Además de traer un bloqueo sin precedentes, el brote de coronavirus también ha impuesto muchos cambios en el estilo de vida de las personas. Desde la ausencia de maquillaje, un corte de pelo decente y hasta de un elemento tan básico como el corpiño, la vida en cuarentena ha hecho muchos hombres y mujeres se deleiten con la renuncia a ciertos estándares preestablecidos.
A la luz de las clases en línea y la cultura del trabajo desde el hogar, la apariencia de “recién salido de la cama” se ha convertido en la norma. ¿Por qué? Porque nadie está mirando. El bloqueo ha expuesto duramente la cruda realidad de nuestros estándares de belleza. Un estándar, por connotación, es uno que está definido por otros y cómo te ven. Esta cuarentena sin precedentes ahora ha eliminado convenientemente el aspecto del ‘otro’, obligándonos a tomar decisiones sobre nosotros mismos y nuestras creencias.
Si bien hay personas que se visten y arreglan para sí mismas, la mayoría lo hace porque se cree en una sociedad que espera que lo hagan. Sin tener lugares a los que asistir o personas con las cuales reunirse, el escenario cambia. Sin embargo, existen algunas personas que todavía encuentran tranquilidad en el ritual y la rutina.
“Es interesante preguntarnos para quién nos arreglamos. Si nadie nos ve, o si la persona que nos interesa no nos ve, ¿deja de tener sentido hacerlo? Sin embargo, a pesar de estar en cuarentena, hay una instancia interna en donde el ‘Yo’ se auto-observa y por eso en muchos casos se sigue cuidando y embelleciendo”, advirtió en diálogo con este medio la psicoanalista Fiorella Litvinoff.
Aún así, aquellos que se han apegado a sus rutinas de maquillaje, aseado, cuidado de la piel y el cabello antes de la pandemia no necesariamente actúan por vanidad. Puede que solo estén tratando de sentirse cuerdos. Según el doctor Stewart Shankman, jefe de psicología del Hospital Northwestern Memorial en Chicago, Illinois, establecer y mantener rutinas que mejoren el estado de ánimo puede ser beneficioso.
“Esta pandemia de COVID-19 es un momento de incertidumbre e incontrolabilidad sin precedentes. Entonces, para muchas personas arreglarse o maquillarse brinda una sensación de control dado que lo que está sucediendo afuera es incontrolable”, explica. “Lo que las personas hacen cuando se maquillan o se visten es hacer algo para mejorar su estado de ánimo, y sabemos por estudios de investigación e intervenciones que cuando las personas pueden controlar su estado de ánimo, esto ayuda a su sensación de bienestar".
"El semblante refleja muchas veces el estado subjetivo de la persona. Por eso si notamos un descuido en la imagen, esto pueda ser un indicador del estado de ánimo y afectivo actual”, aseguró Litvinoff.
Es difícil desenredar la forma en que nos vemos con y sin maquillaje de la larga expectativa de la sociedad de que las mujeres se vean “presentables”. Un estudio de 2011 encargado por Procter & Gamble (que en ese momento poseía marcas de belleza como Max Factor y CoverGirl) pero escrito por psicólogos clínicos de Harvard, la Universidad de Boston y el Instituto del Cáncer Dana Farber, pidió a los participantes que evaluaran a 25 mujeres en varios estados: natural, profesional y glamoroso.
Cuando las mujeres usaban el aspecto de maquillaje profesional o glamoroso, se las percibía como más competentes. Pero un estudio de 2017 descubrió que las estudiantes universitarias que aplicaron maquillaje antes de tomar un examen simulado en realidad lo hicieron mejor que las que no lo hicieron. “El maquillaje definitivamente puede aumentar la confianza y el estado de ánimo”, dice Rocco Palumbo, profesor asistente de psicología en la Universidad G. d’Annunzio en Chieti, Italia, quien fue el investigador principal. “Nuestra investigación muestra que los participantes pudieron mejorar su confianza y, por lo tanto, mejorar su rendimiento”. Agrega la advertencia de que el maquillaje es solo uno de los muchos factores que pueden mejorar la autoestima y que las personas que generalmente no usan maquillaje pueden no ver los mismos resultados.
