, agregó.
Sobre la idea que propuso Guillermo Azar, el creador del Designers de armar el evento fashionista pero de manera virtual, Pablo Ramírez se lo tomó con mucho entusiasmo, ya que él es amante del cine desde muy chico y uno de sus sueños es ser director de cine.
“Trabajamos mucho con Flor y con Nico, armé un guion coreográfico, todo esto estaba pensado desde la coreografía, los cambios de vestuario. Lo que me resultó corto fue el tiempo, tener que pensar todo esto en nada más que un minuto fue una pena, porque me hubiera encantado haber podido desarrollarlo un poco más; por los tiempos que corren hoy la gente no se engancha tanto, la atención y la concentración son dos desafíos. Lo hicimos en un minuto, quedó muy bien pero te queda esa sensación que falta, es como un teaser, me gustó y después hice la imagen del afiche de una película y lo pensé todo a lo grande”, detalló el diseñador.
Sobre cómo lo pensó, precisó que fue una historia de amor dividida en 6 escenas transcurridas en cambios de vestuario a través del movimiento, la coreografía, y por eso pensó en un baile, que a través del movimiento, de manera casi imperceptible, así como el paso del tiempo, el color del cielo y las emociones, van transcurriendo las citas de amor. Ramírez les dio vida.
La primera escena es el paseo, la segunda es la invitación, ella está con solero en tencel azul, y él está con la clásica remera blanca y un jean azul. Después cuando llegan a la invitación están vestidos de negro absoluto, ella con un vestido de negro y él de jean y remera negra. La tercera escena es el encuentro cuando están los dos de camisas blancas y pantalones, él con corbata y ella como con una cinta, especie de moño, con pantalón de cintura alta y un cinturón con hebilla de la marca.
La cuarta escena es el momento del romance. Ella tiene un body de algodón negro con cuello y puños blancos de algodón y la falda de tul, una cosa bien romántica de bailarina. Y él con pantalón de vestir, mostrando la sastrería con el chaleco. La escena siguiente -la 5ta- es el baile, todo comienza en un atardecer, el cielo ya se va poniendo oscuro y ya llega la noche y con ella el baile, luce un vestido de muselina natural y él un traje completo. Y en el final, en una noche muy estrellada, ultima escena y foto final, ella tiene un vestido de muselina negro, con todo el interior en satén en color piel, con un súper escote en la espalda, con una especie de capa de tul bordado.
Por último, Ramirez dice que todos los paradigmas están cambiando, y piensa que está bueno. “Pienso que el contexto este acelera el proceso de reinversión y nos convoca para que todos seamos más creativos y pensemos cómo comunicar a través de esta nueva normalidad”.
“Yo viví esta presentación con los mismos nervios como si fuera un desfile en vivo, hay algo hoy en día con las redes sociales que generan un vínculo muy fluído, muy veloz, y muy directo; más directo inclusive que en un desfile, donde estás en el back, lo ves, va ocurriendo y después tenés la devolución, más allá de que en el momento del desfile la gente sube a las redes sociales sus comentarios sobre el evento. En este caso la pieza ya estaba filmada, editada, y veía junto al público el producto final, y ahí iba viendo los comentarios y eso está bueno, pero me dio el mismo vértigo y los mismos nervios que el presencial. Igualmente extrañé el contacto con la gente: el abrazo, el saludo, lo que venimos extrañando todos hoy en nuestra vida cotidiana, el tener el contacto físico”, finalizó el creativo Pablo Ramírez.
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