Un 44% de los argentinos calcula que la pandemia durará hasta el 2021

Un relevamiento de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, realizado a más de un mes del aislamiento social preventivo y obligatorio, reflejó los sentimientos y los factores psicológicos de la población

La gente experimenta un mayor grado de preocupación, más incertidumbre y más ansiedad de lo que señalaba a los diez días del aislamiento social obligatorio (Shutterstock)

El aislamiento social preventivo y obligatorio lleva en el país más de un mes, en el que toda la población se vio sometida al encierro en sus hogares para prevenir la expansión del coronavirus. Lo cierto es que son muchos los estudios que intentan recabar las percepciones de las personas, sus pensamientos y sensaciones sobre una medida sin precedentes.

En este contexto, una encuesta realizada por el Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), llamada La vida en cuarentena: sentimientos, salud y economía, tuvo como objetivo indagar en los sentimientos, emociones y pensamientos de la vida en cuarentena de los argentinos en todo el país.

Como primer resultado, se observó que la gente experimenta un mayor grado de preocupación, más incertidumbre y más ansiedad de lo que señalaba a los diez días del aislamiento social obligatorio. Por otro lado, las mujeres continúan siendo quienes expresan más intensidad en todo el conjunto de variables relevadas y se observó un aumento de la intensidad para todas las emociones a medida que descienden los estratos sociales.

En cuanto a las emociones que se encuentran de manera recurrente, fueron los niveles de ansiedad, depresión y pérdida del sentido de la vida los más altos en los más jóvenes. Y dentro del ranking de lo que ocupa los pensamientos de las personas se encontró en primer lugar la economía en general del país, en segundo lugar la salud personal y familiar, y en el tercer puesto la economía personal/familiar.

El 47% de los trabajadores en relación de dependencia señalan que sus recursos alcanzarán para uno o dos meses (Franco Fafasuli)

El índice pesimismo-optimismo, desarrollado por OPSA, evidencia que los argentinos cuentan con una mirada y expectativas más bien negativas en torno a la pandemia COVID-19 y sus efectos sobre distintas dimensiones de la vida futura.

Impacto en la economía: temores y estrés de recursos

En lo económico, los principales temores giran en torno a la posible reducción de los ingresos familiares y que se produzca una merma en las oportunidades de empleo. Se destacó el temor a no poder continuar con el trabajo (profesión, oficio o comercio) que realizaban hasta antes de la crisis. Lo cual, además de constituir una dramática pérdida en lo económico, también conlleva una profunda y dolorosa pérdida de la identidad laboral y, por ende, un impacto muy negativo sobre el sistema de personalidad.

En cuanto a lo que podría denominarse “estrés de recursos”, es decir, cuánto tiempo puede sostenerse la economía personal/familiar hasta llegar al agotamiento, los resultados recogidos son preocupantes y constituyen una señal de alerta para quienes están gestionando la dimensión económica de la crisis. Dos de cada tres trabajadores independientes manifiestan que tienen recursos económicos sólo para un mes. Por su parte, el 47% de los trabajadores en relación de dependencia señalan que sus recursos alcanzarán para uno o dos meses.

A su vez, el análisis del “estrés de recursos” en función del estrato social, refleja la gran brecha entre las clases sociales de Argentina. Dos de cada tres personas de los segmentos más vulnerables de la población (estratos muy bajos y bajos), señalan que sus recursos económicos se agotarán en sólo un mes. En contraste, 56% de las personas de clase alta y muy alta, señalan que podrán sostenerse 4 meses o más.

La estrategia de los argentinos ante problemas económicos

La principal estrategia elegida para afrontar dicha crisis es la reducción de gastos (Shutterstock)

En un imaginario contexto de disminución de los ingresos personales/familiares, la principal estrategia elegida para afrontar dicha crisis es la reducción de gastos (la señalan 7,4 de cada 10). En orden decreciente, le siguen: la utilización de ahorros, recurrir a la ayuda de familiares o amigos y vender bienes muebles. Solo una pequeña proporción (7%) apelaría, para paliar la situación, a la solicitud de créditos bancarios o de entidades financieras.

Los principales rubros sobre los que se implementarían las estrategias de ahorro y reducción de gastos son el ocio, salidas y esparcimiento, vestimenta y calzados, gimnasio, TV cable, mantenimiento y refacciones del hogar. Por el contrario, puede observarse que la mayoría aún no están dispuestos a recortar gastos en cuestiones relacionadas con salud, medicamentos, artículos de limpieza y educación para los hijos.

En relación al pago o no pago de diferentes servicios, entre el 40% y el 50% sostiene que continuará pagando normalmente. No obstante, el 15% informó que ya dejó de pagar la cuota de colegios privados y el 12% la cuota de la universidad. Por su parte, un poco más de un cuarto de la gente afirma estar pagando actualmente alquiler, expensas y servicios, pero reconocen no estar seguros de poder continuar pagando el próximo mes.

¿Cuánto durará la pandemia?

Respecto al temor al contagio, una gran mayoría (81%) señala que está entre “muy asustada” y “un poco asustada” por contraer el Covid-19 (Shutterstock.com)

Un importante porcentaje de la población (44%) estima que la pandemia durará todo el 2020 y parte del 2021. En detalle, un 21% cree que la pandemia estará de 7 meses a 1 año, mientras que un 23% estima que durará más de un año. A su vez, la mitad de la gente cree que irá empeorando gradualmente y un 5% estima que devendrá rápidamente en una situación incontrolable.

Respecto al temor al contagio, una gran mayoría (81%) señala que está entre “muy asustada” y “un poco asustada” por contraer el COVID-19. Ambos factores, la creencia de que la pandemia durará mucho y el temor al contagio, han aumentado en sus valores porcentuales y podría pensarse que ambos factores, constituyen un importante soporte para explicar el aumento en la intensidad de las emociones negativas y las preocupaciones referidas.

Actitudes y contacto

4 de cada 10 personas responsabilizan a los contagiados por no tomar los recaudos necesarios (Shutterstock.com)

Pese a que la mayoría de los estudios indican que en Argentina menos del 10% de las personas conoce o tiene contacto con personas contagiadas con COVID-19, la proliferación de actitudes de rechazo hacia personas contagiadas o en riesgo de contagio, han sido registradas por diferentes medios de comunicación en las últimas semanas.

En esta línea, los datos relevados por OPSA indican que 4 de cada 10 personas responsabilizan a los contagiados por no tomar los recaudos necesarios. Además, 5 de cada 10 afirman que los contagiados son peligrosos para los demás y que no han respetado la cuarentena obligatoria, poniendo en riesgo al resto de la población.

Teniendo en cuenta que las actitudes de rechazo suelen ir acompañadas de una fuerte tendencia a la evitación del contacto, se observó que más de la mitad de las personas prefieren evitar relacionarse directamente con personas contagiadas, aún luego de que sus síntomas hayan remitido. Sin embargo y pese a algunos hechos aislados de público conocimiento, solo el 12% prefiere evitar el contacto con vecinos o conocidos que trabajan como personal de la salud.

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