Detrás de los mejores platos siempre hay una historia que vale la pena conocer y ese es el objetivo de Street Food, la docuserie gastronómica de Netflix dedicada a la cocina callejera que arrancó su segunda temporada dedicada a Latinoamérica. El programa recorre las principales ciudades de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Perú y México y, en cada uno de ellas, descubre personajes entrañables que a través de sus platos hablan de su cultura y su pasión por la cocina.
“Una de las cosas que más me llamó la atención de Buenos Aires fue la pasión, lo intensa que es la gente,” cuenta Tamara Rosenfeld, directora de tres de los capítulos de la serie, “es algo que hay que experimentar en persona, la pasión por el fútbol, por la comida, en especial la carne, por la política, todos son muy apasionados”, recuerda desde su casa en Estados Unidos donde la pandemia también golpea fuerte a la industria gastronómica, “algo que tienen en común todas las personas que entrevistamos para los programas es el orgullo por su cultura y su gastronomía. Si bien los platos, los sabores y las costumbres son muy distintas en cada país que visitamos todos tienen en común la celebración de la cocina y la cultura de su ciudad”, destaca Rosenfeld.
Si bien América Latina y Asia, donde se grabó la primera temporada del programa, tienen una gran tradición de comida callejera, no es algo muy característico de la gastronomía porteña. En Lima, en La Paz, en el DF o en Cali, la comida que se consume en las calles es una parte fundamental de la cultura del país, pero Buenos Aires fue perdiendo con el correr de las décadas esos espacios que más la identificaban. Ese fue uno de los mayores desafíos que enfrentó la periodista inglesa radicada en Argentina Sorrel Moseley-Williams cuando tuvo que encontrar aquellos lugares que más representan la capital.
“La productora me encargó investigar y ubicar entre 10 y 12 personajes que tuvieran puestos de comida callejera. Como se iba a filmar en Buenos Aires, buscamos que tuviera una esencia muy porteña. Me contacté con muchos gastronómicos, cocineros y surgió un debate muy grande sobre si en Buenos Aires hay o no street food como en otras partes del mundo”, cuenta. “Junté información, entrevisté 12 posibles candidatos y escuché sus historias ya que esa era la clave: aquello que los diferencia, los que hay detrás de cada uno de ellos”.
De esas historias quedaron cuatro. Una de ellas tiene a Patricia Rodríguez y a Romina Moore como protagonistas, uno de los secretos mejor guardados del Mercado Central. Ellas trabajan allí hace muchos años, más específicamente en la Nave 3 donde tienen un puesto de comida por el que todos los días pasan cientos de comensales, desde los chefs más reconocidos hasta repartidores y revendedores de frutas y verduras. Su plato estrella es una tortilla de papa rellena de queso que si bien no es un plato con ADN argentino, es uno de los más consumidos del país.
El chef Leo Lanussol, cuyo restaurante Proper está entre los mejores del país, fue uno de los cocineros que colaboró con la búsqueda. “El otro día pensaba qué loco, hablar de street food en Argentina y mostrar una tortilla de papas. Muchos confunden Argentina con Buenos Aires y por ahí en el norte, en Salta, te comés un tamal hecho por una señora que lo vende en la calle y eso es mucho más street food que lo que tenemos acá en la capital o en el conurbano. Pero, por otra parte, aunque parezca raro que la tortilla sea un ejemplo de comida callejera con la pandemia fue una de las cosas que más se veía en Instagram que la gente preparaba en sus casas. Es algo muy natural, muy nuestro, que viene a través de nuestros antepasados europeos por eso no me pareció descabellado, creo que va a estar buenísimo”, asegura.
Lanussol es uno de los habitués de la barra de “las chicas de la Nave 3” del Mercado Central, parada obligada cuando termina el periplo de compras. “Con Romi habíamos visto Street Food Asia y nos fascinó. Nunca imaginamos que nos iba a tocar a nosotras, ¡Las chicas de la 3, las del Mercado Central vamos a representar a nuestro país. ¡Tremendo! Lo que más nos gusta es que nos dio otra razón para seguir insistiendo con este mensaje: hacer las cosas con pasión, con compromiso, con lo mucho o poco que tengas, ser vos mismo puede llevarte a donde quieras”, sostiene “Pato”, como la conocen todos.
Pero no podían faltar dos de los platos más emblemáticos de la Argentina, inventos 100% locales como la fugazzeta y el choripán. Para hablar de la clásica reversión porteña de la pizza italiana fueron a La Mezzetta donde estuvieron con Francisco Ibañez que lleva trabajando en la pizzería desde el verano del ’63. Hoy, con 72 años asegura que cuando deje de trabajar allí, será porque se fue “allá arriba”, dice señalando el cielo. Si bien esta pizza nació en La Boca, la fugazzeta rellena al molde de La Mezzetta es legendaria y merecía tener su historia en el programa.
Para Dan Marcus, productor del programa, la pizza fue, junto con la tortilla del Mercado Central, su plato preferido del viaje. También lo sorprendió la Feria de Mataderos donde pudieron tener una muestra de la gastronomía y las costumbres del resto del país. Allí entrevistaron a Fabián Peralta, uno de los representantes de la feria que tiene un puesto de choripanes pero también otro de empanadas.
Pero no se puede hablar de choripán sin hablar de fútbol así que además de comer los “choris” del puesto que Rubén Batalla tiene pegadito a la cancha de Racing, el equipo completo del documental pudo vivir la experiencia de ver un partido de fútbol. “Una de las experiencias más increíbles que tuve en mi vida fue ir a grabar el partido en la cancha de Racing, nunca viví esa pasión que genera en los fans, no pasa con ningún deporte en Estados Unidos”, asegura Dan Marcus, quien, cuando tiene que recordar su paso por la ciudad, también destaca a los argentinos: “La gente fue para mí lo mejor de Buenos Aires, pocas veces me encontré con una comunidad tan cálida, divertida y amorosa, tan orgullosa de su ciudad y de su país, los porteños tendrán siempre un lugar especial en mi corazón”.
El partido también fue el momento favorito de la directora Tamara Rosenfeld: “Siempre me gustó el fútbol, lo jugaba cuando era chica pero nunca en mi vida sentí esa energía en un estadio, fue electrizante, cuando filmamos la popular las paredes vibraban, las canciones eran tan pegadizas que me daban ganas de cantar con ellos, la comunión de los hinchas y la pasión por el juego es un raro tesoro que solo encontré en Buenos Aires y es algo que todos deberían experimentar”.
Fútbol, asado, pizza. Las pasiones argentinas son contagiosas y harán que quien viste el país por primera vez, pueda conocer una Buenos Aires que aunque a veces sea la ciudad de la furia, también tiene su costado tierno y solidario que se expresa en los peores momentos.
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