Victoria Beckham es un referente incuestionable en el mundo de la moda desde que empezó a confeccionar en 2007. La diseñadora ha ido variando su estilo a lo largo de los años, conllevando un notable cambio en su forma de vestir.
En una entrevista con el diario británico The Guardian, Beckham, quien lanzó su etiqueta homónima en 2008 y comparte cuatro hijos con su esposo David Beckham, dijo que tanto su vida personal como profesional la han llevado de los vestidos al cuerpo a sus siluetas personalizadas.
Según Victoria, era “un signo de inseguridad", que ella siempre escogiese prendas muy ajustadas, muy entalladas. “Llevaba muchos vestidos estructurados con encaje y aun tengo algunos, pero ahora mi estilo es de patrones más relajados. Sé lo que me funciona mejor y con lo que me veo mejor. No creo que tenga que demostrar ya nada a la hora de vestirme”, reconoció la diseñadora.
Aun así, no renuncia a sus gustos del pasado y, aunque en un primer golpe de vista, podría parecer justo lo contrario, en sus colecciones sigue la antigua Victoria. “El color, las siluetas simples. No creo que haya un diseñador que no se haya inspirado en esa época. Para mí, no se trata tanto de la ropa de la calle de la década de los 90, sino de Martin Margiela y Jil Sander. No son solo las colecciones sino también los desfiles, las modelos, la música...”, aseguró.
Si bien ingresó con éxito en el mundo de la alta moda, una hazaña que a menudo intentaron pero rara vez lograron las celebridades convertidas en diseñadores , dijo que considera que su camino de estrella del pop a diseñador de moda respetado es una “evolución” en lugar de una “transformación” durante una entrevista de enero con Harper’s Bazaar. La autoaceptación, explicó, ha sido esencial para llegar a donde está hoy.
La diseñadora no lo tuvo fácil; en 2014, Stefano Gabbana confesó en una entrevista que, para ellos, ella no hacía ropa “como los demás diseñadores”. Pero el cofundador de Dolce and Gabbana no era el único que pensaba así, aunque probablemente uno de los más maliciosos a la hora de exponer sus impresiones.
Y Victoria lo intuía. “Sabía que la gente tenía prejuicios. Estuve en un grupo de pop y me casé con un futbolista, y nadie es más consciente de ello que yo misma. Pero nadie fue cruel. Yo era bastante inocente al principio. Ahora pienso, ‘¡Dios, eso requiere mucha astucia!', pero en el momento no lo veía así”, confesó la diseñadora a la revista Elle en 2017.
La ex estrella del pop recordó que las personas se acostumbraron tanto a su vestuario ajustado y sus tacones altos que algo tan pequeño como usar pantalones y zapatos planos sorprendió a los fanáticos. “Recuerdo una vez en un show en Nueva York donde usaba un par de pantalones y zapatillas de deporte masculinas, y todos se volvieron locos, ‘¡Dios mío, ella está usando zapatillas de deporte!’”, contó Beckham.
Beckham, quien se unió a las Spice Girls alrededor de los 20 años, dijo que fue ganando más confianza con la edad y así comenzó a vestirse para sí misma en lugar de para otros. Y recordó: “A medida que el negocio despegó y estaba más ocupada, mi estilo cambió, porque simplemente no podía correr por el estudio haciendo todo con tacones altos. Hago muchos malabares: ser madre, ser esposa y estar en el estudio todos los días. Cuando creces, te obsesionas con las cosas más tontas, pero cuando envejeces, aprendes a sentirte cómodo con tu propia piel”.
Cuando le consultaron si se creía hermosa, respondió: “No, absolutamente no. Pero saco lo mejor de lo que tengo. Veo mis imperfecciones y defectos y sonrío: es quien soy y no voy a tratar de cambiar eso. Me ha llevado mucho, mucho tiempo reconocer que a los 45 años, en realidad estoy bien. Trabajo duro, me veo bien, tengo cuatro hijos de los que estoy increíblemente orgullosa, un esposo maravilloso y me siento contenta”.
SEGUÍ LEYENDO: