Científicos del mundo están a la búsqueda de las estrategias más efectivas para el momento posterior a los aislamientos masivos o “cuarentenas”. Se sabe que el repunte de nuevos casos de COVID-19 puede ocurrir después del confinamiento. Con esa preocupación y por el interés de bajar los tiempos y los costos de mantener la vigilancia sobre el coronavirus, investigadores científicos de diferentes países, incluida la Argentina, ya están empleando los testeos agrupados en proyectos piloto. Serían una herramienta para detectar al coronavirus en personas que no tienen síntomas y están en más riesgo de contraer la infección.
Los testeos agrupados (también son llamados “testeo en pools”) consisten en realizar pruebas por el método PCR con varias muestras de personas asintomáticas de manera simultánea. Los están evaluando como una herramienta de vigilancia epidemiológica para el después de las cuarentenas en espacios de concentración de muchas personas como hospitales, geriátricos, escuelas y lugares de trabajo y mientras no se cuente con una vacuna ni un tratamiento específico que sean seguros y efectivos.
Uno de los primeros usos de los testeos agrupados para COVID-19 fue realizado por el grupo de Sandra Ciesek, directora del Instituto de Virología Médica del Hospital Universitario de Frankfurt de Alemania en marzo pasado. Junto con la Cruz Roja de Alemania, el equipo de Ciesek desarrolló un protocolo de testeos agrupados para aumentar la cantidad de testeos diarios en su país y fortalecer la estrategia de tamizaje temprano.
En un trabajo aún en fase de prepublicación, se informó que analizaron las muestras de 50 pacientes con síntomas en grupos de cinco para cada testeo. También lo hicieron con grupos de 10 muestras por testeos a partir de los hisopados de 100 residentes de geriátricos que eran asintomáticos. Al comparar los resultados, expresaron que su protocolo puede hacer más eficientes a los testeos especialmente cuando se quiere analizar a grupos relevantes de manera sistemática.
La estrategia de los testeos agrupados también fue utilizada en mayo pasado en la ciudad que fue origen de la pandemia, Wuhan, en China. Permitió testear a 6,5 millones de residentes en sólo dos semanas. También ayudó que se reclutaron miles de trabajadores de la salud y se apoyó financieramente a la campaña. Los testeos agrupados se emplean en Israel y días atrás la autoridad sanitaria de los Estados Unidos (la FDA) anunció que considerará la evaluación de los testeos agrupados para su validación. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, reveló días atrás que las autoridades sanitarias están estudiando la posibilidad de hacer testeos grupales.
“Los testeos agrupados con fines epidemiológicos se usan desde hace casi un siglo”, contó a Infobae el doctor Marcelo Rodríguez Fermepin, profesor de microbiología clínica de la Facultad de Farmacia y Bioquímica y a cargo del Laboratorio de Inmunología y Virología Clínica del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires. Se usaron en medicina veterinaria y más adelante en los bancos de sangre con fines epidemiológicos.
“Permiten disminuir costos. Sin embargo, es importante analizar muy bien la cantidad de muestras a agrupar. Se hacen con fines epidemiológicos. No deberían utilizarse con fines de diagnósticos”, afirmó. Fermepin es parte de una colaboración público-privada que desde abril pasado fue puesta en marcha por un convenio entre la Fundación Mundo Sano, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Asociación para el Desarrollo Sanitario Regional (ADeSaR). Iniciaron una experiencia piloto con testeos agrupados en el partido de San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires.
A través de esa experiencia, se realiza el agrupamiento de muestras de personas asintomáticas. ¿Cómo se hace? Se agrupan 4 muestras de personas asintomáticas en un solo testeo y se analiza por el método de PCR en laboratorio del Hospital de Clínicas de la UBA. Si las 4 muestras juntas dan negativo, significa que ninguna de las cuatro personas tiene el nuevo coronavirus. Si da positivo, se le hace un nuevo hisopado en las cuatro personas para ver quién o quiénes están infectados. “A través de testeos agrupados, se puede hacer una vigilancia intensiva de la pandemia: se detecta el virus antes de que las personas en mayor riesgo tengan los síntomas”, expresó Fabio Crudo, médico infectólogo de la Fundación Mundo Sano.
Los testeos agrupados se están realizando en diferentes grupos de personas asintomáticas con la experiencia público-privada. Una vez por semana, se toman hisopados en el personal del hospital de San Antonio de Areco que atienden pacientes y que tienen también otros trabajos por afuera de la institución. Una vez cada 15 días, se hacen los testeos en el personal que solo trabaja en ese hospital. También los testeos agrupados se realizan semanalmente en el personal que trabaja en tres geriátricos privados, y en el hogar municipal para personas mayores. A los pacientes del hospital municipal que necesitan una cirugía se les hace un testeo 48 horas antes de la operación. A partir del 8 de junio, empezaron a realizar testeos semanales en personas asintomáticas que llegan a la ciudad para distribuir frutas y verduras desde el Conurbano. Ya se están haciendo hisopados a más de 200 personas asintomáticas en San Antonio de Areco por semana con la herramienta de testeos agrupados.
“Al detectarse el coronavirus en asintomáticos, la persona pasa a ser monitoreada a distancia por un médico. Si requiere internación, se lo deriva al hospital del municipio”, agregó. Además, la herramienta de los testeos agrupados se complementa con la estrategia de rastrear de manera sistemática y testear a los contactos de los casos confirmados de COVID-19. Desde marzo y hasta el 26 de junio, en San Antonio de Areco, se han notificado 26 personas con el coronavirus en total. Dentro de ese total, 18 casos no tenían síntomas y eran contactos de casos confirmados. Otros cinco del total eran asintomáticos y se detectaron a través de los testeos agrupados, según informó el doctor Crudo.
