Las maneras de informarnos son diversas y las vías por las que recibimos esa información también. En tiempos de pandemia es vital que toda la sociedad esté informada, y los intérpretes de lenguaje de señas son una parte importante de esta meta.
Las personas sordas experimentan desde siempre las barreras para recibir información. Después de varios reclamos desde la comunidad, finalmente lograron la incorporación de la interpretación en los mensajes presidenciales en el año 2010.
En la Argentina hay cerca de 4 millones de personas con problemas de audición. Y aunque a simple vista parecen no tener discapacidad alguna, las barreras que encuentran a diario las personas sordas son más que las que cualquiera pueda imaginarse. La incorporación más amplia tanto de intérpretes de lengua de señas como así también los subtítulos son una deuda pendiente con la comunidad.
Pero saber lengua de señas es tan complejo como aprender cualquier otro idioma. Para convertirse en intérprete hay que adquirir muchas aptitudes y conocimientos. Detrás de cada uno de los intérpretes están los técnicos asesores lingüísticos. Ellos sí son sordos, y como parte de la comunidad colaboran con las interpretaciones para definir los tecnicismos y lenguaje especializado como el que requiere esta pandemia por COVID-19.
La lengua de señas es el idioma natural de las personas sordas. Por eso es importante que todos los espacios de interacción como escuelas, instituciones públicas o privadas, o espacios culturales cuenten con personas que sepan interpretarla para que todos puedan acceder a estos espacios y poder ejercer sus derechos plenamente.
Consultadas por Infobae por su trabajo a cargo de traducir las palabras del presidente Alberto Fernández, tanto Karina Gaino y Agata Fornasa, presidenta de la ONG Señas en Acción, prefirieron no hablar dada la “delicada situación actual”.
Sabrina González es intérprete de lengua de señas. “Soy CODA -Children of Deaf Adults-; soy oyente pero mis papás son sordos, es por eso que la lengua de señas es mi lengua materna”, cuenta a Infobae. “La fui aprendiendo a través de mis padres que siempre estuvieron en contacto a través de su comunidad sorda, incluso la aprendí antes de hablar español, porque la comunicación con mis papás siempre fue visual y este comenzó a ser un aprendizaje bilingüe”.
González explicó que siendo parte del equipo de Creando Nexos y Caption Group, tuvo la oportunidad de participar en el 2019 del debate presidencial y fue una de las experiencias más importantes para ella como intérprete de lenguaje de señas. “Pude tener la experiencia de compartir la interpretación simultánea del debate en vivo y en directo a través de la TV Pública y streaming, donde hubo un asesor sordo, que eso es muy importante, en igualdad de condiciones, lo cual me emociona”.
Con respecto a la rotación de los diferentes intérpretes en los discursos y conferencias, la experta explicó que generalmente se van rotando cada 20/30 minutos dependiendo del cansancio que vaya sintiendo el intérprete que está activo y también de la complejidad del discurso y la velocidad.
“En la lengua de señas es una concentración muy alta porque se está atento al discurso que se está escuchando y en la cabeza se está haciendo una selección de palabras de contexto que se da en el discurso, ya que se tiene que desarmar para volver armarlo en lengua de señas. Por lo tanto, es muy complejo y eso requiere un desgaste muy grande de energía”.
Por último, para González, desde el punto de vista social, lo más difícil que le pasa a la comunidad sorda es que no se la reconozca como lengua. “No son mímicas, es una lengua que tiene estructura propia. Se ha generado en una minoría comunitaria que tiene su propia cultura y que la usa para comunicarse”, concluyó la intérprete.
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