Para Patricia Doria, diseñadora de indumentaria y directora del área de Moda de la Universidad de Palermo, las personas en cuarentena se preocupan más por cuidar el cuerpo, “un trabajo que generalmente hacemos por la existencia de un ‘otro’ que nos mira y nos reconoce”. “Hoy ese ‘otro’ no existe. No creo que el lenguaje, tanto del cuerpo como de la indumentaria, se pierda sino que que se empieza a reconstruir desde otro lugar. La expectativa está puesta en cuando todo esto se termine. La gente suele decir: ‘Cuando termine la cuarentena me pongo todo’. La sociedad está atravesada por esta cultura de la imagen y en ella se entrelazan la pasión, el erotismo y el fetichismo. Es imposible que el ser humano lo pierda”, aseguró consultada por Infobae la experta.
En diálogo con el New York Times el doctor Russell G. Buhr, neumólogo de UCLA Health dijo que intentar preservar un cierto sentido de normalidad es realmente importante para el bienestar de las personas. "Mantener una rutina -explicó- como levantarse, vestirse y hacer lo que normalmente hace, puede afectar positivamente la salud mental”.
“Muchos hombres y mujeres aprovecharon el aislamiento obligatorio para cuidarse estéticamente pero en lo que respecta al cabello cometieron algunos errores...Muchos se cortaron o se tiñeron solos, sin tener ningún conocimiento previo o preguntando a alguna amiga o amigo. Otros optaron por consultar a un profesional y en la mayoría de los casos sobre cómo podían solucionar las macanas que se habían mandado”, explicó en detalle a Infobae Federico Abraham, colorista profesional y estilista, el preferido de las celebridades.
Como podemos sentirnos angustiados física y emocionalmente, es importante encontrar formas de incentivar la relajación. Bañarse o preparar un día completo de spa o autocuidado, por ejemplo, puede ayudarnos a sentirnos más tranquilos. Para muchos de nosotros, parte de nuestra identidad está conectada a cómo somos. A veces necesitamos hacer cosas que nos hagan sentir mejor por fuera para encontrar a algún tipo de calma y normalidad.
En tiempos de incertidumbre, los sentimientos de impotencia pueden ser abrumadores. Centrarse en las cosas que están realmente bajo nuestro control es una forma de mantenerse en el momento presente. Cómo nos cuidamos a nosotros mismos y a los demás es lo más valioso en nuestro control.
El cuidado personal es una práctica vital para garantizar la salud y felicidad, especialmente en momentos estresantes como este. Hay muchas cosas y hábitos que podemos hacer en casa que nos ayudan a concentrarnos en el amor propio, la salud y la motivación mientras hacemos que la cuarentena sea más llevadera.
El coronavirus ha transformado todo lo que creíamos saber sobre nuestra vida cotidiana y nuestra salud en una especie de mundo extraño donde las citas por FaceTime y las compras fundadas en el pánico son la nueva norma.
“La mente, el aparato psíquico y el mundo interno de las personas reaccionan a la llegada de esta pandemia con mucha angustia porque se trata objetivamente y realmente de una situación angustiante y preocupante. Entonces reaccionamos con miedo y preocupación, y anormalmente con pánico”, sostuvo en diálogo con Infobae Claudia Borensztejn, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
Los especialistas aconsejan aprovechar el momento para reírnos de nosotros mismos, de nuestras barbas largas, raíces visibles, atuendos de entre casa y desastres en la cocina, aunque parezca que el mundo se está acabando, y la gente en Internet está hablando de las mil formas de ser productivo durante esta pandemia. Tampoco hay una respuesta correcta cuando se trata de cómo acercarse a la belleza en estos tiempos difíciles. La mente se beneficiará de cualquier momento que las personas reserven para la paz y el autocuidado. No hace falta hacer ejercicio todos los días, escribir la próxima gran novela americana o aprender un nuevo oficio. Solo dejarse estar bien.
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