Una de las medidas más eficientes para evitar el contagio del nuevo coronavirus COVID-19 es el distanciamiento social. Al ser un virus respiratorio, el SARS-CoV-2 se contagia principalmente por vía aérea, ingresando al organismo a través de las mucosas que tenemos en la boca, nariz y ojos.
Es por esto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un mínimo de un metro y medio de separación entre persona y persona, mientras que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) dicen que hay que respetar al menos dos metros de distancia para prevenir el contagio con las gotitas y evitar la infección que se produce por vía respiratoria.
Pero eso no es lo que se observó ayer, cuando el presidente Alberto Fernández dio una conferencia de prensa en Formosa junto al gobernador Gildo Insfrán en la que se los vio sentados a menos de un metro de distancia, abrazados y sin barbijo. Las imágenes dispararon los comentarios y algunas críticas en las redes sociales.
El distanciamiento social es la práctica para reducir el contacto cercano entre las personas para frenar la propagación de infecciones o enfermedades. Las medidas de distanciamiento social incluyen limitar la reunión de grandes grupos de personas, cerrar espacios de contagio y cancelar eventos. Este es uno de los complementos del lavado de manos frecuente, el aislamiento en cuarentena en las casas y el uso del alcohol en gel que ayudan a aplanar la curva de contagios del COVID-19, que es lo que se propone nuestro país.
Al momento de la llegada al aeropuerto de Formosa, Alberto Fernández, la primera dama, Fabiola Yáñez, y una gran comitiva oficial llevaban puestos sus barbijos o tapabocas. Y los saludos eran mediante el contacto de los codos y había un cumplimiento del distanciamiento social.
En cambio, cuando el Presidente terminó de hablar en el acto oficial, se estrechó en un abrazo, sin barbijo, con el mandatario provincial, que ostenta orgulloso el dato de no tener ningún caso de COVID-19 en Formosa.
Tras el abrazo, ambos mandatarios se sentaron a menos de un metro de distancia, sin respetar la separación sugerida de entre 1,5 y 2 metros.
“Puede ser que el Presidente no se haya puesto tapaboca o barbijo porque en Formosa no hay casos, pero la recomendación en mi opinión es que en algún momento puede aparecer alguno y ser el primero, y como no tenemos certeza de cómo y cuándo puede aparecer, tenemos que cuidar al Presidente y recomendarle que use barbijo o tapaboca y que no dé abrazos, esté donde esté, en cualquier parte de la Argentina, sobre todo si va a hacer una visita y vuelve; para qué exponerse”, opinó la infectóloga Isabel Casetti en diálogo con Infobae.
Para la especialista es fundamental resguardar la salud del Presidente. Por ello resalta: “Tenemos que cuidar a nuestro Presidente, lo necesitamos sano, y no enfermo, y queremos todos cuidarlo, por lo tanto, tiene que usar barbijo y no puede dar abrazos. Lo repito, tiene que usar barbijo o tapaboca, como él quiera, y no puede dar abrazos”.
Según el médico infectólogo Tomás Orduna (MN 61528), “el distanciamiento es vital para ayudar a la contención y es una obligación cívica que habla de solidaridad y de pensar en el principal objetivo, que es evitar la muerte de las personas mayores y demás grupos de riesgo. El distanciamiento significa volverse un poco más ermitaño y que todas las actividades se desarrollen preferentemente dentro de las casas, y cuando se sale a lugares donde hay muchas personas, mantener el mínimo contacto con ellas”.
Un modelo matemático desarrollado por investigadores del Imperial College de Londres determinó que si no se tomaran medidas de distanciamiento social, la enfermedad podría matar hasta 40 millones de personas en todo el mundo, pero esto podría reducirse a la mitad si las personas reducen sus reuniones sociales en un 40% y los ancianos reducen sus interacciones en 60%.
En este mismo estudio, los investigadores, calcularon que si un distanciamiento social aún más intensivo y a gran escala se implementara de manera temprana y sostenida, al reducir el 75% de las tasas de contacto interpersonal, podría salvar 38,7 millones de vidas.
Ángela Gentile, jefa de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, destacó que más allá del lavado de manos y el uso del barbijo, es clave para no contagiarse del virus SARS-CoV-2 el distanciamiento social, ya que la mayor cifra de contagios se da por vía respiratoria. “Si no tenemos responsabilidad como comunidad, no va a haber logros en una posible flexibilización de varias actividades anuladas por el aislamiento”, aseguró.
Por último, el médico infectólogo Lautaro de Vedia opinó: “Si cada uno de nosotros toma conciencia y lleva adelante las medidas de prevención, desde distanciamiento social y el lavado de manos hasta el uso de tapabocas, creo que vamos a continuar bien”.
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