Nada se sabe aún sobre qué pasará con las semanas de la moda. Por el momento fueron ya suspendidas la semana de alta costura en París y también la semana de la moda masculina, pero aún sigue en calendario la oficial de septiembre. Sin embargo, la industria fashionista se sigue reinventando, y ahora las producciones de foto son mediante videollamadas.
Valentina Wende es una modelo argentina que estuvo viviendo en la capital de moda de Italia. Pero tras ser Milán el epicentro del coronavirus, decidió quedarse ahí y no volver a Buenos Aires con su familia que la había ido a visitar en el mes de febrero. Hoy, tras varios meses de incertidumbre, regresó a su amada Argentina. “El viaje fue eterno porque hay muy pocos vuelos dentro de la Unión Europea y el vuelo salía desde Madrid. Todo en el aeropuerto está cerrado, y tenés que sí o sí salir a la ciudad para comprar algo para comer”.
- ¿Cómo se vivió en Milán el coronavirus?
- No diría que la pasé mal. Hubo días que sí me angustié mucho, que tuve miedo, pero pienso en las personas que quedaron varadas en los aeropuertos, y pasaron semanas y semanas ahí, yo por suerte estuve en mi casa acompañada por mi novio. Desde el momento en el que cerraron las fronteras tuve claro que no iba a luchar por volverme a Buenos Aires porque sabía que si iban a poner vuelos de repatriación iban a ser solamente para personas con prioridad y yo no clasificaba. Me mentalicé y me quedé. Hoy la gente está mucho más relajada.
- ¿Cómo fue tu experiencia?
- Aprendí muchas cosas, me acuerdo un día que fue muy duro para mí. Estaba en la fila del supermercado y vi una caravana de autos fúnebres. Ese día me cayó la ficha de lo que estaba pasando, y desde aquel entonces tomé la decisión de ver cierta información, dejar de contar la cantidad de muertos y crearme mi mundo para no sufrirlo tanto, porque en los hospitales ya no había más lugar y era una situación muy angustiante. Por suerte ahora que se está acabando, puedo decir que podía haber sido peor. De esto uno sale fortalecido, aprendés a estar con vos mismo.
- ¿Cuál es tu opinión sobre las sesiones de fotografía virtuales por videollamada que están tan de moda? ¿Pensás que será el futuro?
- Hice fotos estando en cuarentena pero a la vez es muy complicado porque yo até el celular a un palo de escoba, me maquillé y me peiné yo y me tenía que ir acomodando porque la foto no se saca desde la selfie, sino que al revés y no me podía ver y tenía que ir siguiendo las indicaciones del fotógrafo. Fue muy divertido y las fotos quedaron espectaculares. Ni ahí te imaginas que el fotógrafo no estuvo presente sacándotelas, pero ahora que ya retomé el trabajo, te das cuenta de que lo más lindo que tiene es cruzarte con gente y la sensación de confianza que te da el fotógrafo, que te entusiasma a sacarte más fotos, y de un momento al otro tenerlo a la distancia, y hacerlo virtual, no sentís la misma conexión si lo hacés en persona. Es divertida la experiencia pero cuando volví a trabajar en la realidad, prefiero toda la vida hacer fotos presenciales.
- ¿Cómo fue volver a trabajar en una producción de moda luego de dos meses en cuarentena?
- Después de dos meses Italia finalizó la cuarentena y volví a trabajar en moda para una marca super conocida. Fue todo muy distinto, una experiencia que nunca me hubiera imaginado, era casi como estar en el futuro. Me tuve que maquillar y peinar yo, había una persona de salud e higiene que controlaban todo a cada segundo y tomaban la temperatura. Cuando alguien se acercaba mucho a mi le decía que tomara distancia. Después cuando terminaba cada foto tenía que ponerme el barbijo, ir a ponerme el cambio siguiente y así con cada cambio de ropa. La estilista prácticamente no me podía ni tocar ni acomodar nada. La producción fue extraña porque generalmente en los trabajos de moda están siempre encima: el fotógrafo, la estilista, la maquilladora, el peinador, todos acomodando para la foto y esta vez vos sos tu propia estilista.
-¿Cómo es el protocolo que están haciendo en Milán en las tiendas? ¿Ya tuviste la posibilidad de visitar alguna?
- En algunas tiendas a las que fui desde que abrieron la cuarentena acá en Italia está todo lleno de cintas alrededor de la ropa y vos le tenés que pedir a la vendedora lo que vos querés y ellos te lo muestran, vos no podés tocar nada. En algunas marcas tampoco está disponible el servicio de ir al probador sino que vos tenés que comprar y probártelo en tu casa. Si no te gusta o no te queda el talle, lo devolvés. Ahora prácticamente no toman más la temperatura antes de entrar a los lugares, pero sí te piden que te desinfectes las manos, que si no tenés guantes te los pongas, y el uso del alcohol en gel es obligatorio.
- ¿Conociste algún caso cercano de coronavirus, algún familiar o alguna modelo amiga?
- Sí, mi mamá. Mi familia me vino a visitar acá a fines de febrero y cuando volvieron a Buenos Aires mi mamá estuvo internada cinco días y al quinto día la dejaron ir a la casa porque lo tuvo de manera asintomática y por suerte se recuperó bien. También conocí modelos que lo tuvieron y se recuperaron.
Hoy lo que más extraño es el contacto físico. Es tan inexistente en todo lo que es lo laboral que cuando uno termina de trabajar, siempre abraz a alguien cercano, más nosotros los argentinos o los italianos que somos muy expresivos. De golpe te ves que es un choque de codos o ni siquiera eso, esperemos que termine dentro de poco.
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