“Nuestra experiencia demuestra que los testeos agrupados pueden cuadriplicar la capacidad de hacer tamizaje y disminuyen un cuarto el costo y el tiempo del trabajo laboratorial. Los testeos agrupados pueden ser claves porque muchos laboratorios hoy están desbordados. También esta herramienta se complementa con la búsqueda sistemática y el testeo de los contactos de las personas confirmadas y todo posibilita cortar con los contagios”, afirmó el doctor Crudo. Ya se realizaron 1.500 hisopados en el municipio.
Otra experiencia interdisciplinaria de vigilancia con testeos agrupados la llevan adelante investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de La Plata. El Ministerio de Salud bonaerense les aporta kits para hacer esos testeos y ya llevan más de 830 muestras en personas que no tenían síntomas, en un área con circulación comunitaria del coronavirus como el Conurbano. Desde mayo hasta junio, en el Conurbano y con testeos agrupados se han detectado 26 personas con el coronavirus que no tenían síntomas.
“Trabajamos en conjunto con la UNLP donde se prueba un método en escala piloto con muestras de personas asintomáticas para la vigilancia activa de COVID-19 en instituciones semicerradas, como residencias de personas mayores, instituciones de salud mental, y edificios gubernamentales”, contó a Infobae Roberto Etchenique, investigador del Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (INQUIMAE), que depende del Conicet y la UBA. El grupo de Etchenique cuenta con apoyo de subsidio del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.
“Esta estrategia de vigilancia con 10 muestras por cada testeo está funcionando bien para población asintomática, presintomática y con pocos síntomas. Consideramos que sería factible ampliar su uso para rastreo estratégico de personas que han estado cerca de contactos estrechos de casos confirmados, para los transportistas con llegada masiva a las localidades, el personal de la salud, a más instituciones semicerradas, el personal de industrias y comercios abiertos, y personas que han sido repatriadas”, comentó a Infobae la doctora Daniela Hozbor, directora de grupo en el Laboratorio VacSal, que depende del Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y el Conicet. Ya se hacen testeos agrupados en 36 geriátricos del Conurbano para vigilancia epidemiológica cada 15 días. Esa herramienta ha permitido detectar 4 casos de personas con el coronavirus que no tenían síntomas, según informaron fuentes del Ministerio bonaerense a Infobae.
Otra pregunta que generó el empleo de los testeos agrupados es cuál es el número ideal de muestras que debían incluirse en cada prueba. Para saberlo, un grupo de físicos y matemáticos se puso a responderla. El equipo está integrado por Silvina Ponce Dawson, Pablo Ferrari e Inés Armendáriz, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, y por Daniel Fraiman de la Universidad de San Andrés. “Analizamos el número ideal de muestras en función de la prevalencia de infectados sobre la población a testear. Y lo hicimos en el marco de un tipo de métodos de agrupamiento llamados adaptativos: los agrupamientos que armas en una etapa dependen de los resultados que obtuviste en la etapa anterior. Los testeos agrupados pueden servir solo si la prevalencia de personas infectadas sobre el universo de personas a testear no supera el 30%”, explicó. “Algo interesante que encontramos es que, en la mayoría de los casos, el número ideal de muestras en los grupos de la primera etapa es una potencia de 3. Por ejemplo, si la prevalencia de infectados es del 10% de la población, nuestro estudio señala que hay que empezar con agrupamientos de 9 muestras y si es del 2% con 27”.
Los investigadores ya sometieron el trabajo a revisión y está disponible como pre-publicación. “Si se decide hacer un seguimiento regular de grupos específicos, hacer testeos agrupados podría ser conveniente. Antes de hacerlo, estaría bueno validar su aplicación. Pero es una opción que me parece buena por la velocidad con que da respuestas y por el enorme ahorro que puede significar en el uso de reactivos”, comentó a Infobae la doctora Ponce Dawson, que es presidenta electa de la Unión Internacional de Física Pura y Aplicada e investigadora del Conicet.
¿Los testeos agrupados permitirían entonces vigilar a rajatabla al coronavirus en la fase de nueva normalidad en la Argentina? De acuerdo con el doctor Marcelo Fermepin, “después de la cuarentena masiva, los testeos agrupados podrían ser una herramienta de vigilancia epidemiológica, para detectar personas con infección activa y muy pocos o ningún síntoma. Pueden tener utilidad sobre grupos específicos, por ejemplo el personal de actividades esenciales de cualquier tipo y contactos estrechos o no tan estrechos de casos confirmados”. Por supuesto, la gente deberá seguir con los hábitos saludables del lavado frecuente de manos, distanciamiento físico de otras personas en lugares públicos, toser en el pliegue del codo, y el uso del tapaboca, entre otros.
En tanto, el doctor Etchenique también apoyó el uso de los testeos agrupados para el momento después de la cuarentena. “En la práctica, implican menor tiempo de test por individuo y menor costo. Son ventajas que se precisan para poder reemplazar de a poco las cuarentenas generales”, resaltó. Un test por individuo cuesta entre 20 y 40 dólares, y una hora de trabajo de personal especializado. Si se realizan testeos de 10 muestras, es 10 veces más barato en situaciones de baja prevalencia. Si hay alta prevalencia del coronavirus, el testeo agrupado empieza a no tener sentido: no es para casos sintomáticos, sino para vigilancia activa temprana”.
SEGUÍ LEYENDO: