El “levante” post COVID-19: cómo será interactuar con desconocidos cuando la pandemia se termine

Tras 5 meses confinados, los argentinos temen por el futuro de las relaciones amorosas y sexuales. Interactuar implicará entender cómo era navegar las aguas de la conquista fuera de una app de citas o un mensaje directo

El confinamiento ha cambiado muchísimo nuestra forma de entender las relaciones sociales (Shutterstock)

Desde el comienzo de nuestra línea de tiempo de la pandemia, el coronavirus y el sexo han estado íntimamente entrelazados. Para una crisis perpetuada por el contacto interpersonal, tiene sentido que una de las formas más íntimas de contacto interpersonal esté presente en la mente de las personas.

Las esperanzas de que la vida sexual de los argentinos se restablezca se desvanecieron cuando el gobierno anunció que se alargaría la cuarentena hasta el próximo 30 de agosto. El Presidente alertó esta semana por la velocidad de contagio que está tomando la enfermedad: “El problema ya no es en el AMBA, el problema se ha diseminado por todo el país y por eso hay que potenciar todos los cuidados”. Entonces, ¿cuándo vamos a recuperar nuestras vidas sexuales los argentinos? Para esa pregunta todavía no hay respuesta pero sí podemos preguntarnos y tratar de responder cómo será interactuar con desconocidos cuando la pandemia se termine.

Todas las formas de contacto físico e intimidad parecen completamente sospechosas durante la pandemia de COVID-19. Se supone que debemos practicar el distanciamiento social y mantener todas las prácticas de higiene seguras para prevenir esta infección viral altamente contagiosa, incluso cuando estamos en casa. Sin embargo, llegado el levantamiento de las principales restricciones y bloqueos, las personas esperan poder volver a relacionarse como lo hacían antes. O por lo menos comenzar a hacerlo.

Naturalmente, con todas estas preguntas acerca de cómo el coronavirus está afectando nuestras vidas sexuales y amorosas en el presente, hay mucho sobre qué tipo de efectos a largo plazo puede tener esta pandemia en nuestras relaciones por venir. No hay escasez de esperanzas, miedos, consultas y predicciones sobre lo que depara nuestro futuro sexual y amoroso y para cada pronóstico parece haber una conjetura igualmente plausible.

“Pensando en los encuentros futuros, y aún signados por la pandemia, serán los jóvenes los que más se animarán a acercarse con menos restricciones, y las personas adultas seguirán con medidas de cuidado, siempre y cuando el deseo y las ganas de arriesgarse no superen al miedo al contagio”, aseguró en diálogo con este medio Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.

“Cuando esto termine habrá un deseo enorme de vivir. Todo mundo tiene deseos de vivir y eso va a prevalecer. Si no prevaleciera el instinto de vida por el de destrucción en la raza humana ya hubiéramos desaparecido” (Shutterstock)

Sucede que, tras cinco meses confinados, los argentinos tememos por el futuro de nuestras relaciones. Para cuando todo esto termine, interactuar con desconocidos va implicar no solo una cuestión de prevenir riesgos, sino de entender cómo era eso de hablar con alguien de fuera de nuestro círculo. O mucho peor, como era navegar las aguas de la conquista fuera de una app de citas o un mensaje directo.

“Cuando esto termine habrá un deseo enorme de vivir. Todo el mundo tiene deseos de vivir y eso va a prevalecer. Si no prevaleciera el instinto de vida por el de destrucción en la raza humana ya hubiéramos desaparecido”, sostuvo en diálogo con Infobae Claudia Borensztejn, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

Sin embargo, el confinamiento ha cambiado muchísimo nuestra forma de entender las relaciones sociales. Hemos visto incrementadas las posibilidades de interacción, pero el miedo, la incertidumbre y las restricciones no nos afectan de igual modo a todos. A diferencia de lo que pueda pensarse, está situación excepcional solo ha exacerbado lo que ya teníamos de base.

Es decir, que nuestra personalidad sigue siendo clave a la hora de decidir cómo nos relacionamos, también en época de pandemia. Para Juan Pinetta, psicólogo coordinador del departamento de Psicoanálisis y Sociedad de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), “el deseo es incoercible, haya o no pandemia”. “En este sentido, salvo que haya inhibiciones y que la situación exacerbe ciertas fobias, actualmente observo que, adolescentes en general -y no tanto- usan las plataformas de citas y acuerdan encuentros para conocerse en persona, por ejemplo en plazas”, explicó a Infobae el experto.

Y agregó: “Estamos frente a un futuro incierto. Lo que sí puedo decir es que pareciera haber una mayor selectividad, un mayor cuidado en relación a con quién uno va a encontrarse, y pareciera haber un mayor ‘rodeo’ en lo que implica conocer un poco más a la persona”.

