La aplicación de rellenos, el tratamiento beauty más elegido: cinco mitos para entender su uso

Según los últimos datos de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica Estética, la toxina botulínica continúa siendo el procedimiento estético número uno realizado por los especialistas desde hace 20 años, seguido por la aplicación de ácido hialurónico. ¿Los tratamientos no invasivos desplazaron a las cirugías?

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La aplicación es un proceso mínimamente invasivo rápido e indoloro (Shutterstock)
La aplicación es un proceso mínimamente invasivo rápido e indoloro (Shutterstock)

Cada año, las cifras que da a conocer la Sociedad Americana de Cirugía Plástica Estética (ASAPS, por sus siglas en inglés) marca las tendencias en lo que a medicina estética se refiere.

En este sentido, hace varios años, los números señalan que la toxina botulínica continúa siendo el procedimiento estético número uno realizado por los especialistas desde 1999. En segundo lugar, lo escolta la aplicación de rellenos de ácido hialurónico.

De esta forma estos dos tratamientos mínimamente invasivos lideraron el ranking de los más demandados en 2019.

Sin duda, el auge de los tratamientos estéticos mínimamente invasivos se debe a sus resultados efectivos, a su rapidez (requieren solo una sesión) y a no tener tiempo de recuperación. No requieren quirófano, y son además preventivos por lo que cada vez son más las personas que se atreven a dar el salto hacia este tipo de medicina.

La toxina botulínica tipo A -conocida como BOTOX®- se convirtió en el tratamiento estético más pedido desde hace ya 20 años, y sin duda sigue primero en el ránking de los tratamientos más demandados por su doble cualidad de “tratar y prevenir”. Está indicado para las arrugas de la parte superior de rostro, como frente, entrecejo y patas de gallo, pero también puede usarse para las arrugas de la nariz, algunas zonas del cuello, las comisuras de los labios y para delinear el contorno de la cara y reposicionar las cejas. La aplicación es un proceso mínimamente invasivo rápido e indoloro: consiste en microinyecciones en la zona a tratar cuya aplicación lleva pocos minutos y los pacientes pueden continuar con su ritmo de vida habitual sin inconvenientes.

Para Raúl Banegas, médico cirujano plástico y miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica (Sacper), “el BOTOX® está indicado para tratar las arrugas de expresión, esas que se forman cada vez que alguien se ríe o llora y producen que los músculos de la cara se contraigan, y con el paso del tiempo formen arrugas tales como las líneas de la frente, del entrecejo y las patas de gallo entre otras”. “La toxina botulínica cumple dos funciones, prevenir la formación de arrugas y tratar las existentes -ahondó-. Los pacientes tratados por arrugas existentes retrasan notoriamente la aparición de nuevos surcos de expresión y en los pacientes más jóvenes se aplica para prevenir la formación en aquellas pequeñas marcas que nos indican exactamente dónde se formará la arruga dinámica”.

Los efectos iniciales son visibles entre 48 a 72 horas después del tratamiento, y los máximos resultados se observan a los 15 días. La pérdida del efecto es gradual y la duración de sus resultados es de cuatro a seis meses, dependiendo del metabolismo de cada paciente, la técnica de aplicación y la dosis utilizada.

La médica cirujana plástica y especialista en estética Griselda Seleme sostuvo que “es importante tener en cuenta que si bien no es un proceso quirúrgico, es fundamental que la aplicación de la toxina sea realizada en consultorios habilitados, con un profesional médico entrenado ya que hoy la clave no es borrar todas las arrugas sino recuperar un aspecto fresco y descansado con una mirada despejada pero la consigna es siempre la naturalidad”.

La naturalidad, el principal objetivo de los rellenos de ácido hialurónico

Los rellenos de ácido hialurónico son una revolución en la medicina estética ya que permiten lograr un resultado natural y sofisticado (Shutterstock)
Los rellenos de ácido hialurónico son una revolución en la medicina estética ya que permiten lograr un resultado natural y sofisticado (Shutterstock)

Los rellenos dérmicos de ácido hialurónico se convirtieron en el tratamiento preferido para conseguir levantar pómulos, reducir arrugas o dar volumen a los labios, entre otras muchas cosas, pero todavía existen muchas dudas y miedos a desterrar.

En ese sentido, para el médico cirujano Fernando Felice “hoy la naturalidad manda y por eso los tratamientos con rellenos de ácido hialurónico son una revolución en la medicina estética ya que permite lograr un resultado natural y sofisticado, se nota que la persona está mejor, pero no se nota por qué. Ese es el secreto”.

