En su octava edición, el festival de arquitectura y urbanismo Open House Buenos Aires “abre las puertas” de 16 ejemplos de la arquitectura de la ciudad. Este año con una particularidad especial: los recorridos serán virtuales. Los participantes podrán conocer la historia de cada espacio, contada por diferentes anfitriones, y recorrer cada rincón como si lo estuvieran visitando. Desde sus pantallas van a poder descubrir, conocer y reflexionar sobre diferentes temáticas que rodean a la ciudad y su patrimonio contemporáneo e histórico.
El evento de entrada gratuita se desarrollará el fin de semana del 18 y 19 de julio a partir de las 11 hs, por primera vez ninguno de los espacios requiere inscripción previa y se podrá acceder a las visitas guiadas a través de la pagina web o desde su canal en YouTube.
Las 16 obras que se transmitirán en vivo serán contadas por quienes las habitan y sus autores. Durante todo el fin de semana se abordarán diferentes temáticas de ciudad, arquitectura y habitar. También se podrán ver desde las pantallas, accediendo desde nuestra página web, distintos recorridos virtuales realizados por los anfitriones de los edificios que forman parte del catálogo de Open House Buenos Aires.
“Desde Cohabitar Urbano seleccionamos diferentes ejemplos para poder ahondar en las siguientes temáticas: cómo los usuarios viven y se apropian los espacios que habitan, cómo abordar el diseño de la casa propia, el vínculo entre el espacio exterior y de expansión en la arquitectura urbana, la vivienda unifamiliar o colectiva, también el patrimonio heredado y la optimización de recursos, entre muchos otros”, explicaron los organizadores.
El festival que se realiza en las ciudades más importantes del mundo (New York, Londres, Oslo, Milan, Zurich, Dublin, Lisboa y Tel Aviv) brinda la posibilidad de conocer por dentro espacios emblemáticos de Buenos Aires como teatros, bancos, palacios, casas privadas, departamentos diseñados por grandes arquitectos, entre muchos otros. De esa manera, construyen a través de la voluntad y el trabajo, un conocimiento colectivo y compartido que busca desarrollar herramientas que permitan agudizar la mirada sobre nuestra ciudad.
Y este año no será la excepción. “Cuando arrancó todo esto nos pusimos en contacto con el resto de las ciudades que realizaban el festival en el mundo. Sabíamos que a diferencia de nosotros, algunas de ellas lo tenían programado para el primer semestre y estuvimos atentos a su accionar. Ahí fue que observamos que muchos optaban por pasar del formato presencial al virtual. Hoy, compensamos el trabajo que llevaba la organización de la versión original de Open House Buenos Aires con los miedos que nos genera pasarnos a este nuevo formato”, sostuvo en diálogo con este medio el arquitecto Santiago Chibán, uno de los organizadores de Open House.
La organización del festival porteño pre-pandemia, que originalmente se lleva a cabo en los meses de octubre o noviembre, se pone en marcha en esta época del año. “Más o menos en esta época del año -aseguró Chibán- empezamos con la convocatoria de voluntarios y sabíamos que eso era imposible. Decidimos adelantar el evento porque apostamos a que, como ahora la gente está en sus casas y no puede salir, que el festival se llevara a cabo de manera virtual era un entretenimiento para ellos y por otro lado, significaba para nosotros una mayor audiencia que participara”.
Sobre la selección de los 16 espacios, el arquitecto explicó: “Al hacerlo en cuarentena, íbamos a estar limitados a que los edificios estén habitados y abiertos. Casi todos los espcios que participan son viviendas habitadas. Redujimos el número de espacios, a diferencia de ediciones anteriores, por un lado porque lo vimos más fácil desde la logística, pero también porque nos interesaba mostrar en este momento tan especial viviendas. En el mundo de la arquitectura se está hablando mucho de la idea de repensar los espacios. Hoy en día, hacemos todo en nuestras casas y es en ese sentido, un buen momento para mostrar cómo la vivienda se puede adaptar a los distintos usos”.
Y agregó: “No sé cómo va a cambiar la manera que tienen las personas de pensar sobre su vivienda después de la pandemia. Tal vez sea apresurado tomar una postura ahora sin saber cómo va a evolucionar todo. Pero muchos arquitectos reforzamos muchos conceptos que ya sabíamos. Por ejemplo, el de la necesidad de espacios exteriores como medios de expansión, más en una ciudad como Buenos Aires, muy densa comparada con otras grandes ciudades en el mundo. Por otro lado, la idea de una arquitectura flexible o adaptable. La arquitectura tiene que poder adaptarse a nuevas actividades. No sabemos si el día de mañana vendrá otra pandemia o qué sucederá pero sabemos que la arquitectura tiene que tener las condiciones de adaptarse a lo que venga”.
La mayoría de las personas residimos en viviendas pensadas para un modelo de convivencia tradicional donde su distribución impide compatibilizar los espacios de trabajo y vivienda o generar estancias que faciliten la independencia de sus habitantes. Una vivienda flexible se adapta fácilmente a los cambios que se producen en el transcurso del tiempo. “No es fácil hacerlo, hay mucho pensado y escrito sobre la arquitectura flexible. Tal vez deberíamos pensar espacios con divisiones móviles o flexibles y no tan rígidas en donde ciertos materiales puedan llegar a cambiar. O cambiar la forma en la que se piensa la estructura, para que se establezca sobre diferentes configuraciones espaciales. Estas cosas y muchas más, nos llevan a pensar en una arquitectura útil para los usuarios”, indicó el experto.
El cronograma completo del festival
Listado de edificios con videos pregrabados
Edificio Conesa. Casa Uma. Quintana 4598. Olaguer 3179. Casa HO AGN. Edificio Presidente Raúl Ricardo Alfonsín. Auditoría General de la Nación. Line Park Office. El Camarín. Museo Roca. Casa Bolívar. Cooperativa La Fábrica. Museo Xul Solar. Museo de Arte Decorativo. Residencia Errázuriz Alvear. Navarro 4987. Galería y Mirador ‘Güemes’. Aráoz 967. Figueroa Alcorta 7174. Casa 3 X 3. Usina del Arte. Museo Evita. Depto de Julieta y Germán. Edificio Charlone 960.
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