Cómo lograr que las relaciones sobrevivan a la nueva normalidad

La cuarentena forzó las relaciones al extremo: nos mantuvo alejados de algunas personas y nos obligó a estar con otras 24/7. Mientras esperamos que las restricciones comiencen a levantarse, los especialistas revelan cómo navegar por aguas desconocidas

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La cuarentena intervino en los lazos humanos en muchos y diferentes sentidos, en los laborales, en los familiares, en las amistades y por supuesto, en las parejas (Shutterstock)
La cuarentena intervino en los lazos humanos en muchos y diferentes sentidos, en los laborales, en los familiares, en las amistades y por supuesto, en las parejas (Shutterstock)

La cuarentena cambió la naturaleza de muchas relaciones; se llevó las esperanzas de las que empezaban a florecer; algunas se vieron obligadas a separarse; otras superaron los hitos más desafiantes como la convivencia 24/7; y otras parejas tuvieron que tratar sus problemas porque no tenían a dónde escapar.

Sin embargo, para muchas personas, la posibilidad de una reducción de los confinamientos provocó más agitación y ansiedad que los confinamientos sí mismos. Según una investigación que realizó la Asociación Benéfica de Relaciones del Reino Unido, Relate, el 8% de las personas había decidido terminar con su pareja, el 10% dijo que el cierre les había hecho darse cuenta de que querían casarse y el 17% (y el 28 por ciento entre 16-34 años de edad) admitió sentirse ansioso sobre cómo cambiará su relación cuando se levantes por completo los bloqueos.

La pandemia del COVID-19 ha obligado a muchas parejas a coexistir bajo el mismo techo durante toda la cuarentena. La última implicó que muchos de nosotros nos encontremos de repente ante la perspectiva de pasar los próximo meses en un espacio limitado y cerrado. Y las personas de todo el mundo se enfrentaron a la gestión de las relaciones con los miembros de la familia y las parejas.

¿La pandemia global y las relaciones van de la mano? “La cuarentena intervino en los lazos humanos en muchos y diferentes sentidos, en los laborales, en los familiares, en las amistades y por supuesto, en las parejas. Obligó a estar y convivir con unos, y a permanecer lejos de otros. Resulta interesante pensar en esa ‘nueva normalidad’ de la vida cotidiana, que se ha instalado tan repentinamente con la llegada del COVID-19 y a la que los habitantes del mundo se han acostumbrado en no tanto tiempo. Está claro que la apertura se realizará de a poco, en fases. Sin embargo, ¿cómo viven los sujetos esa desescalada?”, sostuvo en diálogo con este medio Agustina Fernández, psicoanalista especialista en adolescentes y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

Sobre muchas de las parejas que se vieron obligadas a pasar tiempo separadas, la distancia creó dudas en su relación (Shutterstock)
Sobre muchas de las parejas que se vieron obligadas a pasar tiempo separadas, la distancia creó dudas en su relación (Shutterstock)

La flexibilidad gradual de la cuarentena extensa ya está despertando expectativas contrarias: por un lado la necesidad de salir y recuperar la libertad; por el otro, el miedo a una nueva adaptación a las diferentes áreas de la vida. Para Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, “durante toda la cuarentena y para lidiar con la incertidumbre los seres humanos crearon mecanismos inconscientes de control, de certezas, para organizar cada día; y el futuro, sin tener aún un horizonte claro. Se hicieron adaptaciones para solventar la cotidianidad, sobre todo las parejas, con o sin hijos; familiares, trabajo, amigos; se limitaron los presupuestos, se redujeron al mínimo los proyectos personales y todo quedó bajo el dominio de la espera”.

“Si bien el objetivo de superación sigue siendo el más ansiado, empiezan a parecer pensamientos y estados emocionales asociados a lo que vendrá. Sabemos que todo lo vivido no fue nada más que una pausa en la vida, para luego retomar lo que dejamos trunco; por el contrario, la experiencia a la restricción de la libertad, con todo lo que conlleva, dejará una marca en la memoria colectiva y en la capacidad para llevar adelante las acciones futuras”, explicó el experto a Infobae.

Las parejas que vieron cómo los problemas surgían sin los conocidos recursos para contenerlos, tendrán que evaluar cómo afrontan las flexibilidades futuras sin mucho margen para maniobrarlas. En ese sentido, para Ghedin, “aquellas que quedaron separadas se ven más favorecidas por las maneras que tuvieron de llevar adelante la reclusión obligada. Si bien muchas rompieron la cuarentena para verse, con la apertura gradual, tendrán el desafío de mantener algo de la magia que habían logrado, y si es así, se verán favorecidas”.