Rellenar sólo arrugas ya no es el objetivo, sino que el médico debe reconocer aquellas zonas de la cara que están directamente conectadas con las emociones, y trabajarlas para lograr la mejor versión de cada persona.

Existen muchos tratamientos estéticos dedicados a rejuvenecer el rostro pero la gran preocupación de hoy es el miedo a perder la naturalidad. Felice sostuvo que “la clave es ser nuestra mejor versión a la edad que tengamos en todas las décadas 30, 40, 50, 60, o más”.

“Si como médicos podemos trabajar en la prevención, si sabemos diagnosticar y vemos cómo va a evolucionar una piel, cómo va a envejecer de acuerdo a sus características, la clave será poder buscar las herramientas para que cada uno potencie su belleza -profundizó el especialista-. El rostro tiene muchos mensajes negativos como cansancio, tristeza, enojo, flacidez y en estos puntos tenemos que trabajar tanto con la aplicación de Botox como de rellenos”.

En este punto, Seleme agregó que los tratamientos no invasivos como la aplicación de toxina botulínica y rellenos son tratamientos que con una o dos visitas al consultorio resuelve y trata. “Son tratamientos rápidos mínimamente invasivas, y que son muy efectivos. El uso de fillers o rellenos es uno de los tratamientos con mayor crecimiento en los últimos años: se usan para rejuvenecimiento y también para reponer volúmenes perdidos con el paso del tiempo”.

Dos claves para entender el proceso de envejecimiento

Existen muchos tratamientos estéticos dedicados a rejuvenecer el rostro pero la gran preocupación  de hoy es el miedo a perder la naturalidad (Shutterstock)
Existen muchos tratamientos estéticos dedicados a rejuvenecer el rostro pero la gran preocupación de hoy es el miedo a perder la naturalidad (Shutterstock)

“Cuando nacemos tenemos la cara rellena, tensa y con el paso de los años vemos dos cosas muy importantes: deflación y caída”, explicó Banegas, quien puntualizó: “Lo que se ve es que la cara se deshincha. Nuestra cara tiene almohadillas de grasa que con el paso del tiempo se empiezan a atrofiar, empiezan a separarse y de ahí aparecen los surcos. Por otro lado, la famosa ‘cara de bulldog’ surge cuando perdemos tensión, sentimos que la piel del rostro está en caída libre”.

La clave en la aplicación de estos procedimientos, para él, es “ir de apoco”.

Cinco mitos y verdades

1- Los rellenos duran para siempre. Falso, son reabsorbibles, pueden durar entre 12 y 18 meses de acuerdo al tipo de ácido hialurónico que se utilice.

2- Con la toxina botulínica y los rellenos puede perderse la expresión natural. Falso. La tecnología avanzó y hoy los productos tienen características que hacen que se integren naturalmente a los tejidos. La clave es buscar un profesional con experiencia y productos nobles que cuenten con las aprobaciones.

3- La aplicación de rellenos duele. Falso. Se aplican con anestesia y no tiene que doler su aplicación. Es un miedo y un mito común.

4- Los rellenos mejoran la calidad de la piel. Verdadero. El ácido hialurónico estimula la producción de colágeno por eso mejora la calidad de la piel.

5- Los rellenos son cosa de mujeres. Falso. El informe de ASAPS muestra que durante 2019, los hombres representaron casi el 10% de todos inyectables, lo que evidencia un incremento en su uso por parte de ellos.

Debido a la pandemia por coronavirus que atraviesa la Argentina, los consultorios médicos especialistas en estética habían dejado de atender de manera presencial y ahora -en forma escalonada y con todos los recaudos pertinentes- de a poco vuelven a las consultas presenciales.

En ese sentido, Banegas aclaró que “ahora que se establecieron las reglas para empezar a atender -no así para operar- se dispuso un protocolo bastabte similar al que utilizan los odontólogos: botas descartables, gorro, camisolines, barbijo y máscara para los médicos”. En tanto los pacientes, que son citados de manera tal de evitar que haya más de una persona en la sala de espera, “deben usar barbijo, se desinfectan manos y calzado al entrar, la funda de la camilla es descartable y el mismo paciente cuando se retira deja en un tacho dispuesto para ese fin todo lo que usó descartable”, detalló, al tiempo que aclaró que “se desinfectan todas las superficies antes y después de atender a cada paciente”.

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