Otra idea a tener en cuenta es que quizás debamos cambiar un poco no solo la forma de interactuar en las citas, sino con quién las tenemos (Shutterstock)

Siempre ha habido personas con más habilidades sociales que otras. Personas que enseguida saben sacar temas de conversación y otras que prefieren quedarse calladas. Pero si a eso le sumamos cierto bloqueo acumulado de meses atrás, ¿hay algo que nos pueda hacer sentir más cómodos?

En estas interacciones en la nueva normalidad, sí que existen cuestiones que nos pueden ayudar a darnos una mayor seguridad. Si siempre hemos destacado la importancia de la comunicación, ahora mismo se ha vuelto una forma de protección muy importante. No solo se trata de indagar sobre gustos y aficiones de la otra persona, ahora también se empiezan a aplicar criterios como el poder de la mirada.

“El uso de barbijo implica entre dos desconocidos una disminución de la ‘lectura’ de las emociones y sentimientos, pero hay otras formas de ‘leer’ al otro a través de las expresiones de los ojos, cejas, la frente, variaciones en la voz e incluso variaciones de postura”, advirtió Pinetta.

Además de apelar a esta nueva “lectura de las emociones”, los especialistas recomiendan evitar sacar temas conflictivos, espinosos o dolorosos. “Creo que la mayoría de las personas van a querer pasarla bien. Depende del grado de intimidad que tengan, pueden surgir esos temas o no pero generalmente en la primera cita no salen a no ser que la persona esté muy desbordada por la angustia y necesite hablar de un tema específico”, apuntó Mónica Cruppi, psicóloga y miembro de la APA.

Otra idea a tener en cuenta es que quizás debamos cambiar un poco no solo la forma de interactuar en las citas, sino con quién las tenemos. Ahora es tan fácil descargarse una aplicación y hacer una selección desde la comodidad de nuestros hogares, que hemos perdido la capacidad de flirtear como toda la vida. Con las personas que nos encontramos en la calle o en un café, con el vecino del edificio, el amigo de nuestro amigo o nuestro compañero de trabajo.

¿Qué deparará el futuro después de este período de retención masiva esencial? Las reglas y regulaciones COVID-19 de cada ciudad y país del mundo cambiarán y evolucionarán. Es demasiado pronto para decir cuándo las cosas volverán a ser “normales” (Shutterstock)

“La movida de los jóvenes está teniendo menos reparos para organizar citas con personas que recién conocen, sin embargo, se precisa de un acuerdo mutuo para avanzar. Los adultos están rompiendo la cuarentena para reencontrarse con sus parejas pero son más reticentes a las citas a ciegas o con escaso conocimiento del otro”, manifestó Ghedin.

Sin embargo, por más de que se pueda especular sobre lo que sucederá a la hora de volver a salir al mercado de las conquistas la situación sigue siendo de total incertidumbre. Puede que hoy podamos tener una cita, pero no sabemos si la semana que viene esa persona o nuestra ciudad tendrán que pasar por un confinamiento o cuarentena. Siendo así, el reto ya no es solo atreverse a relacionarse o no con alguien nuevo, sino también atreverse a hacer planes a medio y largo plazo.

Somos criaturas sociales y, por supuesto, encontraremos formas de continuar teniendo citas y conocer nuevas personas. “El amor romántico nunca morirá”, dice Helen Fisher, antropóloga e investigadora del Instituto Kinsey. Para la especialista, nuestros cerebros tratan el amor romántico como una necesidad central, como la sed y el hambre. “La sed y el hambre no van a morir, y tampoco lo son los sentimientos de amor y apego que le permiten transmitir su ADN a la próxima generación”, sostiene. Además, los tiempos nuevos desencadenan la dopamina en el cerebro, y ciertamente estamos viviendo tiempos nuevos.

“Uno puede imaginar que en un primer período habrá temor y desconfianza. Quizás habrá miedo al contacto y mayor distanciamiento, pero también hay que pensar que el ser humano tiene deseos y dentro de ellos está el deseo de unirse, de amar, de formar una pareja y una familia, cosas que indudablemente van a seguir sucediendo”, añadió Borensztejn.

¿Qué deparará el futuro después de este período de retención masiva esencial? Las reglas y regulaciones COVID-19 de cada ciudad y país del mundo cambiarán y evolucionarán. Es demasiado pronto para decir cuándo las cosas volverán a ser “normales” o qué aspecto tendrán incluso entonces. Los científicos sociales ya están recopilando datos para ayudar a recordar cómo nos conectamos en este momento, pero, salvo que exista más investigación, es difícil decir si habrá cambios permanentes o cuáles serán.

SEGUÍ LEYENDO: