Se podría decir que la lucha contra el coronavirus tiene tres pilares fundamentales: el uso del tapabocas y/o barbijo que cubra nariz y boca, la correcta y frecuente higiene de manos y el distanciamiento social. Sobre este último punto, la comunidad científica coincide en que lo ideal para evitar la propagación de la enfermedad COVID-19, causada por el virus SARS-CoV-2 y en particular las microgotículas que desprendemos por ejemplo al toser o estornudar, es que las personas mantengan una distancia prudencial de al menos 2 metros entre sí.
Y así fue como a partir de esta indicación o recomendación nació un dispositivo que alerta a los usuarios cuando rompen ese trecho o barrera que los separa. ¿De qué se trata? UTORAK, empresa 100% argentina dedicada a la energía renovable, se reinventó en tiempos de pandemia para ofrecer una solución a la dificultad que conlleva mantener la distancia en espacios cerrados.
Esta compañía, que originalmente brinda servicios de Ingeniería para PyMES e Industrias, se adaptó a los tiempos que corren y decidió aprovechar su vasta experiencia en desarrollo sustentable para abrir el juego y ampliar el portfolio de soluciones: asesoran a empresas con protocolos pensados para cuidar a los y las trabajadores del coronavirus, confeccionan cabinas sanitizantes que funcionan mediante rayos UV y aspersores líquidos en forma de lluvia de microgotas y mediante su innovador y más reciente desarrollo, un monitor de distanciamiento social, alertas a las personas cuando se encuentran muy cerca.
El monitor, de aspecto similar a un control remoto, mide el distanciamiento social con el objetivo de aportar una solución que permita retomar la actividad laboral con seguridad manteniendo la distancia sugerida, disminuyendo así la probabilidad de contagio y la propagación de COVID. “Es un desarrollo propio, desde la electrónica, el diseño, y la búsqueda de materiales y proveedores”, enfatizaron.
En diálogo con Infobae, Andrés Badino, licenciado en Marketing socio fundador de UTORAK, se refirió a los inicios del desarrollo: “Somos una empresa que damos servicios de ingeniería, focalizados en las energías renovables, empleamos mano de obra local, con 100% capital argentino, y con la pandemia nos vimos obligados a repensar el negocio, a reformular algunas cosas que veníamos haciendo”.
“Frente a esta situación se nos ocurrió crear primero un servicio de asesoramiento para las PyMES e industrias para que puedan armar un protocolo con el objetivo de que puedan retomar lo antes posible con la actividad laboral, importante para la productividad y como motor de la economía y además para que gradualmente los empleados puedan volver a trabajar”, agregó.
Para Badino, “el barbijo, el distanciamiento social y la higiene son 3 pilares para prevenir los contagios y evitar la propagación del coronavirus, motivo por el cual nos alentó la idea de trabajar sobre el distanciamiento social, nos pareció ambicioso, le empezamos a poner cabeza y terminamos desarrollando el dispositivo, pensamos y creamos la parte electrónica, con diseño propio y empleamos una empresa nacional para la impresión 3D de las carcasas del dispositivo y también trabajamos con otra empresa local que se encarga del circuitado, las plaquetas y demás”.
“Logramos un producto final que funciona bien, ya pasó la etapa de testeos, y lo estamos comercializando. Ahora el objetivo es incorporarlo en el ambiente laboral, y lo que busca es que uno pueda desarrollar su actividad tranquilo y seguro, ya que si cada uno tiene un dispositivo de estos y no estamos respetando la distancia protocolar de 2 metros, el sistema nos alerta con luz, sonido y vibración”, explicó el experto.
El monitor de distanciamiento social -que no tiene un nombre comercial por el momento- es el único de este tipo en la Argentina. Según precisaron a Infobae, abrirán el diseño de la electrónica, de la carcaza y planos del dispositivo a otras empresas, para que haya más actores en la Argentina que lo puedan fabricar. “Si podemos colaborar para que las industrias vuelvan a la actividad, aportando un elemento que favorece la dinámica laboral, bienvenido sea”, apuntó Badino, quien detalló que ya están comercializando el producto a PyMES e industrias.
La metodología es la siguiente: el dispositivo está pensado para un ámbito laboral: PyMES, fábricas, empresas, pero también para shoppings, supermercado, espacios cerrados en definitiva. Se le entrega a todos aquellos que entran el monitor, y así cuando el sistema detecta que se rompe la distancia de 2 metros entre dos personas o más alerta al usuario a través de luces, sonido y vibración. “El monitor es perfecto por ejemplo para un supermercado, y posibilitaría que más personas ingresen al local, ya que en ningún momento se vería comprometida la proximidad; por lo cual se podría usar también en colegios, universidades, en estaciones de servicio, comercios barriales, etc.”.
Andrés Badino es muy optimista, y cree que el desarrollo puede ayudar a que se reactive con mayor rapidez la economía, lo que se traduciría en fuentes de trabajo para muchas personas. “El monitor es un dispositivo que permite que nos movamos con un poco más de confianza y tranquilidad, cosa que necesitamos, para desenvolvernos en la nueva normalidad”.
El equipo de UTORAK adelantó a Infobae: “Obtuvimos una buena respuesta de los usuarios, inclusive uno de nuestros clientes nos ‘elevó la vara’, ya que nos pidió una actualización para el monitor basado en la trazabilidad, para que permita guardar un registro de las veces que los trabajadores estuvieron a menos de dos metros entre sí, en qué lugar, momento y circunstancia, lo que haría mucho más fácil detectar contactos cercanos ante un caso COVID-19 positivo”. La firma se encuentra ultimando los detalles de esta nueva función. La empresa piensa extender el negocio a más PyMES.
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