A la presión de terminar el colegio secundario a tiempo para iniciar los estudios universitarios, terciarios de oficios -o directamente para salir a trabajar- con 18 años, se le suma a un joven sin familia ni ingresos económicos altos la ardua tarea de buscar un hogar permanente para vivir y poder sustentarse solo. Esta voraz secuencia se llama “egreso del hogar” y es la realidad de miles de chicos que vivieron su infancia en hogares de tránsito, y que se ven obligados por el sistema a abandonarlos cuando cumplen la mayoría de edad.
Actualmente en Argentina hay cerca de 10.000 niñas, niños y adolescentes que viven en dispositivos de cuidado formal, separados de sus familias. Al cumplir los 18 años, pueden quedar en la calle, sin trabajo y sin educación.
Roxana Carla Pardo García es una de las tantas jóvenes que atravesó esa situación de tener que dejar el hogar y enfrentarse a una adultez repentina. Sin embargo, no lo hizo sola, sino que se asesoró con la asociación civil Doncel, que desde el 2004 busca mejorar la transición de estos jóvenes a su vida adulta para que puedan acceder a sus derechos de obtener una vivienda, trabajo y educación.
La organización trabaja directamente con los jóvenes que deben incorporarse de modo progresivo a una vida independiente. También lo hacen con todos los referentes del sistema de cuidados alternativos que interactúan con ellos en su vida cotidiana, y con los múltiples actores que inciden en la agenda pública que los afecta.
Oriunda de Bolivia, vivió la mitad de su vida en un hogar de tránsito hasta que finalmente se mudó a la Argentina con miembros de su familia, y por diversas problemáticas ingresó a un hogar de adolescentes. “En el hogar logré tener una nueva vida y fue una experiencia muy positiva para mí. Desde el 2018 vivo en una residencia y colaboro con Doncel para ayudar en el egreso de distintos jóvenes brindando mi testimonio y acompañando en lo que necesiten”, comentó a este medio Pardo García.
La joven se encontraba cursando la secundaria y el momento crucial de tener que abandonar el hogar se acercaba cada vez más. De este modo, en el 2018 cursó el taller Servicios para la autonomía que brindaba la ONG: “No estaba tan segura porque priorizaba mis estudios pero decidí ir y probar suerte. El taller te enseñaba cómo conseguir un trabajo, sacar un turno médico, hacer un trámite, prepararse para una entrevista de trabajo y hasta que no estas ahí no te das cuenta lo necesario que es para un joven sin experiencia aprender todas esas cosas”, explicó la joven.
En este contexto, algunas de las actividades que realizan los participantes para vivir una autonomía plena son: talleres de habilidades para la vida independiente, talleres de planificación financiera, talleres de construcción de ciudadanía, formación en habilidades blandas, centro de búsqueda para el empleo, entre otras.
“Comenzamos hace 15 años como un programa de inserción socio-laboral, ya que detectamos la dificultad de estos adolescentes y jóvenes, que a una edad muy temprana debían conseguir un empleo formal para mantenerse luego de su paso por el cuidado del Estado”, explicó a este medio Dana Borzese, directora ejecutiva de Doncel.
La joven explicó que para ella fue fundamental poder aprender sobre las destrezas y habilidades que requiere ingresar al mundo laboral. Desde preparar un curriculum vitae hasta tener que asistir a una entrevista. Hoy trabaja en un call center y estudia la carrera de asistente social: “Cuando estas en un hogar, es como estar en un mundo aparte. Yo de chiquita no sabía que existían las líneas de colectivos o de aviones, no conocía más allá de la puerta de la calle”.
“A todos los jóvenes que están en esta situación me gustaría decirles que todos tienen la oportunidad de conocer, informarse y luchar por sus derechos. El esfuerzo que uno hace en un hogar y para seguir en el mismo es importante, ese tiempo tiene que ser valioso para aprender cosas para el día de mañana hay que aprovecharlo al 100%. No hay que tener miedo porque siempre van a encontrar a alguien que te ayude”, enfatizó Pardo García.
Salir al mundo
El 31 de mayo de 2017, el Congreso Nacional sancionó por unanimidad en ambas cámaras la Ley nacional 27.364, una ley pionera en la región de América Latina y modelo en el mundo, que reconoce igualdad de derecho para jóvenes que vivieron en el sistema de cuidados alternativos respecto a aquellos que viven con sus familias. Esto constituyó un avance en el reconocimiento de la responsabilidad del Estado y del derecho a la adquisición progresiva de la autonomía de adolescentes y jóvenes.
“Avanzamos para dar una mayor cobertura al problema del ’egreso’ de los hogares de protección. Entendimos que la preparación para la vida adulta debe realizarse de forma integral, involucrando también a otros actores”, explicó Borzese.
La Ley de Egreso fue impulsada desde DONCEL y otras organizaciones de la sociedad civil, con amplio protagonismo de jóvenes que reclamaron al Estado que amplíe su protección hasta los 21 años, para no volver a sufrir otro abandono al cumplir la mayoría de edad.
“Muchos no tienen idea de este derecho y es importante que lo sepan ya que puede revertir todo el escenario del egreso. Además, desde la fundación tenemos distintos programas para acompañar este momento que suele ser un antes y un después en la vida de los jóvenes que estaban en el hogar. Porque todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes tienen derecho a desarrollar su autonomía de forma progresiva. Porque crecer no puede ser una amenaza”, concluyó Borzese.
Por su parte, Pardo García aseguró que en ningún momento se sintió sola en el proceso de abandonar el hogar y vivir en la residencia en la que se encuentra actualmente: “Siempre tuve a Doncel a mi lado para que me ayuden con todos los procesos y para salir al ’mundo real’”.
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