Para las parejas que vivieron juntas durante el encierro, este período podría ser su primera muestra de separación después de meses juntos. Y para aquellos que solo habían estado saliendo por poco tiempo, también puede ser su primera experiencia de verse en el contexto más amplio de su vida normal y de todos los amigos, colegas y responsabilidades que conlleva. Para ayudar a mantener la cercanía en medio de las crecientes demandas de tiempo y atención de cada socio a medida que el mundo se abre nuevamente, los expertos en relaciones aconsejan “programar el tiempo juntos como lo harían con un amigo”.

Para las parejas que vivieron juntas durante el encierro, este período podría ser su primera muestra de separación después de meses juntos (Shutterstock)
Para las parejas que vivieron juntas durante el encierro, este período podría ser su primera muestra de separación después de meses juntos (Shutterstock)

Muchas personas solas han prolongado sus diálogos virtuales con la finalidad de verse en algún momento. Las aplicaciones de contacto están siendo un recurso magnifico para conocer gente y establecer relaciones más duraderas.

Otro escenario es el de los infieles con algún compromiso en la relación. “En las parejas de infieles el riesgo, hablar y verse a escondidas, tratar de no dejar restos de la ‘trampa’ tenía un ‘efecto adrenalínico’ que alimentaba pasión y precipitaba las decisiones; ahora, sin este condimento necesario, las partes en cuestión se replantean es lo deseado si dejar a sus parejas actuales; mucho más cuando existen hijos que el confinamiento ha permitido recuperar por tener más tiempo para estar con ellos”, aseveró Ghedin.

“En este tiempo complejo de hiper-convivencia, el compañero de vida -se trate de una pareja más consolidada o no tanto- ha cumplido un rol de sostén fundamental para muchas personas. Apoyar al otro en un tiempo difícil involucra un crecimiento importante tanto en lo que hace a la pareja como en lo personal. No todos estaban preparados para una situación tan difícil, el factor sorpresa estuvo presente también para las las parejas y las distintas embestidas a las que tuvieron que hacer frente. El haberse descubierto capaces de dar y recibir apoyo por parte de la pareja implica un gran crecimiento juntos”, añadió Fernández.

Sin embargo, para la psicoanalista Fiorella Litvinoff, uno de los vínculos más alterados por la pandemia sin lugar a dudas fue “el que uno tiene con uno mismo”. “Ante el desafío de tener que reinventar la cotidianidad, transitar miedos que quizá nunca se tuvieron y modificar la sensibilidad, esta situación excepcional de confinamiento creo y potenció momentos que no se daban prepandemia porque la gente tenía posibilidad de evadirse, refugiarse en otras actividades y vínculos. Ahora estos márgenes son menores pero es interesantes utilizarlos para no generar situaciones de simbiosis entre los convivientes”, indicó consultada por este medio.

Para la psicoanalista Fiorella Litvinoff, uno de los vínculos más alterados por la pandemia sin lugar a dudas fue “el que uno tiene con uno mismo” (Shutterstock)
Para la psicoanalista Fiorella Litvinoff, uno de los vínculos más alterados por la pandemia sin lugar a dudas fue “el que uno tiene con uno mismo” (Shutterstock)

El hogar, aún con todas las dificultades, se ha convertido en el imaginario de las personas como el lugar seguro por excelencia. En este tiempo de incertidumbre, con mas fuerza que en otros, los cambios generan inseguridad y el salirse de lo conocido para intercambiar en el afuera, en el espacio exterior, produce temor, angustia.

Si bien se nos prometió un retorno a la “normalidad”, cada vez más parece que el mundo post coronavirus será todo lo contrario. Intentar llegar allí, en la misma página que nuestros amigos, familiares y seres queridos, podría no ser tan fácil como siempre habíamos supuesto.

“Esta pandemia, con la cuarentena consiguiente, puso al desnudo algunas cosas positivas y otras negativas, sinceró los vínculos como sinceró la economía y el estados sanitario del país. Para las parejas, la cuarentena puso en escena la empatía, la comprensión, los permisos mutuos y la disponibilidad. A lo mejor, es para bien que cada uno haga con su vida algo más sincero, más estable y ‘a prueba de pandemias’”, dijo a Infobae Elsa Wolfberg, psicoanalista y psiquiatra de la APA.

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